El turno

Las Vegas del Llobregat

GABRIEL PERNAU

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Barcelona opta a acoger el megacomplejo de ocio y juego que el magnateSheldon Adelsonproyecta construir en España. En juego hay 15.000 millones y 200.000 puestos de trabajo directos e indirectos, y estas son cifras que un gobernante no puede menospreciar. Sí, de acuerdo, tendremos que hacer un poco la vista gorda. Porque misterAdelsoncondiciona la inversión a algunas concesiones. Pide, por ejemplo, que se permita fumar en sus casinos, que se reforme el Estatuto del Trabajador, las leyes de extranjería y de evasión de capitales, exención de las cuotas sociales, que el Estado avale un préstamo y ventajas fiscales. Nada, minucias. El Eurovegas traerá dinero y eso es lo que ahora mismo necesitamos.

No seamos tan quisquillosos y saltémonos las leyes. ¡Estamos hablando de Las Vegas! ¿Tendremos que edificar en pleno delta del Llobregat? Ya no vendrá de aquí. Para acabar de convencer al señorAdelson, hagamos que el municipio donde se instale pase a llamarse Las Vegas de Llobregat, convirtamos el río en un canal navegable para que los barcos que ahora atracan en el puerto puedan desembarcar los turistas directamente en las mesas de juego y construyamos una rutilante pasarela iluminada con luces de neón que enlace el aeropuerto con los grandes hoteles que se construirán.

El Eurovegas ofrecerá empleo a miles de familias castigadas por la crisis. Es una oportunidad de oro para reconvertir en crupiers a los operarios de Panrico y Derbi, para que las azafatas de Spanair aprendan a servir cubatas, para que los jóvenes que cambiaron los estudios por la construcción hagan de aparcacoches y para que las chinas que dan masajes en la Barceloneta puedan hacer su trabajo en unas condiciones más dignas. Todo sea por Las Vegas. Todo sea por salir del agujero. Al precio que sea.