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'Boira a les orelles': los sonidos del silencio

El Maldà estrena esta obra que mira la sordera con humor y ternura

boira enric

boira enric / MONTSE FARRARONS

Eduardo de Vicente

Eduardo de Vicente

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Uno de los principales problemas que puede padecer una persona es sufrir una discapacidad. Pero quizás la mejor manera de superarla es pensar en cómo afrontarla. La autocompasión y la depresión no llevan a nada bueno y resulta mucho más positivo mirar de frente a este inconveniente y luchar con humor y esfuerzo para mitigarlo. Este es, en gran parte, el mensaje del nuevo montaje de Els Pirates Teatre (Les feres de Shakespeare, La mascarada) titulado Boira a les orelles que estrena El Maldà. Está protagonizado por Bernat Cot (fundador de la compañía, que pasó de La Cubana a Molt soroll per no res), Laura Pau (The Feliuettes, Com si fós ahir) y Lluna Pindado (una fija del Eixample Teatre en Como una canción de los 80 o Rock Family, pero también en Nit de Reis o La flauta mágica). Por cierto, que están teniendo una respuesta muy positiva por parte del público y ya han agotado las entradas de las funciones previstas por lo que volverán a subirse al escenario del 11 de mayo al 20 de junio. Una prórroga más que merecida.

Están celebrando su vigésimo aniversario y han decidido abrirlo con este espectáculo tan especial que está centrado en la figura de su escenógrafo, Enric Romaní, que nació con una deficiencia auditiva (una hipoacusia bilateral sonora) pero que puede hablar perfectamente (con un acento muy peculiar, eso sí) y que ha llevado una vida más o menos normal por su capacidad de superación. El inicio de la obra ya es sorprendente ya que, cual si fuera una comedia de La Cubana, nos da la impresión de que hemos llegado tarde, pero sirve de excusa para que los actores se presenten a sí mismos, a la compañía y al personaje central.

La primera sorpresa nos espera al empezar la función.

La primera sorpresa nos espera al empezar la función. / ÁLVARO MONGE

Testimonios, preguntas y canciones

Durante algo más de una hora nos meteremos en su piel viviendo sus experiencias con detalle y conociendo los testimonios (en vídeo) del propio Romaní, su madre, su hermana gemela, su logopeda, su profesora de música, su primera pareja y la actual. Todo ello para crear un collage que nos permite ahondar en su recorrido vital y su experiencia. Nos plantean las preguntas (algunas de ellas, muy ridículas) que nos formulamos al conocer a una persona sorda o los absurdos prejuicios que podemos tener contra ella. Cada uno de los actores recuerda cómo lo conoció y trabajó con él.

La obra plantea algunas preguntas absurdas que nos hacemos tras conocer a un sordo.

La obra plantea algunas preguntas absurdas que nos hacemos tras conocer a un sordo. / MARGA PARÉS

A la entrada de la sala puede verse un antiguo cartel sobre cómo hablar a los sordos que los actores repasarán. Algunas advertencias resultan demasiado evidentes y otras tienen algo de ironía. Las canciones y las coreografías desenfadadas también contribuirán al ritmo del espectáculo (atención a las estupendas voces del trío). También nos ilustrarán sobre cómo funciona la oreja con un divertido tema y descubriremos los implantes cocleares para procesar sonidos y lenguaje.

Nos cuentan las recomendaciones sobre cómo hablar a los sordos.

Laura Pau nos enumera las recomendaciones sobre cómo hablar a los sordos. / ÁLVARO MONGE

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De Woody Allen a Enric Romaní

En una de las escenas más originales nos muestran el funcionamiento de un Sonotone con un recurso que recuerda a un sketch de la comedia de Woody Allen, Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo. En aquella ocasión, se mostraba cómo unos individuos estaban instalados en el cerebro y provocaban el movimiento de los diferentes órganos del cuerpo durante una cita sexual. En esta ocasión se utiliza un método similar para enseñarnos el interior de un audífono de última generación. Y nos llevamos las manos a la cabeza cuando descubrimos que un artilugio tan básico para Enric cuesta la friolera de… 7.000 euros. ¡Qué vergüenza! Pero ahí no acaba el problema, luego hay que adaptarse a cada nuevo modelo.

Un divertido sketch para mostrar el interior de un audífono.

Un divertido sketch para mostrar el interior de un audífono. / MARGA PARÉS

Nos explican la diferencia entre los límites reales y los autoimpuestos o la cueva en la que algunos se refugian para buscar cobijo. A todo ello vamos conociendo la vida de Enric. Al inicio, sus primeros trabajos con la logopeda (en un vídeo le vemos cantar y contar cuentos cuando era un niño), su aprendizaje o el impacto que le supuso entrar en la universidad, separado del grupo educativo que le protegía y su sensación de sentirse solo ante el peligro. El último tramo, que incluye una sorpresa, se centra en su relación con su nueva familia y, en especial, con su hijo al que escribe una carta a la que, luego los actores, con la ayuda de un piano, ponen música.

La música tiene un gran protagonismo en el espectáculo.

La música tiene un gran protagonismo en el espectáculo. / MONTSE FARRARONS

La identificación y el conflicto pendiente

Es un espectáculo muy completo en el que nos hemos convertido en Enric y hemos vivido su sufrimiento como si fuera propio y entendido los obstáculos que debe superar diariamente. Y todo ello sin una pizca de dramatismo ni sentimentalismo lacrimógeno, todo mostrado de una manera muy natural y original, con tanto humor como ternura, con tanta delicadeza como sensibilidad. Eso sí, nos hubiera gustado también que ahondara en un conflicto que ha surgido este último año y que aquí se trata muy por encima. ¿Cómo ha afectado a este colectivo la actual situación en la que todos utilizamos mascarilla? ¿Cómo se han sentido al tener que prescindir de uno de sus recursos más habituales para entender a los demás como es el de leer los labios? ¿Cómo han cambiado sus relaciones a partir de ese momento? Pero también es cierto que eso hubiera provocado un cambio de tono que, quizás, no era el propósito de sus creadores. De todas maneras, en un pequeño gran montaje con el que resulta fácil empatizar y que nos demuestra que en el silencio, también hay muchos sonidos.   

Los vídeos sirven de complemento para descubrir la evolución de Enric.

Los vídeos sirven de complemento para descubrir la evolución de Enric. / ÁLVARO MONGE