concierto

Marta Knight, una madurez precoz

La cantautora pop-folk de Martorell visita Apolo el jueves como telonera de Pau Vallvé

Marta Knight

Marta Knight / periodico

Juan Manuel Freire

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A veces, no demasiadas, salen cosas buenas de la envidia. Marta Knight recuerda que si empezó a tocar la guitarra, fue un poco por ella. "Cuando tenía 8 años, una amiga me dejó tocar su guitarra española", nos explica. "Y me dio rabia tenerla entre mis manos y no saber tocarla. Desde entonces, me quedé con ganas de saber hacer algo con ella".

Poco más de una década después, Knight (es apellido artístico, pero, avisa Marta, es como se traduce al inglés el segundo apellido de su padre) sabe hacer algo con la guitarra: canciones de gran nivel compositivo y emoción creíble, en algún lugar entre las fragancias britpop y el desgarro emo-folk. "Mi base y mi educación musical han sido una mezcla de esas dos cosas", confirma la artista de Martorell.

Tras empezar a hacer ruido con el 'epé' 'Peterloo heroes', nuestra entrevistada ha publicado recientemente 'Resurrection', un 'single' de sonido ensoñador que invita a pensar que lo suyo podría llegar lejos, muy lejos, a todos los niveles, tanto artísticos como de popularidad. Esa canción podría y debería sonar en su actuación del próximo jueves, día 4, en la sala Apolo, como telonera de Pau Vallvé.

Enseñada a sí misma

En su lucha por hacer algo con las seis cuerdas, Knight lo tuvo algo menos fácil que otras y otros. En su casa, nadie más toca o hace música, "aunque les gusta mucho escucharla e ir a conciertos, así que ya les gusta que haga esto". Cuando empezó a tomar clases, se rindió a una evidencia: sola aprendía mejor. "Empecé con tutoriales, mirando acordes en la red… Y fui aprendiendo". Es decir, no hace falta la mejor academia para convertirse en buen músico o compositor. Solo una conexión a internet.

Se supone que nunca vuelves a oír la música con tanta intensidad como cuando tenías 17. A esa edad (que para Knight fue hace no mucho), ella escuchaba sobre todo "britpop, Bob Dylan y Tracy Chapman". Aunque por entonces se refugiaba mucho más en la música que ahora, todavía hoy, ya con 20, sigue redescubriendo canciones de Dylan: "Me siguen impactando como la primera vez que las escuché".

Autoconocimiento

Hoy en día parece casi pecado hacer canciones no irónicas o con letras más o menos crudas sobre sentimientos, que no sexo rápido o dinero. Pero hay cierta demanda de esas canciones; de ahí el éxito, aunque sea a nivel 'semiunderground', de artistas como Julien Baker y Phoebe Bridgers, otras referencias de Knight. "Creo que lo más importante de este estilo de artistas es que, al escribir sobre temas tan personales e introspectivos, la música puede llegar a tener ese mismo valor personal e importante para quien la escucha. A veces, con canciones de Bon Iver o Phoebe Bridgers, por muy específicas que fueran las letras, he sentido que contaban mi propia historia".

Para ella, la música es una forma de terapia y autoconocimiento. "La escritura me sirve para reflexionar sobre mí misma. Muchas veces escribo lo primero que se me pasa por la cabeza y luego me paro a escucharlo y descubro cosas sobre mí misma", comenta Knight. "Aparte de esto, me gustaría saber que algún día le he transmitido a alguien tanto como esos artistas me han transmitido a mí, y que quizá haya podido descubrir cosas de sí mismo con mi música".