Entrevista

Daniel Clowes: "Ser un niño atrapado en la contracultura de los 60 era terrorífico"

El historietista publica 'Monica', obra maestra del cómic en general y del cómic posmoderno en particular que ha alcanzado rango de acontecimiento editorial en Estados Unidos

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Daniel Clowes, en Barcelona, en 2019.

Daniel Clowes, en Barcelona, en 2019. / Ferran Nadeu

Ramón Vendrell

Ramón Vendrell

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'Monica' (Fulgencio Pimentel / 'Mònica', Editorial Finestres) es una inapelable obra maestra de la historieta en general y de la historieta posmoderna en particular. Tiene numerosas referencias culturales y al trabajo previo y la vida del autor, así como estructura fragmentaria y más capas de lectura, como se dice ahora, que de ropa técnica lleva en enero un montañero. Además, mezcla la tira de géneros. Es un festín, vamos, para la crítica de cómic, tan venida arriba en tiempos de novela gráfica. Por suerte el libro se defiende por sí solo y proporciona placer visual y narrativo, incluso en sus episodios más enigmáticos, sin necesidad de ser destripado. A la vez, transmite amor por el oficio de dibujante de cómics. De modo que, sin más preámbulos, con ustedes, Daniel Clowes (1961) en videoconferencia desde su estudio en Oakland.

El tiempo que un artista dedique a una obra no tiene importancia o no debería tenerla para el lector. Pero a usted, dedicar siete años a 'Monica', ¿le generó ansiedad u obsesión?

No. Dediqué mucho tiempo a decidir qué iba a dibujar. Al principio tenía muchas ideas y encontrar la manera de que encajaran en una forma coherente no fue especialmente divertido. Pero, una vez lo tuve todo claro, nunca he disfrutado tanto con mi trabajo. Creo que la razón de que dedicara siete años a 'Monica' es que no quería que acabara. Quería seguir porque me lo pasaba bomba, así que añadía más y más detalles y probaba cosas que no eran imprescindibles. El día que di el álbum por terminado no me sentí triunfante, sino triste. Fue como mandar a un hijo a la universidad.

Ilustración de la guarda inicial de 'Mònica'.

Ilustración de la guarda inicial de 'Mònica'. / Daniel Clowes

La contracultura de los años 60 suele presentarse como un sueño utópico. A lo sumo, se añade que se convirtió en una pesadilla a partir de cierto momento. Usted solo refleja el lado pesadillesco. ¿Por qué?

Espero que solo por la estética de 'Monica' y por algunas de las cosas que he dibujado en mi carrera se vea que aprecio realmente la libertad artística y el 'look' de los años 60. Pero ser un niño pequeño atrapado en medio de toda esa gente que trataba de crear un nuevo mundo era terrorífico. No había ninguna seguridad para un niño, era caótico. Quería capturar esa sensación más que hacer una evaluación histórica de esa era.

Definitivamente, pensé bastante en la estructura de 'Centauros del desierto'

Hay una larga y muy importante corriente de novelas y películas sobre la búsqueda de una persona. Solo tres ejemplos: 'El corazón de las tinieblas' de Joseph Conrad, 'Centauros del desierto' de John Ford y 'Hasta que te encuentre' de John Irving. ¿Tenía presente esa tradición cultural mientras hacía 'Monica'?

Definitivamente pensé bastante en 'Centauros del desierto'. En su estructura. Hay un hecho inicial muy claro y un hecho final también muy claro, cuando acaban encontrando a Natalie Wood. Pero la película tiene una estructura episódica que te permite tomar desvíos siempre y cuando tengas claro dónde va a terminar todo. Todos sabemos que de una manera u otra van a terminar encontrándola y eso permite que la historia vaya avanzando de una manera inusual. Es un poco como una composición de jazz en la que tienes un principio y un final y entre ambos una estructura vaga durante la que puedes tomar diferente direcciones mientras sigas más o menos el camino. Las historias sobre la búsqueda de una persona desaparecida siempre me han interesado y pienso que es debido a que mi infancia es tan difícil de comprender para mí que siempre he estado buscando su significado. Nunca he estado seguro de los hechos reales de mi infancia. Nadie quería hablar sobre ellos. Así que siempre he estado persiguiendo ese momento perdido de mi vida que lo explicaría todo.

¿Hasta qué punto es 'Monica' una obra autobiográfica?

Desde el punto de vista emocional, de cabo a rabo. Intenté atrapar cómo me sentía en cada momento de mi vida y convertirlo en una historia. A menudo los hechos relatados no tienen nada que ver con hechos que hayan sucedido en mi vida, pero reflejan cómo me sentía en distintos periodos.

Los tebeos de EC me parecieron más extremos que cualquier cómic 'underground' que hubiera visto

¿Cómo descubrió los tebeos de la editorial EC Comics y por qué le gustan?

Cuando era un adolescente, a principios de los 70, nunca había oído hablar de ellos. Llevaban tiempo sin imprimirse y nadie hablaba de ellos. Entonces vi en una librería de Chicago un libro titulado 'Horror comics of the 1950's'. Lo cogí de la estantería y no podía creer lo que veía. Me pareció más extremo que cualquier cómic 'underground' que hubiera visto, y no tenía sentido para mí que ese material se hubiera publicado en los años 50. Yo había visto bastantes películas y series de los años 50, en las que no había reniegos ni sangre y las parejas dormían en camas separadas. Dos personas se disparaban la una a la otra y simplemente caían. No había puñaladas. Mientras que, en el mismo momento, esos tebeos mostraban a un hombre troceando a su mujer y arrojando los pedazos al cubo de la basura. Me volaron la cabeza. Primero me interesaron solo al nivel de la impactante verdad que mostraban. Pero a medida que fui profundizando en EC fui viendo lo hermosamente dibujadas que estaban esas historietas por algunos de los mejores dibujantes de cómic de todos los tiempos, todos trabajando en el mismo momento, compitiendo entre ellos. Incluso ahora, por tontas que sean algunas historias, esos cómics tienen un gran significado para mí y se cuentan entre los mejores de su estilo jamás hechos.

Una página de 'Mónica'.

Daniel Clowes

'Monica' recupera temas ya presentes en 'Como un guante de seda forjado en hierro', su primera gran obra, si bien publicada por entregas. Por ejemplo la ya citada búsqueda de una persona y las sectas. ¿Cómo se relacionan para usted ambos trabajos?

Durante un periodo me obsesiono con un artista, digamos Alfred Hitchcock, y veo todas sus películas y pienso en ellas cada día. Hasta que me canso y paso a otra cosa. Entonces, 10 años después, me apetece revisar esa obra y miro todas las películas otra vez. Y son muy diferentes. Unas son mucho mejores de lo que pensaba y otras mucho peores. Pasan otros diez años, nueva inmersión y todo vuelve a ser diferente. Quería que 'Monica' fuera una revisión de 'Como un guante de seda forjado en hierro' 30 años después. Me parece que tengo un conocimiento más profundo de esos temas ahora que entonces, cuando yo era sobre todo instintivo.

¿Por qué sus historias suelen tener una atmósfera como sonámbula?

No quiero que mis historias tengan la cualidad serpenteante de los sueños, quiero que estén enfocadas. Pero a la vez siento que los sueños son una expresión honesta de nosotros. Ahí no podemos censurarnos y nos metemos en asuntos muy incómodos y muy personales. Intento seguir ese código. En mis ficciones intento ser tan honesto y audaz con asuntos incómodos como lo sería en un sueño.

Tendemos a asumir que todo ha sido hecho y nos limitamos a refreír una y otra vez las mismas cosas. Hasta que aparecen imágenes para decirte que estás viendo el mundo a través de una lente muy pequeña

Ha explicado que en 'Monica' regurgita imágenes que le han impactado a lo largo de su vida, sobre todo cuando era niño. ¿Hay un patrón en las imágenes que le han fascinado?

Caramba, tendría que examinarlo y pensarlo. Seguro que lo hay. Tal vez sería mejor que alguien lo examinara y lo evaluara. Pero diría que siempre giran en torno a lo inesperado. Son esas imágenes que nunca podrías haber imaginado y que de alguna manera existen. Te hacen ver el mundo de una manera completamente diferente y te indican que hay un millón de cosas que podrían ser dibujadas, o sobre las que podrías escribir, o que podrías filmar porque nunca han sido vistas. Tendemos a asumir que todo ha sido hecho y nos limitamos a refreír una y otra vez las mismas cosas. Hasta que esas imágenes aparecen para decirte que estás viendo el mundo a través de una lente muy pequeña y que hay millones de cosas que pueden convertirse en arte.

En la década de 1990 ilustró numerosas portadas de discos de grupos de la escena rock independiente. ¿Había un sentimiento de comunidad entre dibujantes y músicos?

Diría que lo que había era envidia por nuestra parte de los músicos. Nos podíamos pasar meses haciendo nuestros cómics y todos nuestros fans eran tíos con barba. Mientras que con solo 15 minutos encima del escenario los grupos de rock tenían a un montón de chicas a su alrededor. En ese momento los cómics eran tan detestados por la cultura de masas que éramos felices de gustar a cualquiera. Lo cierto es que unos y otros formábamos parte de la misma cultura marginal y nos dirigíamos al mismo público, gente harta de todo lo que venía del 'mainstream', fueran cines, librerías o la radio.

A mí me chifla su portada de 'Pay day' (1989), de The Raunch Hands. ¿Era un grupo que le gustaba?

Ostras, igual fue la primera tapa que hice. Como mínimo, una de las primeras. Me gusta la ilustración y me gustaba mucho el grupo. Conocí bastante bien a The Raunch Hands cuando vivía en Nueva York.

Cada vez escucho más bandas sonoras. Ennio Morricone, Henry Mancini, John Barry y cosas así. Y los Kinks, mi grupo favorito de toda la vida.

¿Qué música escucha ahora?

Cada vez más, bandas sonoras. Ennio Morricone, Henry Mancini, John Barry y cosas así. Y los Kinks, mi grupo favorito de toda la vida.

En la doble página de 'Monica' donde aparecen los créditos cuenta la historia del mundo en 20 viñetas. ¿Cómo eligió esos 20 momentos?

Tenía muchos más. Fue un proceso de edición complicado. No quería que fuera una historia objetiva de la vida en la Tierra, sino la visión de Monica, la historia del mundo según su sensibilidad. Como una historia del mundo según la cultura general de una persona no especialmente interesada en la historia.

La historia del mundo según Clowes en 'Mónica'.

La historia del mundo según Clowes en 'Mónica'. / Daniel Clowes

'Monica' ha adquirido rango de acontecimiento editorial en Estados Unidos. ¿Siente que está marcando un momento destacado en la historia del cómic?

Ni idea. Fue muy bonito trabajar durante siete años en algo que nadie vio mientras estaba en ello, ni siquiera mi esposa. Sabía que estaba contento con lo que había hecho, pero dudaba de que pudiera interesar a nadie más. Comprobar que la respuesta no solo es positiva, sino que cada persona hace una interpretación diferente, es muy gratificante y mucho mejor de lo que esperaba. Pero ya no sé nada más.