Crítica de ópera

Cleopatra seduce en el Liceu

John Adams dirige en el Liceu el estreno europeo de 'Antony & Cleopatra', su última ópera

John Adams: "Vivimos una deificación del pop"

Crítica de ópera. Cleopatra seduce en el Liceu.

Crítica de ópera. Cleopatra seduce en el Liceu.

Pablo Meléndez-Haddad

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La buena salud de la ópera contemporánea pasa, necesariamente, por la creación estadounidense. Tras la generación de Bernstein, Floyd o Barber, las obras de autores vivos como Glass, Heggie, Davis o Adams han ingresado con éxito al repertorio internacional con lenguajes no siempre coincidentes, pero teniendo en común –con excepción, claro, del minimalista Glass– un profundo sentido del drama teatral, del libreto como vertebrador de la trama. El trabajo del compositor se conjuga de manera íntima con el texto y con la puesta en escena, ya que este otro factor tiene también un gran peso.

La ‘american opera’, con libreto en inglés, ya se exporta a Europa, cuna del género, cuyas creaciones actuales no han sabido arraigar; de ahí su escasa programación en contraste con la ópera estadounidense, aunque esta no siempre consigue dar en el clavo: un buen ejemplo es ‘Antony and Cleopatra’, de Samuel Barber y libreto de Franco Zeffirelli inspirada en la obra teatral de Shakespeare que en 1966 inauguró el nuevo Met de Nueva York. No supo sobrevivir. Al contrario, esta versión en dos actos de la misma obra shakesperiana que John Adams estrenara en 2022 en la Ópera de San Francisco (celebrando el centenario de la compañía) parece tener más posibilidades.

Una obra convencional

El autor de la aclamada ‘Nixon in China’ (1987) –ofrecida este año en dos montajes en París y Madrid–firma también el libreto, ya sin su colaborador habitual, Peter Sellars, recurriendo por vez primera a textos ya existentes, con fragmentos escritos por Virgilio y Plutarco. El resultado es una ópera convencional, con algunas escenas más logradas que otras, a la que se une una puesta en escena que traslada la estética a la edad de oro hollywoodense, con gran protagonismo de los medios de comunicación, en una sobre todo eficaz propuesta de Elkhanah Pulitzer, con escenografía de Mimi Lien, un lujoso vestuario de Constance Hoffman, iluminación de David Finn y vídeos de Bill Morrison.

Crítica de ópera. Cleopatra seduce en el Liceu.

Crítica de ópera. Cleopatra seduce en el Liceu. / EP

La música de Adams –que mira al minimalismo, pero sin llevarlo al límite como recurso con fines dramáticos, incluso citando a Wagner o a Britten– subraya el libreto, la palabra, alcanzando sus cotas en algún interludio o en las reflexiones finales de Cleopatra, personaje en torno al cual gira la obra, espléndidamente interpretado por una Julia Bullock entregada –fascinante de timbre y de credibilidad–, quien saca partido de los movimientos y de la exigente partitura. El discurso del César Augusto incide otra vez en el valor del texto, con un seguro Paul Appleby proclamando la victoria de su ‘raza’. Faltó, eso sí, alguna escena con decidido vuelo lírico, ya que el eterno ‘arioso’ llega a agotar sus posibilidades.

Falta de precisión

El propio John Adams subió al podio del Liceu para el estreno de su obra en Europa, contando con unos bien preparados cuerpos estables a cuya orquesta se unió el exótico timbre del címbalo húngaro; en todo caso, en momentos como el interludio 'Newsreel' se echó en falta precisión. Pero, ¿quién mejor que el autor para equilibrar este inmenso edificio? Todo funcionó, incluyendo una discreta amplificación, y lo ha sabido defender el reparto al completo, con el espléndido y generoso Antony de Gerald Finley, el sonoro Enobarbus de Alfred Walker, las profundas Carmia de Adriana Bignagni Lesca y Octavia de Elizabeth Deshong y un ejército de figurantes.