Quemar después de leer

Jordan Peele quiere que leas el terror que no has visto, por Laura Fernández

El escritor como pieza de museo

Los Bram Stoker y el miedo al futuro inexplicable

Jordan Peele quiere que leas el terror que no has visto, por @laura_fernandez

Jordan Peele quiere que leas el terror que no has visto, por @laura_fernandez / Sara Martínez

Laura Fernández

Laura Fernández

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Zach Bryan tiene 27 años y nació en Okinawa, Japón. El año en que nació, 1996, los Lemonheads publicaron el inadvertido y tristón 'Car Button Cloth' y R.E.M., su famoso 'New Adventures in Hi-Fi'. Bryan se crió en un lugar llamado Oologah, en Oklahoma. Su padre era marine. Por eso nació en Japón y creció en Estados Unidos. Él también fue marine hasta que la música decidió que iba a sacarlo de allí. Compone desde los 14 años, y su 'post alt' americana depura, de una manera torcida, y encantadoramente maldita, el género que tan bien reenfocó Ryan Adams en 2000 con 'Heartbreaker'. Bryan tenía cuatro años entonces. Hoy, ya ha publicado cuatro discos, algunos de más de 30 canciones. Como Adams en su momento, sólo que infinitamente más lejos de cualquier foco.

Que los géneros visibles -para todo el gran público que pueda tener el indie en cualquier época- varían con el tiempo es obvio, aunque también lo es el hecho de que la idea de algo único es hoy ligeramente más esquiva que lo era en el año 2000. Bryan empezó a subir su música a Youtube en 2017. Sus amigos le grababan con el teléfono mientras tocaba. Hasta que una de sus canciones se hizo viral, y salió de la multitud, para caer en otra multitud: la de aquellos a los que la popularidad virtual les concede un foco más potente, pero aún rodeados de otros muchos, y el prejuicio de la procedencia. Algo así como lo que en otra época fue el 'pulp' literario. ¿O no le ocurrió algo parecido a Charles Beaumont, el prolífico autor de algunos capítulos de 'La dimensión desconocida?

Beaumont no fue marine pero sí soldado. Se alistó en el Ejército americano cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. Había nacido en 1929, el año del Crack y le debe su sobrenombre -nació como Charles Leroy Nutt- a una artista con la que colaboró cuando era muy joven. Ray Bradbury cuenta en el prólogo de 'Tal vez soñar' (El Paseo), colección de relatos recién publicada en España -un inesperado 'best of'- que un chaval de 16 años le abordó en 1946 a la salida de una librería y le empezó a hablar de su colección de cómics. Acabaron siendo grandísimos amigos, de la clase de amigos ante los que el mundo desaparece cuando están juntos hablando de sus cosas, en su caso, casi siempre, otros planetas, y extrañas criaturas. El chaval era, claro, Charles Beaumont.

Alzheimer precoz

De vida extremadamente corta -a los 34, y con cuatro hijos, y cientos de miles de encargos, empezó a notar los síntomas de lo que entonces, año 1963, se consideraba "una extraña enfermedad del cerebro": era Alzheimer-, Beaumont gozó de la clase de fama de la que gozaba todo escritor 'pulp' que se preciase -una puede que ingente colección de lectores para los que tu nombre era sinónimo de cierto tipo de historias más que tu nombre, o el nombre de cualquier escritor-, aupada por su condición de guionista de la instantánea serie de culto 'La dimensión desconocida', un clásico de la televisión de los años 60. Aupada, y a la vez, opacada, puesto que la fama del artefacto en cuestión le hace aún, a día de hoy, sombra.

Ciencia ficción

Ocurría con los escritores de ciencia ficción en esa época -la de mediados del siglo pasado- que eran alguien, también, a quien se señalaba entre la multitud, pero que a su vez, acababa en otra multitud en la que lo de menos era el nombre y lo de más, la historia, o las historias. Algunos de ellos, como Bradbury, consiguieron mantenerse a flote hasta salir del anonimato masivo, y marcar, con una obra -o dos, y a partir de ahí, todas las demás-, un definitivo punto y aparte. Todos, sin embargo, no olvidemos, eran, en su inmensa y casi total mayoría, hombres blancos. Por eso lo que acaba de hacer Jordan Peele -sí, el director de cine, el director de 'Nop' y 'Déjame salir'- tiene un valor inmenso, y trae de vuelta, de otra forma, a esa multitud de nombres sin nombre.

'About Out There Screaming' -algo así como 'Sobre los gritos de ahí fuera'- es el título de una antología de relatos de terror, un terror extrañamente salvaje, y bizarra y poderosamente político, en sus palabras, 'black horror', seleccionados por el pope negro del fantástico cinematográfico. Todos ellos han sido escritos por autores afroamericanos, y no únicamente exploran el terror sobrenatural sino también el de la injusticia social que, dicen, "tiene encantado a nuestro país". Entre los nombres, N. K. Jemisin, Nnedi Okorafor, Erin E. Adams, Violet Allen, Maurice Broaddus, Cadwell Turnbull y un pequeño etcétera decidido a escapar -algunos ya lo han hecho- al alud de referentes contemporáneos, y a brillar, afortunadamente, bajo el foco que sostiene Peele.

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