Reconstrucción

Crónica de las tres noches de Green Day en Barcelona antes de que 'Dookie' estallara

La edición conmemorativa del 30º aniversario del disco que catapultó al superestrellato al grupo californiano incluye su concierto en el Garatge Club el 5 de junio de 1994, hasta ahora inédito

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Green day

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Ramón Vendrell

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Green Day actuó por primera vez en Barcelona el 29 de noviembre de 1991, en el centro cívico La Bàscula. Asistieron a lo sumo 50 personas, recuerda Jordi Llansamà, el organizador del concierto. Llansamà había puesto en marcha el fundamental sello discográfico BCore en enero de 1990 con la publicación de 'No problem', el elepé de debut de Corn Flakes, editaba 'Reptil Zine' y hacía el programa 'Atac de Core' en Radio PICA. "Nunca he hecho 'booking' profesional, pero sí monté actuaciones de grupos que me gustaban", dice. Fue el caso de Green Day, cuya fecha en Barcelona adquirió a la promotora zaragozana Producciones Zambombo.

Mike Hostench, entonces o hasta hacía poco colaborador de la revista 'Ruta 66' y responsable del programa de Radio PICA 'Ecos de la kripta', en ambos casos como Trashmike, entabló conversación con Billie Joe Armstrong (voz y guitarra) una vez terminado el bolo, en la hierba de la zona exterior de La Bàscula. ¿De qué hablaron? "De la onda más pop que estaba entrando en el punk y, como yo aún llevaba un poco pinta de rocker, de rockabilly, que le gustaba mucho". Antes de despedirse, Billie Joe le escribió su dirección postal en la entrada. Para cartearse. Tras el pase, el jefe de BCore llevó a Billie Joe, Mike Dirnt (bajo) y Tré Cool (batería) a cenar a un "bar de tapas" del Paral·lel y a dormir al hotel de un amigo suyo en el Raval. Intercambiaron teléfonos. "Seguro que eran los de casa de sus padres". Los tres son de 1972.

El estreno en el Poblenou

Llansamà también organizó la segunda visita del trío formado en Berkeley a Barcelona, el 22 de abril de 1993 en el Garatge Club. Ya fue otra cosa. El grupo había publicado 'Kerplunk!' (1992), su segundo álbum y un pequeño éxito 'underground', y el punk californiano empezaba a adquirir dimensiones de ola a tener en cuenta tras la bomba 'Nevermind' (1991) de Nirvana. La sala de la calle de Pallars, 195, inaugurada en 1992 y con un aforo de 800 personas, se acercó al llenazo.

Jordi Sabatés, en ese momento bajista de Budellam y actualmente de Zombi Pujol y Againsters, asistió al concierto, como había asistido al de La Bàscula y asistiría al siguiente del combo en la ciudad. "No faltaba en el ambiente punk y hardcore quien consideraba su música una cosa blanda de niñatos -recuerda-, pero a mí me gustaba su factor melódico, que de alguna manera era un regreso a grupos favoritos del punk del 77. Green Day incorporó a gente joven y mujeres a la escena y eso fue muy positivo. Mi pareja y la de Sisa [guitarrista de Budellam] eran fans de Green Day, así que cómo íbamos a perdernos un concierto suyo".

Budellam partió para Zaragoza a grabar su segundo y último álbum, 'Xung vibrations' (1993), el día siguiente al concierto de Green Day en el Garatge Club. Una noche estaban en la 'okupa' Casa de la Paz y por allí, tras su concierto maño, apareció Billie Joe.

Green Day, en una imagen promocional de 'Dookie', en 1994.

Green Day, en una imagen promocional de 'Dookie', en 1994. / Archivo

La actuación de Barcelona se grabó desde la mesa de sonido y Llansamà y el grupo hablaron de publicar en BCore un 'single' en directo. La idea se fue al garete cuando Green Day fichó por Reprise, sello del conglomerado multinacional Warner Records que editó su tercer elepé, 'Dookie', el 1 de febrero de 1994.

Con el trío en una gira kamikaze

Para presentar este disco regresó la banda al Garatge Club el 5 de junio de 1994, con los vascos Los Clavos como teloneros. La primera gira europea de 'Dookie' comenzó el 27 de abril en Londres y terminó el 7 de junio en Leeds. 37 conciertos en 42 días. Además de en Barcelona, en España tocó el grupo en Oviedo (31/5), Zaragoza (1/6), València (2/6), Madrid (3/6) y Deva, en Guipúzcoa (4/6). Green Day hizo 176 'shows' en 1994, en Estados Unidos y Europa.

Los conciertos españoles los montó la promotora Cap-Cap, fundada a finales de 1988 por Xavi Manresa. Manresa se enroló como conductor de la furgoneta en la legendaria gira europea del verano de 1988 del grupo barcelonés Subterranean Kids. En Alemania conoció a diversos promotores de conciertos, en concreto a uno especializado en punk y hardcore que le permitiría traer a España a todo quisque de esa creciente esfera en años posteriores: The Offspring, NOFX, Bad Religion, Rancid, Social Distortion, Fugazi, Descendents... y, por supuesto, Green Day.

Manresa hizo todo el tramo español de la gira de 'Dookie' con el combo. Después del pase de Zaragoza el batería regresó al hotel a las tantas con un pie jodido a causa de un accidente de moto, rememora Manresa. ¿Qué hacemos? Seguir adelante como sea, acordaron. Un día después, en la discoteca The Central de Manises (Valencia), más tarde Ku, Green Day recibió una llamada telefónica al fijo de la sala. La atendió Armstrong, que volvió al camerino eufórico: llevaban 500.000 discos vendidos en Estados Unidos. En Deva se sumó a la gira Rob Cavallo, el productor de 'Dookie', a modo de mimito de la compañía discográfica. En el Garatge Club no solo les esperaba un lleno hasta la bandera sino también una unidad móvil para grabar el concierto.

La crítica de Rafael Tapounet

La misma unidad móvil con la que Loquillo y Trogloditas habían grabado el doble en directo '¡A por ellos... ! Que son pocos y cobardes' en la sala Zeleste en 1988, precisa Xavi Rivases, uno de los fundadores del Garatge Club. La discográfica anunció la edición del registro en vivo, pero por algún motivo ha permanecido inédito hasta ahora, cuando verá la luz como uno de los abundantes extras de la edición conmemorativa del 30º aniversario de 'Dookie', a la venta el 29 de septiembre. Al final del concierto, 17 pepinazos, se escucha corear a una parte de la concurrencia: "Hiii-jos-de-puuu-ta, hiii-jos-de-puuu-ta". Cariño punk al estilo local.

"Después de ser recibido por el numeroso público con globos y serpentinas, el trío californiano se lanza de cabeza a un vertiginoso pop-punk de impecable factura y eleva la temperatura de la sala hasta más allá de lo soportable", escribió Rafael Tapounet en la crítica publicada en EL PERIÓDICO el 7 de junio. "Una gozada de concierto", remató.

El camerino del Garatge era "una mierda", admite Rivases. Por este motivo y porque los grupos que actuaban en el club no eran semidioses, era habitual que los artistas se mezclaran con los asistentes después del bolo. Sí, niños y niñas, hubo un tiempo en el que las salas de conciertos no te echaban en cuanto acababa el pase para preparar la sesión de discoteca, sino que funcionaban como un continuo. Al menos así lo hacía el local del Poblenou, cuya formidable década de existencia recorre el documental 'Garatge Club: un escenari, 900 concerts', que se estrenará en el próximo festival 'In-Edit'.

Rivases recuerda que los miembros de Green Day se quedaron en la sala al término de la actuación de 1993 y no ve motivo para que no lo hicieran tras la de 1994, pero no puede afirmarlo. Lo que es seguro es que durmieron en un apartamento de un aparthotel de la Ronda de Sant Antoni que Manresa había reservado.

Algo iba a pasar

El socio del Garatge considera la noche de Green Day de 1994 una de las mejores que vivió la sala, junto con las dos de Social Distortion (1996 y 1997) y la de Ramstein (1997). "Se veía que algo iba a pasar con esa banda", dice, y todos los entrevistados coinciden. Pero ninguno imaginó que fuera a pasar algo tan grande: 'Dookie' había vendido 10 millones de copias en Estados Unidos en 1999 y actualmente va por los 20 millones en todo el mundo, 28 si se suman las descargas digitales.

Manresa explica que ha organizado todos los conciertos de Green Day en España desde entonces, excepto los de festivales, que hacen su propia contratación. En 1996 tenía cerradas actuaciones del trío en Bilbao (Pabellón de la Casilla), Madrid (Pabellón de la Comunidad) y Barcelona (Palacio de los Deportes). Pero el bajista sufrió una crisis que obligó a cancelar buena parte de la gira europea: "Estaban sobrepasados". Billie Joe en persona le llamó para hacerse cargo de los gastos derivados de las anulaciones. Menos mal porque los seguros de la música en directo no eran lo que son.

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