Pérdida cultural

La muerte anunciada del Milano Jazz Club ya tiene fecha

El grupo ¡Yakety Yak! ofrecerá el último concierto de la sala barcelonesa antes de que se transforme en un establecimiento de una cadena francesa de restaurantes italianos

El alquiler empuja al cierre del Milano, puntal de la música en directo en Barcelona

Salvar el Milano: la hora de las soluciones

Andrea Motis, en los inicios de su carrera, en una actuación en el Milano Jazz Club

Andrea Motis, en los inicios de su carrera, en una actuación en el Milano Jazz Club / Milano

Ramón Vendrell

Ramón Vendrell

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De ¡Yakety Yak! será la última actuación que acogerá el Milano Jazz Club. El grupo formado por Anton Jarl (batería), Dani Nel·lo (saxo), Matías Míguez (bajo), Héctor Martín (guitarra) y Andreu Ros (piano), y al que da nombre la maravillosa canción escrita por Jerry Leiber y Mike Stoller para The Coasters, cerrará la coctelería y sala de conciertos inaugurada en 2007. El pase final del Milano, sótano clave para las escenas barcelonesas de jazz y rhythm and blues, será el 28 de septiembre. El cartel promete invitados sorpresa. La web del club todavía anuncia otros dos bolos posteriores, pero Guim Cifré, director artístico del local, explica que ya ha comunicado a los músicos anunciados que no se celebrarán. Aunque el adiós definitivo será el próximo día 28, Cifré señala que todos los pases de este mes tienen algo de "fiesta de despedida".

Poco después comenzarán las obras para convertir el Milano y el Bracafé de la planta superior, que forman un único local comercial en Ronda de la Universitat, 35, en el primer establecimiento en Barcelona de la cadena francesa de restaurantes IT Italian Trattoria, según dos fuentes conocedoras de la situación. El grupo ofreció por el espacio un alquiler "fuera de mercado", según las mismas fuentes.

Petición

La petición en Change.org '¡Salvemos el Milano!', impulsada por Carlos Pérez Cruz, responsable del pódcast 'Club de jazz', se acerca a las 7.000 firmas. En ella se reclama al Ayuntamiento de Barcelona que "explore las opciones para dar continuidad a la actividad del Milano Jazz Club, y que busque fórmulas legales para garantizar la protección de otros espacios culturales que puedan encontrarse en una situación vulnerable".

Los contactos en este sentido de Cifré con el Distrito del Eixample, cuyo concejal es Jordi Valls, han sido infructuosos. El programador del Milano espera ahora respuesta del distrito a la pregunta de si los nuevos arrendatarios piensan mantener la actividad musical en el subterráneo, con la remotísima esperanza de poder dar continuidad al proyecto en el mismo espacio. Más esperanzado se muestra Cifré con la posibilidad, todavía en el aire, de que la programación de actuaciones de pequeño formato con un elevado estándar de calidad, fórmula que se ha revelado económicamente viable y esencial para los músicos, encuentre cobijo en otro lugar con el apoyo municipal.

Lo único seguro es que el 28 de septiembre el Milano Jazz Club tal y como lo conocemos acogerá su último concierto. Tras miles y miles de conciertos que han contribuido no poco a muscular la escena musical barcelonesa.