Juana Dolores vomita su rabia y defiende su soberanía en el Antic Teatre

"Todavía lo estoy procesando", comentaban unos espectadores tras asistir al estreno en el Antic Teatre este jueves del último espectáculo de Juana Dolores, 'Hit me if I'm pretty * o la princesa moderna'. Tras las acusaciones de la polifacética artista y poeta contra su antigua productora, el estreno había levantado mucha expectación, sobre todo entre la prensa.

Juana no defraudó. Presentó un provocador espectáculo donde la denuncia por malos tratos que presentó contra su expareja - que leyó mientras comía cerezas desnuda y escupía los huesos- se mezclaba con el mundo Barbie, su critica a la infantilización de las mujeres y su desprecio de la sociedad patriarcal hacia el imaginario femenino "para anular su dimensión artística, filosófica, política, autónoma y legítima, universal", como ella misma explica.

Onanismo en directo y en la pantalla, reproduciendo parte de los vídeos sexuales de Paris Hilton, Kim Kardashian y Pamela Anderson filtrados sin su consentimiento le sirven para denunciar el propio abuso que ella sufrió al ver difundidas imágenes de su anterior performance 'Massa diva per un moviment assambleari' en páginas porno. Ella, que aparece a pelo en el escenario combinaba las imágenes de esas divas mediáticas con sus propias imágenes de porno. Todo aderezado con un discurso combativo en el espectáculo donde también proyectó textos de 'El Príncipe' de Maquiavelo que combinó con teorías feministas hablando con el micro o gritando en su defensa feminista.

Contundente

Contundente, rabiosa y poco sutil. Muy directa, como es ella. Así se mostró Juana Dolores, una artista sin pelos en la lengua que dejó noqueado al público. "Tiene cosas muy interesantes pero las vomita. Quzás necesitaría más que elaboración el espectáculo porque todo es muy crudo. Aunque está bien que las mujeres expresen su rabia la creación necesita convertirse en metáfora para ser universal", comentaba una espectadora a la salida.

'Hit me if I'm pretty' llegó más completo y acabado que en su estreno en otoño en el festival Temporada Alta. La parte final tiene violentas imágenes porque la violencia y la belleza están en la base del tríptico feminista de Juana Dolores del cual forma parte este nuevo espectáculo.

Un discurso muy directo y sin pizca de poesía llegó como una de esas bofetadas que la performer se iba dando repetidamente hasta caer al suelo. Esta violencia que conecta con esos golpes, físicos o psíquicos, que reciben demasiadas mujeres en una sociedad donde aún queda mucho camino por recorrer para conquistar la soberanía real que reivindica Juana Dolores.