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Marta Cervera

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La lluvia deslució el show inaugural del Grec a 20 minutos del final. Pese a la entrega de los artistas, se tuvo que para cuando la intensidad del agua impidió continuar con un espectáculo que hizo subir las pulciones a tope. 'The pulse' (El pulso), fantástico espectáculo de circo contemporáneo, fue aplaudido en diversos momentos, lástima no poder ver el final en el anfiteatro de Montjuïc. En la tierra de los 'castellers' el público alucinó con la capacidad técnica de la compañía australiana Gravity and Other Myths para crear torres humanas y hacer volar a sus acróbatas. También con la simbiosis entre sus 24 impresionantes acróbatas, un inspirado grupo de hombres y mujeres, y las 36 voces femeninas del Cor de Noies del Orfeó Català dirigidas por una entregada Buia Reixach i Feixes. La lluvia, tan deseada en tiempos de sequía, fue la otra protgonista de la noche. Pero el show era tan espectacular que nadie, ni aquellos que no tenían paraguas, se levantaron de su asiento: impresionante. Pero a las 22:54 horas tras el primer rayo y y pasar del chrimiri a una lluvia intensa se suspendió el espectáculo unos momentos. Quince minutos después, definitivamente, pese a la entrega de chubasqueros gratuitos.

Aún así, las chicas del Cor de Noies, de entre 16 y 25 años, llenas de energía, deleitaron a los espectadores que se quedaron con dos canciones improvisadas a capella en los jardines del Grec cuando la lluvia ya había escampado. Un momento espontáneo que el centenar de asistentes que tuvo la suerte de disfrutarlo recordará, por lo mágico que fue.

El Cor de Noies del Orfeó Català dirigido por Buia Reixach cantando en los jardines del Teatre Grec cuando ya se había suspendido el espectáculo y ya no llovía.

El Cor de Noies del Orfeó Català dirigido por Buia Reixach cantando en los jardines del Teatre Grec cuando ya se había suspendido el espectáculo y ya no llovía. / Jordi Otix

Entre los representantes políticos este año había novedades tras la llegada 'in extremis' de Jaume Collboni a la alcaldía, que se sentó al lado de la nueva teniente-alcalde de Cultura, Maria Eugenia Gay. En la misma fila estaban sus contricantes Xavier Trias y Ernest Maragall, regidores del Ayuntamiento. Pero a la única que el públicó aplaudió cuando entró fue a la exalcaldesa Ada Colau que saludó con un afectuoso beso a Trias y a Collboni antes de tomar asiento.

Por parte del gobierno de la Generalitat destacó la presencia de Natàlia Garriga, consellera de Cultura. Tampoco faltó el flamante comisionado de Cultura del Ayuntamiento, Xavier Marcé. Y entre los artistas que acudieron a la inauguración se pudo ver a las coreógrafas y bailarinas Lali Ayguadé y Núria Guiu, actores como Jordi Bosch, Julio Manrique y Cristina Genebat y directores como Oriol Broggi, de La Perla29.

'The pulse', el espectáculo inaugural del Grec.

Aspecto del Teatre Grec al inicio de la función. / Jordi Otix

Lo terrenal y lo espiritual sumaron en un espectáculo que disparó las pulsaciones de más de uno. En diferentes momentos el público tuvo el alma en vilo mientras admiraba el espectáculo. El riesgo forma parte de esta propuesta tanto como la belleza y la plástica de las imágenes que genera la fuerza y determinación de sus fibrados intérpretes circenses. Todo está milimetrado en el 'show', especialmente los riesgos que implica trabajar sin colchoneta alguna, confiando en la capacidad del grupo para sostenerse siempre los unos a los otros.

La idea de los creadores, el director Darcy Grant y del compositor Ekrem Eli Phoenix era reflejar cómo las comunidades y las personas responden a los cambios sutiles o significativos que sucenden a nuestro alrededor. Por eso todo está en transformación en escena con momentos de energía frenética y otros pausados, con cuadros donde predominaba la masa frente al individuo y solos que permitían disfrutar de la depurada técnica de los intérpretes. Algunos parecían de goma. El aclamado espectáculo es fruto de la pandemia durante la cual los protagonistas australianos trabajaron intensamente con el compositor y un coro de voces jóvenes de Adelaida, donde se estrenó este aclamado show.

Sorpresas

'The pulse' combina diferentes disciplinas con ritmo, generando tensión. Hay un pulso constante en escena y hasta un momento de cierto caos que es mejor no desvelar para que pueda soprender también a quienes vayan a disfrutar de las dos funciones que quedan hasta el sábado. Esperemos que la lluvia no obligue a suspenderlas.

La escenografía es despejada pero no en ella no paran de suceder cosas. La iluminación, los efectos de humo y unas cuerdas potencian la idea de cambio constante. Una metáfora también de nuestro mundo acelerado tal vez donde el individuo y la masa conviven, donde la creatividad humana y la suma de voluntades hace posible cosas increíbles. Son muchas las construcciones humanas en altura que impactaron pero también la precisión del trabajo coreográfico que fue todo un desafío para el Cor de Noies del Orfeó Català que no para de insuflar vida al espectáculo. Sus magníficas voces son tan importantes como los movimientos precisos que deben realizar sin perder el ritmo vibrante de la música.

Ya fuera cantando música sacra a veces, con sonidos sincopados otras, o solo contando del uno al cinco, ellas marcaron desde el principio el tono de un espectáculo con imágenes que iban de la poesía a la violencia, con toques de humor a veces. El coro se integró en el espectáculo como si fuera lo más natural cuando, en general, trabaja de forma estática. Con su música y actuación el espectáculo el circo adquiere otra dimensión. Aunque en realidad las fronteras entre danza contemporánea, acrobacia, teatro y música se diluyen en 'The pulse'.

La compañía australiana ha evolucionado considerablemente desde su última actuación en el Teatre Grec con 'Backbone', cuando vinieron por primera vez en 2019. Esperemos que no sea la última.

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