Entrevista

Cesc Casadesús: "Barcelona necesita que alguien pilote el barco de la cultura"

Diez espectáculos clave del Grec 2023

El circo despunta en el Festival Grec: una decena de propuestas para todas las edades

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casadesus / JORDI OTIX

Marta Cervera

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Cesc Casadesús está listo para volver a disfrutar del Grec en una edición más popular y más sostenible con  88 propuestas de las cuales una, 'Who killed my father' ha caído por lesión del protagonista y se presentará de otro modo. Es la séptima edición del festival diseñada por este gestor que ha sabido trazar interesantes alianzas para sacar partido del presupuesto de 3,3 millones de euros. Este año el festival cuenta con más circo y más música coral que nunca, un homenaje a la creatividad de dos disciplinas en plena evolución que se juntarán en el espectáculo inaugural en el Teatre Grec este jueves.

¿Es este su Grec soñado?

En parte sí porque es el Grec más popular. Por un lado la plaza Margarida Xirgu estará dedicada a actividades y espectáculos para público familiar, gratuitos. Por otra, habrá una propuesta singular en Paseo de Gràcia este domingo con 'Traceurs', protagonizado por el funambulista Nathan Paulin, también gratuita. Yo tengo el recuerdo de ese Grec en el que un gigante de la compañía Royal de Luxe bajaba por el Paseo de Gràcia. Espero dejar huella con esta singular propuesta que se realiza con motivo del 200 aniversario del Paseo de Gràcia.

¿Cómo definiría 'Traceurs', un espectáculo a 50 metros de altura?

No es un espectáculo sino un acto poético que contrasta con la inauguración en el Teatre Grec porque si 'The pulse' ensalza la colectividad, el grupo, el acto de la inauguración popular se centra en el individuo. Es un equilibrio muy bonito. Además, antes de que salga Nathan Paulin a caminar por las alturas sobre el vacío, se leerán poemas. Poeta de Guàrdia estará en la plaza Catalunya y la gente podrá elegir a la carta el poema que desea escuchar. Los habrá sobre el miedo a caer, el vacío, la incertidumbre y otros temas relacionados con el equilibrismo.

Todos hacemos equilibrios en esta vida. 

'Traceurs' es una metáfora. Se puede leer de muchas maneras. Por ejemplo, la soledad y fragilidad que vivimos durante la pandemia, el miedo a caer o la incertidumbre. El audio nos conecta con sus pensamientos. Habla de su familia, de sus miedos, de lo que siente cuando está ahí arriba con el viento en la cara. Es algo introspectivo que da que pensar mientras surca el cielo sobre una cinta de 350 metros que se colocará entre el edificio de Telefónica en Plaza Catalunya con Portal de l'Àngel hasta el de Generali, situado en Paseo de Gràcia con Gran Via. Un recorrido de 350 metros que, como le parecía poco al artista, hará de de ida y vuelta.

El circo y la música coral despuntan más que nunca en esta edición. ¿Ha logrado compensar las diferentes disciplinas en el festival?

Inaugurar es un acto simbólico y tener esta doble inauguración hace que el circo sea más visible. Pero sigue predominando el teatro en la programación. Danza y circo sí están más equilibrados en esta edición. Pero no he puesto cualquier circo, sino el que a mí me interesa: contemporáneo, comprometido, personal. Veremos a artistas con personalidades muy marcadas y un lenguaje muy personal a quienes a veces la etiqueta de circo no les encaja del todo. Son espectáculos que parten del circo pero van más allá, utilizando lenguajes muy interesantes.

La música coral también destaca en la programación. ¿De dónde nace su interés por ella?

Yo provengo de L'Esquirol, una localidad de Osona que tenía un coro local que dirigía mi primo, Joan Crosas. Cuando se hizo el festival de Cantonigros yo tenía 15 años y participé en la creación de esa muestra de música coral y danza folclórica . Empecé como regidor de escenarios, me ocupaba de las entradas y salidas de los intérpretes que vivían con la gente de la zona durante el festival. Fue así como descubrí el mundo del espectáculo, trabajando detrás del escenario. Estuve 30 años trabajando como voluntario. Allí hice de todo: de regidor, de guía y al final, hasta fui jurado.

¿Qué queda de entradas para el Grec 2023?

De las 160.000 puestas a la venta sobre todo quedan para los espectáculos de la segunda quincena. Este año la venta ha empezado antes debido a las elecciones municipales. Y lo cierto es que se ha vendido más que el año anterior. Del inaugural en el Teatre Grec se han liberado algunas recientemente. El problema es que todo el mundo quiere ver lo mismo. Pero recomiendo rascar un poco y descubrir otras propuestas más allá de las figuras conocidas.

¿Por ejemplo?

De los espectáculos del Teatre Grec de la segunda quincena queda casi de todo. En particular vale la pena fijarse en 'For Evita', el musical de Jordi Prat i Coll porque será una bomba. También quedan de 'La plaça del Diamant', una propuesta muy delicada de Carlota Subirós con diferentes actrices en el rol de Colometa. Y del Grec Ciutat queda mucha cosa. También de los espectáculos internacionales como 'The confessions', de Alexander Zeldin. Y del 'Ubú' de Bob Wilson en el TNC se ha puesto alguna función más debido al éxito.

La danza y el circo tienen cada vez más fans. Sorprende que teniendo tanta salida no interesen más a los teatros privados. 

Da un poco de rabia. A Alba Sarraute le fue muy bien en el TNC con 'Desdémona' y también a Manolo Alcántara con 'Déjà vu', por ejemplo. No sé que pasaría con temporadas más largas. Hace tiempo que hablo con empresarios. Quizás alguno de ellos se atreverá pronto con el circo. Espero que el 'boom' del circo este año en el Grec ayude.

¿De qué se siente más orgulloso de la edición actual?

De hacer de la necesidad virtud. Con el presupuesto que tenemos, que es muy ajustado, hacemos virguerías. Las alianzas han permitido trabar proyectos que de otra manera hubiera sido imposible tener. Ha habido un trabajo muy laborioso para que todo encajara sin forzar. Los espacios singulares, por ejemplo, permiten crear otro tipo de cosas creando un tipo de emoción diferente. 

¿Hay alguien que haya invitado al Grec y no haya querido venir?

Hay un gran espectáculo muy chulo que quería venir pero no ha podido ser porque no salían los números. No estamos en la liga de festivales con grandes recursos económicos. 

¿Qué cambios ha implementado en sostenibilidad?

El año pasado empezamos con la compensación de carbono. Gracias a une estudio hemos descubierto que la mayor carga de carbono viene más por los desplazamientos del público que por los artistas. Evidentemente, recomendamos el transporte público. Habrá autobuses lanzadora eléctricos hasta el Teatre Grec y hemos cambiado los grifos de los lavabos por unos de bajo consumo. También se ha eliminado el plástico. Todos los artistas tendrán una cantimplora Grec que podrán rellenar y en lugar de botellines de agua de plástico habrá depósitos de agua. Este año nos centramos más en el ciclo del agua. La compensación de carbono la haremos a través de una planta hidroeléctrica en África.

La precariedad es un tema recurrente en el sector de la cultura. ¿Cómo ve el panorama?

El mito de la precariedad lo pondría en interrogante. No es fácil vivir de este trabajo, cierto, pero todos los oficios son difíciles. Siempre hay posibilidades de hacer cosas. Las becas Barcelona Crea han dado una base para investigar y las fábricas de creación, espacio a los artistas. Lo que más cuesta es levantar recursos para hacer una producción. Uno de los grandes retos es la difusión. Si tuviera que hacer política cultural pondría el acento en la difusión y los públicos. Districte Cultural ha permitido a muchos artistas actuar en Barcelona pero a nivel de Catalunya, la difusión es muy limitada. La Veronal, por ejemplo, empieza a viajar por el país pero su circuito es internacional. Al final, muy pocos llegan a la cima. El mundo del espectáculo es piramidal: ni hay trabajo para todos ni todo el mundo es bueno.

Ya prepara la edición del 2024. Pero después de su último Grec, ¿a qué se dedicará?

Lo ideal sería irme seis meses a Sudamérica para pensar qué quiero hacer. Esto es lo que me pide el cuerpo. No tengo nada previsto y me gustaría tener un tiempo para descubrir qué me apetece. Me costó mucho levantar el Grec de la pandemia. El año pasado todavía me sentía casi sin fuerzas a causa del esfuerzo porque hubo momentos muy duros en el 2020, 21 y 22. Estuve a punto de decir: no puedo más. Pero este año es diferente, lo estoy disfrutanto. 

¿A pesar de los cambios en el Ayuntamiento?

A mí me nombró Collboni. Él era responsable de Cultura cuando se hizo el concurso a través del cual fui elegido. No creo que haya divergencia desde el punto de vista del proyecto. Pero el área de Cultura en Barcelona sí necesita algo más de dirección ahora mismo. Nos han faltado directrices tanto con Jordi Martí cuando era Teniente Alcalde como con Joan Subirats. Ambos se ocupaban de demasiadas cosas, les faltaba tiempo, no capacidad. Necesitamos a alguien que esté allí y que pilote el barco. Cultura debería tener su propia personalidad dentro del gobierno de la ciudad, no alguien que se ocupa de varias cosas en la alcaldía y además, de Cultura.