Música para reinar
¿Por qué ha sonado el himno de la Champions (o algo parecido) en la coronación de Carlos III?
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Rafael Tapounet
Periodista
El pasado mes de septiembre, tres equipos ingleses (Liverpool, Manchester City y Chelsea) y uno escocés (Celtic de Glasgow) jugaban como locales sus partidos correspondientes a la segunda jornada de la fase de grupos de la Champions League. En ninguno de esos encuentros disputados en suelo británico sonó el himno de la competición, como muestra de respeto al periodo de luto decretado tras la muerte de la reina Isabel. Lo paradójico de la cuestión es que en la ceremonia de coronación de Carlos III sí se ha escuchado el himno de la Champions. O, al menos, algo muy parecido.
Lo que ha sonado, en realidad, es ‘Zadok the priest’, uno de los cuatro himnos que Georg Friedrich Händel compuso por encargo en 1727 con motivo de la coronación del rey Jorge II. En aquella época, Händel acababa de convertirse en súbdito británico (su Acta de Naturalización fue uno de los últimos documentos firmados por el rey Jorge I antes de fallecer) después de alcanzar un enorme prestigio en toda Europa gracias a su trabajo al frente de la Royal Academy of Music. Tomando como punto de partida unos textos de la Biblia del Rey Jacobo, Händel compuso los cuatro ‘Himnos de la Coronación’ en apenas tres días. O eso se dice.
Aceite perfumado
‘Zadok the Priest’ se basa en el relato bíblico de la proclamación de Salomón como rey de los israelitas por parte del sacerdote Sadoc y el profeta Natán, un episodio que ya aparece mencionado en la crónica de la coronación de Edgar el Pacífico, en el año 973. Desde 1727, la pieza de Händel ha acompañado la investidura de todos los soberanos británicos, sin excepción, y suele ser interpretada en el momento de la unción del nuevo monarca con aceite perfumado.
Casi cuatro décadas después de que ‘Zadok the Priest’ sonara en la ceremonia de coronación de la reina Isabel II, la UEFA encargó en 1992 al compositor inglés Tony Britten la creación de un himno para la principal competición continental de clubes, que estaba a punto de ser rebautizada como Liga de Campeones. Britten resolvió la papeleta acudiendo a la obra de Händel e introduciéndole pequeñas modificaciones, entre ellas una letra en francés, alemán e inglés de ambición poética más bien limitada (“estos son los mejores equipos, los maestros, los campeones...” y todo así). Britten tenía coartada, ya que fue el propio Händel quien, en vida, autorizó expresamente la utilización de su himno en todo tipo de ceremonias y actos públicos (él mismo recicló varios pasajes en algunas de sus obras posteriores).
Es tanta la semejanza entre el himno de la Champions y ‘Zadok the priest’ que cuando en 2002 el coro de la Academy of Saint Martin in the Fields fue invitado a participar en la grabación de un disco de himnos futbolísticos (‘World Soccer Anthems’), se limitó a interpretar la pieza original de Händel. La misma que sonará en la coronación de Carlos III, que, por cierto, es hincha del Burnley FC, un club histórico que esta temporada juega en la Championship, la segunda categoría del fútbol inglés. Lejos de la Champions.
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