Fin de una era

Capilla ardiente en Edimburgo | Cinco horas y media de cola para dar el último adiós a la reina Isabel II

DIRECTO | Última hora de los actos para despedir a la reina Isabel II

Laura Puig

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¿Qué son cinco horas y media de cola frente a 70 años de reinado? Ese era el sentimiento mayoritario de los estoicos ciudadanos que este lunes han decidido rendir el último tributo a la reina Isabel II en la catedral de Saint Giles de Edimburgo. Cinco horas y media, que en algunos casos han sido algunas más, para recorrer una distancia de unos 3,5 kilómetros en medio de un frío casi invernal. Este es el relato de esos 330 minutos:

19 horas: Empieza la cola en los Meadows, un gran parque de la capital escocesa próximo al templo en el que se ha ubicado el féretro de la monarca. No se ve el final de la cola, por lo que es imposible ser consciente de la magnitud de la gesta que se avecina. Los ciudadanos se colocan disciplinadamente por orden de llegada y empiezan a caminar hacia un destino incierto. A esa hora, el cálido sol que ha estado luciendo toda la jornada empieza a perder intensidad y va ganando terreno un viento gélido. La temperatura todavía es soportable, unos 16 grados.

19.45 horas: El tiempo pasa despacio y empiezan a trabarse las primeras relaciones en la cola. Gina, Gordon y Tara Tannock -madre, padre e hija- han venido desde Saint Andrews, a 45 minutos de Edimburgo, para asistir a la capilla ardiente. Han llegado hace un par de horas, directos desde el trabajo. Tara estudia Negocios en Aberdeen, pero las clases no empiezan hasta la semana que viene, así que podrá dormir toda la mañana. Gina expresa su tristeza por el fallecimiento de la reina: "Era como la mamá de todos". Gordon hace hincapié en su largo reinado. El sol se esconde rápido y la temperatura cae de golpe. La humedad empieza a castigar. El teléfono marca 13 grados y bajando...

20.10 horas: Dorothy es de Hong Kong, excolonia británica, pero lleva viviendo desde hace año y medio en la capital escocesa. Su hijo ya residía aquí, y ella y su marido, que están jubilados, decidieron venir a vivir con él. "En Hong Kong las cosas están muy mal. Mucha gente se ha ido a vivir a otros países", asegura. Se han acercado a presentar sus respetos a la reina porque consideran que "era una buena persona".

Recorrido de la zigzagueante cola en el parque de los Meadows.

Recorrido de la zigzagueante cola en el parque de los Meadows. / LAURA PUIG

Café y WC portátiles

20.30 horas: Hay algunos puestos de café y de comida (pocos, un par), pero también hay que hacer cola. Para aquellos con apuros fisiológicos, hay unos oportunos WC portátiles en un extremo del parque. A lo lejos, unos jóvenes hacen malabares con fuego, un fuego que se ve apetecible para entrar en calor en la larga espera. La cola en los Meadows empieza a hacerse interminable tras varios zigzags atravesando el parque una y otra vez. Sale el tema de Guillermo, el hijo del rey. "Yo hubiera preferido que hubiese sido él el monarca", confiesa Gina. "Carlos se portó muy mal con Diana", subraya. "Pero lo hará bien, ha tenido una buena maestra y lleva 73 años preparándose para esto", apunta Gordon.

21.00 horas: "¿A qué hora sale tu vuelo?", pregunta Gordon, preocupado por si la cosa se alarga más allá de la noche. Él y su familia tienen que regresar a Saint Andrews porque este martes trabajan. Él tiene flexibilidad horaria, pero Gina debe fichar a la 8 de la mañana. Empiezan a flaquear las fuerzas.

21.20 horas: Se une a la conversación una pareja de Stirling -también a 45 minutos de Edimburgo-, María y Stuart, mexicana y escocés. La espera da para hablar de la familia, de los límites de velocidad en las carreteras (ellos también regresan a casa tras la capilla ardiente), del peculiar acento escocés -que va por zonas- y hasta de higiene dental. Muchas personas van siguiendo las noticias y la cobertura en directo de los medios a través del móvil. Mala idea: la BBC avisa de que hay una cola de una milla, 1,6 kilómetros. En estos momentos, es más larga. Un gaitero ameniza la espera tocando 'God save the King'.

21.45 horas: Una chica de la organización explica a unas personas que pasan por allí que en estos momentos la cola, desde su inicio, es de más de 15 horas. Miradas de escepticismo entre los presentes: nadie quiere creerla. La espalda empieza a doler y el frío insensibiliza los dedos de los pies.

Dos horas para la meta

22.00 horas: Gina ha ido a por cafés para todos. Un amor. Lo que une la reina no lo separa nadie. Otra mujer de la organización explica que quedan 20 minutos (¡solo!) para llegar al punto donde entregan las pulseras amarillas que dan acceso a la catedral. "Y tenéis suerte, porque antes desde allí eran cuatro horas hasta Saint Giles, pero ahora son solo dos" (¡¡solo dos!!). Dudas de si está mintiendo para dar ánimos.

22.26 horas: La mujer tenía razón. Pulsera amarilla en la muñeca. Solo quedan dos horas para el destino final.

LosTannock, con sus pulseras amarillas.

LosTannock, con sus pulseras amarillas. / LAURA PUIG

23.05 horas: La cola pasa junto a una instalación que alberga una fiesta universitaria, un universo paralelo en estos días de duelo nacional. Es la "Wellcome week", la semana de bienvenida para los estudiantes de la Universidad de Edimburgo. Se oyen risas y música en su interior.

00.00 horas: Último tramo, se empieza a ver luz al final del túnel. Un joven de la cola cuenta que en Londres ya hay 30 horas de cola para la capilla ardiente que se instalará en Westminster a partir del jueves. "Eso ya es demasiado", coinciden Gina y María con ojos desorbitados. Al lado, otro joven pregunta a una pareja de policías "para qué es la cola". ¿En serio?

00.20 horas: Control de seguridad. No se pueden entrar mochilas, pero los vigilantes de seguridad se apiadan de esta enviada especial, que lleva su kit de trabajo y supervivencia a cuestas. Los compañeros de espera se dispersan a causa de este trámite preceptivo para poder acceder al templo.

El puesto de control para revisar bolsos y mochilas antes de acceder a la catedral de Edimburgo.

El puesto de control para revisar bolsos y mochilas antes de acceder a la catedral de Edimburgo. / LAURA PUIG

00.28 horas: La mujer de la organización ha clavado su predicción: ¡dos horas exactas! Llega el momento de entrar en la catedral de Saint Giles (San Gil o San Egidio), un edificio que empezó a construirse en el siglo XII y cuya estructura actual data de finales del siglo XIV. En realidad, esta iglesia de estilo gótico no es una catedral, puesto que la diócesis se encuentra en Saint Andrews. En silencio, dos colas pasan por ambos lados del féretro de la reina, cubierto con el estandarte real de Escocia. Sobre el mismo se han colocado flores recogidas en Balmoral y la corona de Escocia, elaborada con oro escocés y 22 piedras preciosas y perlas de agua dulce. Cuatro guardias custodian el ataúd. Prohibido terminantemente hacer fotos o grabar vídeos. La policía ha avisado de que todos los móviles y cámaras que se requisen no serán devueltos. Todo el mundo obedece.

00.31 horas: Tres cortos minutos dura el recorrido por la capilla ardiente. En la calle de nuevo, el termómetro marca 11 grados. A la salida, los compañeros de cola se reencuentran y se despiden como viejos amigos. Lo que ha unido la reina no lo separará nadie.

Entrada a la catedral de Saint Giles.

Entrada a la catedral de Saint Giles. / LAURA PUIG

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