Carey Mulligan: "Todas las mujeres han sufrido una experiencia sexual inapropiada"

¿Por qué el acoso sexual está tan arraigado y es tan difícil de abordar? Lo dice Patricia Clarkson, que interpreta a Rebbeca Corbett, redactora jefe de The New York Times, en 'Al descubierto', la película que aborda la investigación periodística que llevaron a cabo Jodi Kantor y Megan Twohey para destapar el escándalo de Harvey Weinstein. El magnate de la producción de Hollywood utilizó durante décadas su situación de poder para ejercer el abuso continuado a las mujeres de su entorno agrediéndolas sexualmente mientras todo el mundo a su alrededor callaba, por miedo y porque ese tipo de conductas parecían amparadas por el propio sistema. 

'Al descubierto' no solo se integra dentro de las ficciones que han abordado el Me Too en los últimos tiempos, sino que podría erigirse como la película fundamental para entender la magnitud del movimiento. Antes de que saltara la noticia, parecía imposible hablar de los abusos sexuales. Y eso es precisamente a lo que tuvieron que enfrentarse Kantor y Twohey a la hora de introducirse en su investigación: había un secretismo total en torno a Harvey Weinstein, algo que él se había encargado de preservar a través de sobornos y contratos privados de confidencialidad. El dinero y la coacción habían sido fundamentales a la hora de borrar sus atrocidades. ¿Cómo desenmascarar al monstruo? 

En 'Al descubierto' precisamente se pone de manifiesto la importante labor del periodismo como altavoz de las causas que permanecen en la sombra y que resultan fundamentales para configurar una sociedad que se despoje de las lacras del heteropatriarcado, del racismo estructural y la homofobia. 

Para embarcarse en esta aventura reivindicativa, a Zoe Kazan y a Carey Mulligan les pareció fundamental el enfoque feminista de la película: que estuviera dirigida por una mujer (Maria Schrader), que el guion lo dirigiera una dramaturga del prestigio de Rebecca Lenkiewick y que se ciñera al rigor con el que las protagonistas, Jodi Kantor y Megan Twohey, abordaron el tema, acercándose a las víctimas desde la empatía y logrando romper su barrera de miedo y silencio.

“Lo que más me sorprendió fue la cantidad de detalles que exponían sobre su trabajo", cuenta la actriz Zoe Kazan. "Aprendimos mucho sobre la tenacidad y al mismo tiempo la sensibilidad con la que trataron a las víctimas, poniendo el foco en el abusador. Pero creo que lo fundamental en la película es que no es un retrato sobre la violencia contra las mujeres. Weinstein no es un personaje, nunca vemos su cara. Hay decisiones muy importantes aquí que la alejan del sensacionalismo. Por eso es tan importante, porque pone el foco en las mujeres, las que escribieron esta historia y las que ayudaron a que esto sucediera”, cuenta Zoe Kazan. 

La actriz está segura de que esta película resulta una pieza clave para entender de dónde venimos y en qué momento nos encontramos a la hora de concienciar al público, tanto femenino como masculino, sobre las raíces de un sistema podrido. “Creo que todas las mujeres, en mayor o menor medida, han sufrido alguna experiencia inapropiada que las ha hecho sentir incómodas, tanto en su trabajo como en su vida personal. Todas son, de algún modo, formas de violencia e intimidación que hasta el momento había sustentado el patriarcado”, afirma la actriz.

Carey Mulligan ya protagonizó otra de las películas clave del Me Too, 'Una joven prometedora', en la que se convirtió en una especie de heroína vengadora de los abusos a los que había sido sometida su mejor amiga durante sus años universitarios. “Creo que resulta muy potente que en la película las mujeres hablen a la cámara de sus experiencias personales. Y esto genera que se siga fomentando una conversación seria sobre este tema y que se sigan destapando más casos que permanecen ocultos”, apunta la intérprete.

En 'Al descubierto' aparecen rostros conocidos que impulsaron el caso Weinstein, como el de Ashley Judd, que resultó fundamental para que otras mujeres se unieran a la causa. Pero también encontramos otros nombres del star system de Hollywood, como Rose McGowan o Gwyneth Paltrow, la estrella de la compañía de Harvey Weinstein cuya colaboración en la investigación fue fundamental. No resulta óbice destacar que Brad Pitt es uno de los productores e impulsores del proyecto. Durante años colaboró con Weinstein y contribuyó a esa ley del silencio, a pesar de que su novia en ese momento, Paltrow, había sido acosada e intimidada por el magnate. Un ajuste de cuentas que no pasa desapercibido. 

“Me impresiona lo valientes que fueron las mujeres que denunciaron. Gracias a ellas fue posible todo. Se arriesgaron, pusieron en peligro sus vidas, su credibilidad, su futuro. Y a pesar de todo, lo hicieron. Les debemos mucho. También me gustaría remarcar que lo hicieron juntas, que se unieron, y por eso su voz se hizo más fuerte y legítima”, continúa Mulligan. “Pienso en todas las generaciones que vendrán después y cómo su percepción de lo que está bien o está mal ha cambiado y no es tolerable”.

Tanto Mulligan como Kazan coinciden en que lo que hizo Tamara Burke, que auspició el movimiento, resultó fundamental, así como la reacción de la actriz Alissa Milano, que popularizó el hastag #MeToo que promovió el activismo en las redes. “Todas ellas han sido una fuente de inspiración para las mujeres del mundo, para que cambie nuestra perspectiva cultural y se hable de nociones como el consentimiento. Para bien o para mal, la industria del cine y el entretenimiento es un reflejo de nuestro mundo y tenemos que seguir trabajando para reflexionar sobre sus males”, concluye Zoe Kazan.

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