El feminismo de ‘Mujercitas’ vuelve a casa por Navidad gracias a los lápices de Antonio Lorente

El ilustrador Antonio Lorente vuelve a casa por Navidad. ‘Peter Pan’, ‘Ana de las Tejas Verdes’, ‘Tom Sawyer’ y, ahora, ‘Mujercitas’: al almeriense de 35 años se le puede aplicar la nostálgica melodía del turrón, pues cada año por estas fechas brinda su versión de uno de los grandes clásicos juveniles, en cuidada edición de Edelvives. Esta vez se atreve con la obra de Louisa May Alcott(1832-1888), publicada originalmente en 1868. "¡Es el clásico de los clásicos, la reina de los clásicos!", repite el dibujante, que reivindica como "una historia con ingredientes atemporales, muy actual y contemporánea, que comunica hoy igual que lo hizo en su época, cuando fue una revolución, porque es muy feminista y por los muchos valores que transmite. Cada personaje tiene sus virtudes y sus defectos, que intentan corregir". 

Louisa May Alcott, ella misma defensora de los derechos de las mujeres, reflejó en la historia de la familia March mucho de la suya propia. ‘Mujercitas’ transcurre durante la guerra de Secesión norteamericana (1861-1865), donde cuatro jóvenes hermanas, Meg, Jo, Beth y Amy, de personalidades muy distintas, crecen junto a su madre en Massachussets mientras su padre está en el frente. La novela, llevada sucesivamente a la gran pantalla, supuso tal éxito a su autora que por petición popular, al año siguiente publicaba una continuación, ‘Aquellas mujercitas’, de la que Lorente está terminando la versión ilustrada, que saldrá en primavera. Coincide este rescate del clásico con el que ha hecho Viena Edicions, lanzando los dos volúmenes con la versión íntegra del texto en catalán.

Ilustración de Antonio Lorente para 'Mujercitas'.

Jo es la clave, la más intelectual de las hermanas, la joven que solo desea ser escritora, un personaje que marcó a autoras como Simone de Beauvoir, Patti Smith, Elvira Lindo o Espido Freire, como recuerda ella misma en el prólogo de la edición de Edelvives. "May Alcott siempre dijo que Jo era su ‘alter ego’ -recuerda Lorente-. Fue una autora adelantada a su tiempo, una época en que a las mujeres les decían que debían casarse. Y con Jo rompe todos los esquemas. Aunque cedió a la presión de los lectores, que querían que la casara, no lo hizo con Laurie [el joven nieto de su vecino], sino con alguien mucho mayor". 

Mujeres empoderadas

Cuando ilustró ‘Ana de las Tejas Verdes’, de Lucy Maud Montgomery, los lectores le "pedían a gritos" que también versionara ‘Mujercitas’. "Querían coleccionarla junto a ‘Ana’. Tienen un alma parecida. Son mujeres empoderadas, feministas, adelantadas a su época".   

Ilustración de Antonio Lorente para 'Mujercitas'.

Surrealismo pop

Siempre con un cuaderno y un lápiz en el bolsillo y acumulando libretas de bocetos, Lorente se consolida con un universo totalmente reconocible. En sus personajes, siempre resaltan sus grandes ojos acuosos. "¡Los ojos son el espejo del alma! Cuando el personaje te mira, en primer plano, lo hace directamente. Sabes si está triste o melancólico. Notas el sentimiento que te transmite, y este depende de cómo se siente el observador", afirma quien se enmarca en un estilo que define "surrealismo pop". "Me marcó mucho cuando estudiaba Bellas Artes, descubrir a Mark Ryden o a Margaret Keane, la precursora de este movimiento de enormes ojos, desorbitadas cabezas y muñecos desproporcionados, que al mismo tiempo tienen su proporción", cuenta el autor, que también bebe del barroco y Caravaggio para crear ilustraciones que "cuentan cosas que ofrecen una lectura al margen del texto, que transmiten cosas que se complementan con la historia que acompañan".   

El desplegable con las cuatro hermanas March vistas por Lorente.

Personajes con alma

No solo se ha ocupado de las grandes ilustraciones a página entera y a color, y del desplegable, sino también del resto de elementos gráficos que trufan esta edición íntegra traducida por Axel Alonso Valle: capitulares, grabados, guardas, detalles a pie de página o metáforas visuales, como un hilo rojo de costura (en japonés está ligado al amor), que va deshilándose a medida que las hermanas se separan del hogar, en alusión a "la unión fraternal que Jo teme perder". "El reto era plasmar a unos personajes con una identidad muy marcada que van creciendo. He sido fiel a la descripción de la autora -añade-. Me he desvinculado de la influencia de las adaptaciones cinematográficas. Para Amy, que tiene unos 6 años, aunque en el cine siempre la ponen con 20, me inspiré en mi sobrina. Siempre me fijo en gente real, para dotar de alma a mis personajes".  

Contrariamente a lo que se pueda pensar, esta colección de clásicos, asegura, la buscan los adultos. "Vienen padres súperemocionados a las firmas acompañados de sus hijos. Les hace regresar a su infancia, a cuando los leían ellos. Con el dibujo se convierten en objetos de colección. Es gratificante, porque los ilustradores antes siempre estábamos en la sombra y ahora el lector compra el libro por tu trabajo". Tras la segunda parte de ‘Mujercitas’, avisa, dará "un giro absoluto". Mostrará una parte oculta: "más oscura". 

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