Entrevista

Asa Larsson, vuelve la novela negra que llegó del Ártico

Tras una década de silencio, la escritora sueca cierra con 'Los pecados de nuestros padres' su serie de la fiscal Rebecka Martinsson ambientada en la remota Kiruna

La escritora sueca Asa Larsson, este martes en la librería Laie de Barcelona.

La escritora sueca Asa Larsson, este martes en la librería Laie de Barcelona. / RICARD CUGAT

Anna Abella

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Vuelve desde el frío y tras un largo silencio de una década la sueca Asa Larsson. Con su serie ambientada en la población minera de Kiruna (a 200 kilómetros del Círculo polar ártico) en la que se crió y protagonizada por la fiscal Rebecka Martinsson, abanderaba en 2009 en España, mano a mano con Camilla Läckberg, el ‘boom’ de la novela negra sueca tras la eclosión del fenómeno ‘Millennium’ del desaparecido Stieg Larsson (recordar que no son familia…). Publicaba entonces ‘Aurora boreal’, al que siguieron cuatro títulos más hasta ‘Sacrificio a Mólek’, de 2013. Faltaba la última entrega, la que debía cerrar la saga: 'Los pecados de nuestros padres' (Seix Barral / Columna), que en apenas dos semanas en librerías ya está entre los más vendidos y va por la segunda edición. Sus lectores no la habían olvidado. 

Pregunta obligada: ¿Qué pasó para tan largo paréntesis? "No estaba en rehabilitación ni nada raro", bromea Asa Larsson (Upsala, 1966), que empezó a escribir durante su baja maternal y acabó abandonando su trabajo de fiscal. "Vi que ni mi hijo, que entonces tenía 11 años, ni sus amigos leían libros. Pensé que debía hacer algo y empecé a escribir una serie infantil que pudiera gustarles para incitarles a leer". Y lleva ya diez entregas de ‘Pax’, aventuras fantásticas y de misterio que firma con Ingela Korsell (Destino). "Este tiempo me ha servido para madurar cómo cerrar la serie de Rebecka", cuenta, y ahora se siente "libre" para volver, o no, a la novela negra. "Solo espero que una buena historia llame a mi puerta".

La escritora sueca Asa Larsson, este martes en la librería Laie de Barcelona.

La escritora sueca Asa Larsson, este martes en la librería Laie de Barcelona. / RICARD CUGAT

En 'Los pecados de nuestros padres', la fiscal investiga la desaparición, 60 años atrás, del padre de un famoso boxeador cuyo cadáver aparece en un congelador de una remota granja. En ella, también encuentran muerto al dueño, vinculado a la infancia de la madre de Martinsson y que liga con el título de la novela. "Todos, de alguna manera, heredamos las penas que nuestros padres no lloraron y no abordaron. Yo me crié en un entorno religioso muy estricto y debes liberarte de eso y buscar tu propia fe libremente", opina Larsson, quien hace unos años contaba a este periódico que de joven temía que su madre fuera al infierno por ser lesbiana.

El gélido 'personaje'

La gélida Kiruna es "un personaje más" en sus novelas, admite. "Es mi herencia y mi legado. Para mí es mi hogar, pero para el resto de Suecia es un lugar exótico. Y aquí es víctima de un crimen. Ha vivido de la minería de hierro, pero ahora eso es su maldición. El subsuelo se hunde, ha devorado sus cimientos y en pocos años no se podrán pisar sus calles. Por eso se ha construido una nueva Kiruna. La antigua es ya una ciudad fantasma. En estos casos proliferan los delitos económicos que destruyen la sociedad". 

Habrá unos cuantos asesinatos más en una historia que transcurre en dos tiempos, 1962 y la actualidad, con lazos con la mafia rusa. "Yo era abogada de delitos económicos. El crimen organizado y el fraude tributario e inmobiliario arrastran todo lo demás, la droga, la prostitución… Kiruna ha atraído a muchos trabajadores, la mayoría hombres, con problemas de salud, divorcios...".  

El ascenso de la ultraderecha

Rebecka Martinsson (nombre en homenaje a Martin Beck, el inspector de Per Wahloö y Maj Sjöwall) "vuelve a lidiar con la depresión", admite. "No todo el mundo es feliz y me gusta ofrecer esperanza, mostrar que en la vida siempre se puede salir adelante. Ella debe reflexionar sobre su camino. Se valora mucho a sí misma por sus logros en el trabajo y tiene ambición, pero su inseguridad perjudica sus relaciones", explica.   

Larsson califica de "espantoso y aterrador" el ascenso de la extrema derecha en las recientes elecciones de Suecia. "Las desigualdades económicas hacen posible que estos movimientos crezcan y calen en gente, que se autoengaña y que paradójicamente suele vivir en suburbios y necesita por ejemplo de la sanidad gratuita y universal que defienden los partidos demócratas. Aún estoy en ‘shock’, como cuando ganó Trump en Estados Unidos". 


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