Un golpe directo a la conciencia

“Aquí te puedes llevar un porrazo, allí un tiro en la cabeza”. El aquí es Europa; el allí Guatemala y Honduras. Y los que encajan un mamporro o una bala, los defensores de lo evidente. Quien habla es Gervasio Sánchez (Córdoba, 1959), periodista que poca presentación necesita. Y lo hace a raíz de la inauguración de su nuevo proyecto: 'Activistas por la vida’, exposición, libro y audiovisual que pone imagen, voz y texto a hombres y mujeres que viven amenazados de muerte (y que mueren) por defender la naturaleza y los derechos humanos. Hombres y mujeres que protegen con sus vidas sus tierras de cultivo, su acceso al agua y el descanso de sus ancestros.  Hombres y mujeres que nos defienden a todos. Sin naturaleza no hay vida. Ni aquí ni allí. La exposición encoge el estómago. Es un directo a la mandíbula del pequeño burgués que los europeos llevamos dentro. Una sacudida a la conciencia con sofá. En Honduras y Guatemala se muere por defender a un río del veneno. A un bosque de la tala. A una mujer de la violencia sexual. Y el dinero que financia tal destrucción sale de los megaproyectos hidráulicos, mineros, madereros… de los países ricos y con supuesta conciencia. 

“Hay gobernantes corruptos, empresarios depredadores y pistoleros sin escrúpulos. Eso lo sabemos todos. Pero de lo que hay que hablar es de quién corrompe al corrupto: empresas estadounidenses en Honduras, y empresas canadienses y europeas en Guatemala”. Palabra de periodista con cámara y pluma dedicadas durante años a evidenciar las consecuencias de los conflictos armados en todo el mundo. Así que lo suyo es mirar a estos héroes a los ojos.  A Santiago Matute, indígena tolupan, los sicarios no lo encontraron, así que se cebaron en su padre y su hermano. Murieron asesinados en febrero del 2019. ¿Su delito? No querer vender unos terrenos de los que tienen título de propiedad desde 1864 a una empresa maderera. A Rosa Elvira Coc Ix y a 10 mujeres más de origen maya kekchí las violó el personal de seguridad de la empresa minera canadiense HMI Nickel, en el 2007, por negarse a abandonar sus tierras. Y a Aparicio Pérez le llueven las amenazas de muerte por defender el río -ahora contaminado, desviado y secado por las grandes plantaciones de palma africana- que suministra agua a su comunidad. 

El lado oscuro

Son tres de los 40 testimonios que desde el Arts Santa Mònica explican la lucha y las secuelas de enfrentarse a grandes grupos transnacionales que operan con impunidad para extraer recursos naturales y materias primas. Pero no están todos. Los hay que acaban abandonando la batalla por agotamiento. “Algún personaje no aparece, a pesar de mi cariño por él y de su poderosa historia, por pasarse al lado oscuro”, cuenta Gervasio Sánchez. Explica pero no juzga. Sus historias son demasiado potentes para enjuiciarlas. “Sé como viven, he estado en sus casas, sé lo dura que es su vida”, apunta. Mientras, de fondo, suena la voz de Rosalina Domínguez: “No entienden que no sentimos amor por el dinero. Lo que queremos es mantener puros nuestro valle y nuestro río para pescar y bañarnos”. 

Ficha:  Exposición ‘Activistas por la vida’ Arts Santa Mònica (La Rambla, 7) Hasta el 14 de marzo

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