CRÍTICA DE DISCOS

The Black Keys, un chispazo de vida

El dúo de Ohio reaparece cinco años después con un álbum autoproducido que recupera las esencias

zentauroepp48944582 icult190705165559

zentauroepp48944582 icult190705165559 / periodico

J.Bianciotto, J.M.Freire, R.Roca, I.Fortuny

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El 1 de noviembre del 2018, el ciudadano estadounidense Edmund Zagorski, condenado a muerte por un doble asesinato (cometido 34 años antes), se convirtió en el primer ejecutado con silla eléctrica en el estado de Tennessee en once años. Cuando le invitaron a pronunciar sus últimas palabras, no se puso demasiado retórico: "Let’s rock" ("Vamos a rockear"). Y de esa ácida, macabra, escena en el umbral de la última morada sale la inspiración de The Black Keys en un disco, digamos, desesperadamente vivo. The Black Keys es uno de los grupos que ha defendido el poder de las guitarras (eléctricas) en estos tiempos de diversificación de la música popular. La acogida popular de 'Brothers' (2010), y su relevo 'El camino' (2011), que siguen siendo sus cimas no igualadas, les aupó a la primera división, también en nuestras tierras, con episodios como su pase de multitudes en el Primavera Sound del 2015.

Tras un ciclo de álbumes de la mano de Danger Mouse, y cinco años después del último, el tibio 'Turn blue', el dúo de Cleveland, Ohio, ofrece ahora una operación de vuelta a las raíces razonablemente satisfactoria: un disco autoproducido, diverso y refrescante, con el que expresa una habilidad para seguir sacando punta al viejo 'riff'.

Del campo al estadio

La imagen de portada, una silla eléctrica en plena descarga de voltios, con cierto aire de comic 'vintage', quiere ser indicadora de la tensión de este paquete de canciones que abre 'Shine a little light' con un estribillo invasivo y que se mueve en torno a un espectro sónico amplio. Vamos del traqueteo 'bluesy' rural a lo ZZ Top de 'Eagle birds' a artefactos que apuntan a un rock corpulento para estadios, como 'Breaking down', con su exótico toque de sitar, y al punto vagamente 'stoniano' de 'Lo/Hi'.

Hacer oír pese a todo una voz propia cuando trabajas con materiales tan y tan manoseados a lo largo de las últimas cinco décadas bien puede tener un mérito añadido. Bebiendo de fuentes que otros ya darían (y han dado) por amortizadas, The Black Keys se mueven con credibilidad en los medios tiempos ('Walk across the water', 'Every little thing') y despachan dinámicas expeditivas en 'Get yourself together' y la descarada 'Go'. Siempre, reduciendo las canciones al esqueleto de guitarra, bajo y batería, y sin que Dan Auerbach, tan 'cool' él, se vea llamado a forzar demasiado la voz. 'Let's rock' es también su regreso tras ese quinquenio de aventuras paralelas: un disco en solitario, otro con The Arcs y producciones para Pretenders, Gibson Brothers o Yola (antes, en el 2012, firmó el revitalizador 'Locked down', del recientemente fallecido Dr. John). Experiencias todas ellas que Auerbach filtra, con su colega Patrick Carney a la batería, en un álbum en el que agita el espantajo de la muerte para ponerse las pilas y terminar celebrando la vida. Jordi Bianciotto

Equidistante del pop clásico de los 50 y 60 y la nueva ola de los 80, este grupo de Minneapolis factura canciones de gran fuerza melódica y tenebrismo acogedor. 'Finally found' será la envidia de neo-crooners estilo Hamilton Leithauser, mientras que 'William' es un perfecto himno de baile de graduación peliculero. Juan Manuel Freire

El trompetista de Nueva Orleans sigue buscando. Esta vez, con percusiones, sonidos electrónicos y su majestuosa trompeta como faro, Scott pone rumbo a un mundo que es a la vez pasado y ciencia ficción, al mismo tiempo reivindicación de la tradición africana y mapa de una Babilonia del futuro. Ambicioso, oscuro y emocionante. Roger Roca

El paso del tiempo agiganta más si cabe la dimensión de Prince como coloso de un pop del futuro. 'Originals' reúne 15 tomas originales de temas que fueron a parar a otras voces: Apollonia 6, The Family, Martika... Y las maquetas de 'Manic Monday' y 'Nothing compares 2 U', antes de comerse el mundo. Arrolladora arqueología. J. B.

La argentina Ms Nina ha publicado por fin su esperado primer EP después de calentar al público durante años a base de 'singles'. Esta artista afincada en Madrid transporta al oyente al discurso del neoperreo en nueve canciones a través del reggaeton inclusivo, 'dembow' o funk favela. Con temas llenos de amor propio y libres de estereotipos ha reunido para su debut a compañeras como La Favi o María 'Escarmiento', de OT. Ignasi Fortuny