Este jueves

Muere Dr. John, brujo supremo de la música de Nueva Orleans

El cantante y teclista fallece a los 77 años de un ataque al corazón dejando un influyente legado de música mestiza, a caballo del blues, el jazz y el rock, y con aroma a vudú

El músico Dr John, en una actuación en Nueva Orleans, en el año 2013

El músico Dr John, en una actuación en Nueva Orleans, en el año 2013 / periodico

Jordi Bianciotto

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Tomó su nombre artístico de un príncipe senegalés practicante de vudú que en el siglo XIX llegó a Louisiana procedente de Haití, y en esa historia se resumen las credenciales de su imaginario mestizo, mágico y con un punto de fuga de fantasía. Así fue la música de Dr. John, una excitante amalgama sonora en la que a veces no se sabía muy bien dónde terminaba un género y comenzaba otro, celebración viva del legado afroamericano que simboliza la ciudad de Nueva Orleans.

Allí nació Malcolm John Rebennack (20 de noviembre de 1941), que nos ha dejado este jueves a causa de un ataque al corazón. Un talento precoz, autor de canciones desde los 14 años, expulsado de tres colegios hasta que apostó por la música por consejo de su mismo padre (propietario de una tienda de discos y electrodomésticos en la que el joven Malcolm descubrió el jazz, el blues y el embrionario rock’n’roll). Encontró un entorno edificante: entre sus primeros colegas de correrías estuvieron Art Neville (futuro miembro fundador de The Meters y The Neville Brothers), Joe Tex y Allen Toussaint.

De la guitarra a los teclados

Con 16 años se convirtió en productor-cazatalentos de Ace Records, y a los 18 registró un ‘hit’ primerizo con la pieza instrumental ‘Storm warning’. Iba para guitarrista (le enseñó el ‘bluesman’ local Earl King), pero un incidente desagradable (en medio de una pelea, defendiendo a un amigo, una bala fue a parar a su anular izquierdo) le empujó a sustituir las seis cuerdas por los teclados, tanto el piano como el órgano.

Hay un primer Dr. John músico de sesión, afincado en Los Ángeles y enrolado en la escuadra de instrumentistas de lujo conocida como ‘wrecking crew’: empleos en discos de Sonny & Cher, Canned Heat y Frank Zappa (“piano auxiliar” en ‘Freak out!’, debut de The Mothers of Invention, de 1966). Pero, en paralelo, desarrolló una agenda propia propensa a la fabulación, creando un personaje, Dr. John, The Night Tripper (el viajero nocturno), para expandir el legado de Nueva Orleans a través del carril de la emergente psicodelia. Ahí se situó su primer álbum propio, ‘Gris-Gris’ (1968), recreación exuberante del espíritu del Mardi Gras con coros ‘afro’, metales selváticos y andamios de lisérgico rhythm’n’blues.

Cercanía con los Stones

Cobraba forma el Dr. John príncipe del vudú, de rito, amuleto y voz nublada, más narrativa que melodiosa (un cuadro influyente en la futura obra de Tom Waits), desarrollado en otra obra delirante, ‘Babylon’ (1969). Pero ‘The sun, moon & herbs’ (1971), en el que tomaron parte Mick Jagger (coros) y Eric Clapton (guitarra), matizó a ese Dr. John más excéntrico y, sin perder el sentido de la aventura y de la mística, desplegó una sonoridad más duradera en torno a un envolvente ‘sonido Nueva Orleans’, de tramas pantanosas y abierto al misterio.

Las sesiones ‘vip’ siguieron su curso en los 70: Levon Helm (The Band), Gregg Allman, los Rolling Stones (se le puede oír, o intuir, en los coros de la balada ‘Let it loose’, del doble ‘Exile on main street’, en el que grabó teclados), Carly Simon con James Taylor (‘Mockingbird’) o Van Morrison (‘A period of transition’). Y los álbumes mayúsculos: el un tanto ‘enrockecido’ ‘Dr. John’s gumbo’ (1972) y sus viscosas ententes con la producción de Toussaint en ‘In the right place’ (1974, incluye un par de clásicos: la ‘funky’ ‘Right place, wrong time’ y la melancólica ‘Such a night’) y en su relevo, ‘Desitively bonnaroo’ (1974).

Renovando audiencias

Obras que marcan los clímax históricos de su carrera, a las que cabe añadir lanzamientos como ‘City lights’ (1979), el ejercicio a voz y piano de ‘Dr. John plays Mac Rebennack’ (1981) o el sofisticado, con arreglos orquestales, ‘Goin’ back to New Orleans’ (1992), que le dio uno de sus seis premios Grammy. Dejando atrás una adicción a la heroína, Dr. John siguió publicando discos con regularidad y atrayendo miradas frescas, como la de Dan Auerbach, de The Black Keys, que produjo y tocó las guitarras de ‘Locked down’ (2012), revitalizador trabajo de madurez.

Tampoco dejó de lado las giras y los bolos de toda clase, tanto en clubs como en grandes festivales. Tardó en debutar por aquí: fue en 1990, en el Velòdrom d’Horta, abriendo para Chuck Berry. Luego podríamos verle en dos veces en el Festival de Blues de Cerdanyola (1994 y 1998), como telonero de lujo de B. B. King en el Palau Sant Jordi (2004), en el Auditori (2010) y en el Primavera Sound (2014). Plazas muy diversas en las que Dr. John supo acomodar su serpenteante banda sonora rica en especias, para la que nunca ha pasado el tiempo.