ENTREVISTA A UN REFERENTE DE LA HISTORIETA

Seth: "Temo perder la memoria y la identidad"

El dibujante canadiense, uno de los grandes autores del cómic independiente, edita su obra más ambiciosa, 'Ventiladores Clyde'

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Anna Abella

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A priori el ‘look retro’ años 50, con sombrero, traje mostaza, zapatos, corbata, gafitas redondas, todo estilo ‘Mad men’, puede sorprender cuando se tiene delante a uno de los grandes del cómic independiente nacido en el Canadá de los 90. Pero la impresión cambia cuando empieza a hablar y más cuando saca su bregado plumier de madera donde guarda los rotuladores, con Charlie Brown y Snoopy en la tapa, un homenaje a sus admirados 'Peanuts'. Seth, Gregory Gallant (Ontario, 1962) -dos premios Ignatz, un Eisner y un Harvey, carrera de ilustrador en ‘The New Yorker’ y de diseñador- presenta su obra maestra y más ambiciosa, ‘Ventiladores Clyde’ (Salamandra Graphic), 500 páginas protagonizadas por dos hermanos, Abraham y Simon, con un negocio familiar en quiebra.

(El dibujante andaluz Pablo Ríos ha estado presente en esta entrevista y ha asumido el reto de interpretar en un cómic las palabras de Seth. Puedes abrirlo y leerlo en este ‘link’)    

En ‘La vida es buena si no te rindes’ (Salamandra Graphic), ‘Georges Sprott’ (Reservoir Books) o ‘Ventiladores Clyde’ (inspirada en el escaparate real de un negocio sacado de otra época, tras preguntarse quiénes eran los dos tipos de las fotos de la pared) parece congelar el tiempo.  

Como artista intento crear una experiencia más lenta y más en ‘Ventiladores Clyde’, que tardé 20 años en acabar. Soy consciente de lo rápido que cambian las cosas, de cuánta velocidad hay en la cultura e intento mantener cierta distancia. Y en mi estudio intento crear una burbuja de lentitud a mi alrededor, desacelerar y ralentizar el tiempo. 

"Solo experimentas la vida en profundidad cuando estás solo. Pero si lo estás demasiado tiempo puedes convertirte en un solitario y caer en la autocompasión de la soledad"

Los monólogos de los dos hermanos, ¿reivindican el silencio, la soledad, el buscar tiempo para hablar con uno mismo?

Soy más bien extrovertido pero valoro la introversión. Hay una gran diferencia entre estar solo y sentirse solo. Sentirse solo genera ansiedades. En cambio, estar solo significa estar cómodo contigo mismo. Hay experiencias que solo tienes cuando estás solo. No es lo mismo viajar solo que con alguien. Solo experimentas la vida en profundidad cuando estás solo. Pero si estás solo demasiado tiempo puedes convertirte en un solitario y caer en la autocompasión de la soledad. Intento estar en el punto medio. Estar casado elimina esa soledad, me permite estar solo sin ser un solitario. 

Simon es introspectivo, le gusta estar solo en su mundo, coleccionar postales raras antiguas, libros... ¿Seth tiene más de él o de Abraham? 

Me he dado cuenta de que soy ambos personajes. Al principio pensé que era solo el hermano tranquilo, pero cuanto más escribía sobre Abe, que es algo cruel, brusco, abusón y agresivo y tiene el corazón duro como una piedra, vi que en él podía volcar parte de mi comportamiento negativo y usarlo para asumir mi propio egoísmo. En casi todos mis libros hablo de coleccionismo, es un truco, lo que colecciona un personaje te da una visión instantánea de él. Yo soy coleccionista, pero coleccionar no es solo acumular cosas sino crear un orden. Y adquirir cosas antiguas te hace un poco propietario del pasado. Hace años empecé a construir maquetas de edificios, era una forma de coleccionarlos.  

La madre de los dos hermanos sufre demencia senil, pierde la memoria. ¿Encarna el miedo a la pérdida de la identidad?

Sí, yo temo perder la memoria y la identidad, como todo el mundo. En el libro es más directo porque en esa época le estaba pasando a mi madre. Era testigo de cómo sus recuerdos desaparecían y a la vez desaparecía nuestra vida en común. Tuve una relación muy cercana y a la vez muy extraña con ella, porque tuvo problemas mentales graves y la trataron con ‘electroshocks’ y parecía que tenía pocas emociones, que era muy autocontenida. Mi padre siempre estaba ausente [como el del cómic], ella no conocía a nadie y nunca venía nadie a casa, así que tuve una infancia muy cerrada, los dos juntos. Es raro, pero nunca sentí que no me quisiera, pasábamos el tiempo juntos, y luego, cuando ella ya no me reconocía sentí que además de la suya se borraba mi vida. Me pregunté si era verdad que éramos dos personas tan cercanas o me había yo inventado esos recuerdos, porque nunca hablamos de ello y ella nunca dijo que me quisiera.  

"Muchos veían a Hitler como a Trump, un tipo tonto con opiniones ridículas, pero ya vemos qué pasa si les das poder de verdad. Trump puede soltar una bomba atómica y se lo pasará bien"

El pasado es una constante en su obra. 

Sí. El pasado tiene una calidad melancólica, se nos escapa. La experiencia humana tiene algo de tristeza porque siempre estamos perdiéndolo todo. No me interesan tanto los años 50 en sí mismos, aunque sí su estética, sino qué se perdió. Eso liga con la memoria, que no es una grabadora del pasado, nuestros recuerdos son arbitrarios, lo que recordamos no es del todo cierto y el proceso de la memoria es tan interesante como la idea del pasado y del pasado perdido, son temas de mi trabajo.  

‘Ventiladores Clyde’ habla de la decadencia y la vejez, tanto del ser humano como de antiguos negocios y tiendas. 

Ahora trabajo en una autobiografía en cómic titulada ‘Nada dura’. Por eso, porque en la vida todo tiene que ver con la pérdida, nada se mantiene, todo va desapareciendo y genera una tristeza. Envejecer es un proceso en el que vas soltando lastre, dejando cosas atrás. Es lo más natural del mundo aceptar con humildad que la vida pasa y ver tu escasa o nula importancia en el universo. Tenemos una existencia limitada y nos movemos en una dualidad, entre la belleza y la brevedad de la vida. 

También trata de su preocupación por su legado como artista y como persona. 

Al principio no lo pensaba pero he visto que tiendo a hablar de mis padres en mi obra, es mi tema. Volcar tu vida en tu obra tiene poder, la única manera de darle emoción a las cosas es recurrir a la experiencia personal, porque es lo que conocemos. Todos los artistas piensan en el legado, les gusta pensar que su obra les sobrevivirá, pero son muy pocos los que serán recordados por sus obras. Me basta que mi trabajo sea conocido para un pequeño grupo de personas. Pienso más en mi legado como persona, en quién me recordará, qué huella he dejado en la gente que me rodea… Al hacerte mayor piensas en qué significó tu vida, en qué significaste para los demás. 

Dice tener alergia al presente. Y más aún a internet, las redes sociales, no tiene ‘smartphone’…  

No me siento cómodo en el presente, estéticamente no me atrae nada, el mundo moderno me parece vulgar y tirando a feo. Pero si hubiera vivido en 1955 me habría interesado por 1855. Tiene que ver con llevar la contraria. Y la cultura digital me tira para atrás por el efecto negativo en la sociedad. No creo que la gente del pasado fuera mejor que la de hoy pero internet ha alterado el proceso del cambio social. En Norteamérica las ideas de los derechos individuales se fortalecieron en los 70 y quienes no estaban de acuerdo se mordían la lengua para no quedar como anticuados pero no cambiaron de opinión. Hoy, con internet ya no tienen que tener la boca cerrada y muestran sus opiniones negativas. Estamos dando marcha atrás, estamos en la última trinchera para defender los valores sociales. La gente se enroca en las redes, unos chillan a otros y nadie se hace responsable de sus ideas. No le veo solución.  

"En la vida nada dura, todo va desapareciendo. Aceptar que la vida pasa y ver tu escasa o nula importancia en el universo es lo más natural"

Eso significa que sí está atento a Trump y los populismos que proliferan por todo el mundo. ¿Los teme?  

Les tengo mucho miedo. Con Obama apenas prestaba atención a la política, pero con Trump, veo las noticias varias veces al día. Siento como una afrenta personal ver que una persona horrible, estúpida, privilegiada y vulgar como él ha logrado triunfar así. Ni Reagan ni Bush, aunque no me gustaran y pensara que eran peligrosos, me ofendieron así, pero Trump representa un lado de la moneda mucho más brutal, aterrador… muchos veían a Hitler así, como un tipo tonto, con opiniones ridículas pero ya vemos lo que pasa cuando le das poder de verdad. No me sorprendería que dentro de un par de años Trump suelte una bomba atómica, creo que se lo pasaría bien. Puede ser el inicio de un periodo más preocupante y peligroso. En los años 30 los periodistas se opusieron a Hitler y le ridiculizaron y acabaron asesinados. Eso le encantaría a Trump.  

Empezó en los 90 con amigos como Chester Brown

El medio ha hecho muchísimos avances, muchos más de los que esperaba cuando empezábamos y era una subcultura pequeñita que no tenía el respeto de nadie. No creí que eso cambiase. Cuando ‘Maus’ ganó el Pulitzer fue un éxito para Spiegelman, no para el cómic. Se consideró excepcional que un cómic fuera un gran libro. Ahora internet ha difuminado la frontera entre alta y baja cultura, los jóvenes no tienen prejuicios respecto a leer un cómic, igual que ven una película o leen una novela. Nunca pensé ver que me entrevistarían hoy aquí o ver una crítica de mis cómics en un periódico. 

El padre de los hermanos les dice “los nombres tienen el poder”. ¿Guiño al nombre de Seth? 

Me lo preguntaron cuando acabé ‘Ventiladores Clyde’. No había sido consciente pero es tan obvio que debe ser verdad. Decidí usar seudónimo cuando a los 20 años llegué a una ciudad grande desde un pueblo pequeño. Quería crearme una personalidad nueva y dejar atrás la adolescencia. Y cambié también mi aspecto. Tenía una pinta extremada y punk, desde el pelo al maquillaje por toda la cara y busqué algo que diera miedo, el dios egipcio de la muerte. Habría podido escoger Satán… Ahora es tarde para cambiarme el nombre.