CRÍTICA DE CINE

'John Wick: Capítulo 3 - Parabellum': un clásico moderno del cine de acción

Una inagotable espiral de exceso, una adictiva y oscura aventura por los límites de un submundo tan absorbente como adictivo que no hace sino crecer y crecer dentro del imaginario cinéfilo

Estrenos de la semana: Tráiler de 'John Wick Capitulo 3: Parabellum (2019)

Estrenos de la semana: Tráiler de 'John Wick Capitulo 3: Parabellum (2019) / periodico

Beatriz Martínez

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Podríamos considerar ‘John Wick’ como uno de los casos más fascinantes a la hora de analizar cómo se compone una franquicia de culto. En el 2014 dos directores desconocidos, Chad Stahelski y David Leitch, estrenaron una película destinada a pasar desapercibida en los catálogos de VOD. Pero aquello era más que un subproducto, había algo que la diferenciaba del resto, un estilo neo noir absorbente, unas coreografías de acción originales y una estilización formal que elevaba su condición de explotation a una categoría superior de refinamiento expresivo.

‘John Wick: Pacto de sangre’, ya con Stahelski solo al frente del timón,consiguió adentrarnos en una nueva dimensión, llevando más allá el esquema original hasta sentar las bases de todo un fascinante universo subterráneo regido por toda una serie de reglas propias aglutinadas en lo que se conoce como el ‘Wickiverso’.

Ahora, ‘John Wick 3: Parabellum’ continúa expandiendo su mitología a través de una película que imprime una incesante energía propulsora. No hay lugar para el descanso desde el primer instante, en el que recuperamos al personaje justo donde lo dejamos, escapando de hordas de asesinos después de ser excomulgado de la organización secreta a la que pertenecía. Lo que sigue es una inagotable espiral de exceso en la que se encuentra representada buena parte de los estilos que han contribuido a glorificar el cine de acción contemporaneo (de herencia asiática) y convertirlo en puro zumo de entretenimiento aportando además una dimensión épica, una contundencia escénica y visual arrolladora y, lo que es más importante, sin perder en ningún momento la autoconsciencia y el sentido del humor, las ganas de cachondeo.

Stahelski sabe cómo dosificar la aparición de personajes secundarios para impregnar cada 'set-pièce' de una enorme personalidad: Anjelica Huston en su operística escuela de bailarinas, Halle Berry convertida en reina del desierto y Mark Dacascos como pérfido sicario se unen al siempre totémico Ian McShane para completar esta adictiva y oscura aventura por los límites de un submundo tan absorbente como adictivo que no hace sino crecer y crecer dentro del imaginario cinéfilo.