CRÓNICA

Ringo Starr, el eco de la 'beatlemanía'

El músico y su All-Starr Band evocaron al grupo en el Palau Sant Jordi con un repertorio de signo variado culminado por 'With a little help from my friends'

Ringo Starr, en el Palau Sant Jordi

Ringo Starr, en el Palau Sant Jordi / periodico

Jordi Bianciotto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ringo Starr creó en 1989 su All-Starr Band para poder girar por el mundo sin depender del acierto (inestable) de su obra en solitario, tratando de compartir el foco con otros músicos famosos y entreteniendo a las audiencias con repertorios muy abiertos: clásicos de los Beatles asociados a su voz y figura, contadas menciones a sus discos propios y ‘hits’ de los colegas enrolados en la formación. Conciertos, sí, un tanto dispersos, pero se trata, sobre todo, de ver y sentir la cercanía de uno de los dos únicos ‘beatles’ que nos quedan. Oigan, un respeto.

Chute de mitomanía, pues, este martes en el Palau Sant Jordi. Ringo Starr, ejerciendo de leyenda cercana y entrando en acción sin pompa alguna en la rocanrolera ‘Matchbox’, de Carl Perkins. Informal y empático, bien conservado a los casi 78 (que cumplirá el 7 de julio) e invitándonos a “pasarlo bien y escuchar un poco de buena música”. Con toda su leyenda a cuestas, Ringo atrajo a 4.200 personas (el Sant Jordi se formateó como anfiteatro para 5.000). ¿Poco para un ex’beatle’ o mucho para un músico sin apenas éxitos propios? Ahí al lado, en el Sant Jordi Club, la rampante estrella Camila Cabello reunía a un número parecido de fans.

Clásicos propios y ajenos

La All-Starr Band tiene algo de lujosa orquesta de feria en la que cada uno va mostrando sus pequeños tesoros.  Así, después de que Ringo rescatara su ‘It don’t come easy’, el frágil hilo conductor ‘beatle’ y ‘posbeatle’ se fue cruzando primero con viajes a 10cc cortesía del guitarrista Graham Gouldman (‘I’m not in love’) y rescates de Santana dirigidos por el teclista Gregg Rolie: un ‘Evil ways’ en el que Steve Lukather, fino ‘guitar hero’, clavó el registro del mexicano preparando el terreno para sus propios éxitos, los de Toto, como el clásico AOR ‘Hold the line’. Los conocedores de los álbumes de Ringo Starr (que los hay) podrían sentirse decepcionados, pero esa ha sido siempre la naturaleza de la All-Starr Band.

Acomodado en la batería en estos números de entretiempo, Ringo tomó la voz cantante en la pequeña parcela ‘beatle’ central que culminó con un ‘Yellow submarine’ coreado por el público en pie. Fogonazos de pasión: gritos de “I love you, Ringo!” correspondidos por un “I love you too!”. Tipos de edad madura correteando hasta el escenario para hacerse un ‘selfie’ o agitar un cartel antes de que el servicio de seguridad los invitara a ocupar su asiento. Vestigios de ‘beatlemanía’.

El tramo más intenso, al final: ‘I wanna be your man’ y ‘Act naturally’, resucitando viejas esencias ‘beatle’, el emotivo medio tiempo de ‘Photograph’, con George Harrison en la memoria, y la canción que sirve en bandeja la metáfora a la All-Starr Band, ‘With a little help from my friends’, enlazada con un fragmento coral de ‘Give peace a chance’. Ringo, haciendo el gesto de paz y amor con los dedos y apuntando al cielo con el índice, pensando quizá en esos amigos que ya no están pero que siguen inspirándole y animándole a mantener en pie su parque de atracciones particular.