nuevo rumbo en el coliseo lírico

El Liceu sale del pozo económico y recupera la ambición artística

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Marta Cervera

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Valentí Oviedo, nuevo director general del Liceu, presentado este jueves oficialmente en su nueva casa, llega en una etapa menos complicada para el Gran Teatre. "Dejamos atrás el periodo de 'salvem el Liceu' para entrar en una nueva etapa y enfatizar el 'gaudim del Liceu'", así de claro lo dijo Salvador Alemany, presidente de la Fundación del Liceu, que acompañó a quien será su mano derecha en la sala Mestres Cabanes.

Pese a no estar boyante, el Liceu se halla en una situación mejor que la que se encontró el antecesor de Oviedo, Roger Guasch. Este sustituyó a Joan Francesc Marco tras el 2013, un annus horribilis que obligó a sacrificar parte de la programación y puso el teatro al borde de la suspensión de pagos. En esa época, la marcha del director artístico Joan Matabosch al Teatro Real, poco después de la del director del coro José Luis Basso a la Ópera Nacional de París, disparó todas las alarmas.

También estuvo tentado de marcharse Josep Pons, director musical del Liceu, que afortunadamente se quedó. Los logros conseguidos con la renovación de la orquesta son evidentes y el público agradece el trabajo de Pons, que ha desarrollado la mitad de su proyecto. Ahora solo falta seguir adelante y potenciar la renovación también en el coro que pilota Conxita Garcia, una persona de la casa. 

"Dejamos atrás el periodo 'salvem el Liceu' para enfatizar el 'gaudim del Liceu'"

Salvador Alemany

— Presidente de la Fundació del Liceu

En cuanto a programación, el trabajo de Christina Scheppelmann no gusta a todos los sectores pero hay que agradecerle haber traído montajes sorprendentes como 'Benvenutto Cellini', de Berlioz, dirigido por Terry Gilliam, y 'Elektra', de Strauss, dirigido por Patrice Chéreau (escena) y Josep Pons (música), que arrasó en los premios de la crítica. Sin olvidar éxitos más recientes como 'Andrea Chénier' con el fantástico tridente Jonas Kaufmann, Sondra Radvanovsky y Carlos Álvarez o el estreno de 'Demon', en coproducción con otros teatros, que ha permitido no solo descubrir esta ópera rusa bastante desconocida sino disfrutar con una de las sopranos más arrebatadoras del momento, Asmik Grigorian.

Y la próxima temporada destacan montajes como el estreno de 'L'enigma di Lea', ópera de Benet Casablancas con libreto de Rafael Argullol, y 'Katia Kabanova', de Janacek, protagonizada por Patricia Racette. Todo ello sin perder de vista la temporada 2019-2020, cuando se conmemoren los 20 años de la reconstrucción del teatro con 'Turandot', dirigida por el mago de la imagen Franc Aleu.  

Nuevo plan

La situación hoy es muy distinta gracias a la aplicación a rajatabla del Plan Estratégico y de Viabilidad y a la nueva hoja de ruta, el Plan Estratégico y de Sostenibilidad (2017-2021). "Hay que mantener el mismo rigor en su aplicación", advirtió Oviedo. Pero el equilibrio económico habría sido imposible sin haber conseguido lo más básico: que las administraciones cumplan con sus compromisos estatutarios en la financiación del teatro. 

Ya desde el último año las administraciones han cumplido con sus obligaciones estatutarias y han aportado 22,5 millones. Son tres millones más respecto de la anterior temporada y la partida incluye 1,5 millones destinados a inversiones, tanto para paliar el déficit estructural del Liceu (una deuda crediticia que el 31 de agosto se habrá rebajado a 11,1 millones de euros) como para las obras de la fachada, que empezarán el próximo otoño. De los 22,5 millones de subvención casi la mitad, el 45%, lo aporta el Ministerio de Cultura con 10,1 millones y el 55% restante, las administraciones catalanas: 40% la Generalitat (8 millones), 10% el Ayuntamiento de Barcelona (2,6 millones) y 5% la Diputación barcelonesa (1,6 millones).

El Liceu mantiene una ocupación media del 86%, un porcentaje muy alto, con un total de 295.300 espectadores que asistieron a los espectáculos programados en la última temporada. Varios agotaron localidades: la última temporada hubo 16 funciones de ópera de los títulos 'Macbeth', 'Las bodas de Fígaro', 'Elektra', 'Don Giovanni', 'Thaïs' y 'Rigoletto'. El Petit Liceu también llenó en 19 pases de sus espectáculos para el público familiar y escolar.  

Oviedo, amante de la ópera y las artes, llega con ganas de volver a mirar hacia el futuro con ilusión y ambición. Son muchos los logros del Liceu 20 años después de su reapertura como teatro público pero está lejos de ser esa ópera de soñada por los melómanos catalanes y lo sabe. No está entre los coliseos de Champions como el Covent Garden, la Scala o la Ópera de Viena. Y en los últimos años el Real de Madrid le está sacando ventaja, tanto en modernidad y atrevimiento como en recursos privados. Calixto Bieito, que lleva años sin pisar el Liceu tras sus polémicos montajes, estrenará allí el 16 de mayo su versión de 'Die soldaten', de Zimmermann. En cuanto a mecenazgo, el Real está que se sale con 13, 7 millones recaudados en el 2017. 

Lejos del Teatro Real

El presupuesto del Real depende solo en un 25% de las subvenciones, que aportan 14,1 millones, mientras que en el Liceu las administraciones aportan el 45%.

Los ingresos por mecenazgo han aumentado un 10% en el Liceu desde que el Consejo de Ministros otorgara la máxima desgravación fiscal por mecenazgo al Liceu con motivo del 20º aniversario de su reapertura. Pero los 7 millones de patricinio privado distan mucho de los 13,1 conseguidos por el Real. 

En el 2017 los ingresos totales en el Real fueron de 52,4 millones frente a los 44,7 del Liceu. El presupuesto del Real para el próximo año es de 55,5 millones, con 21,8 millones destinados a producciones. El del Liceu contará con 46,4 millones.  

"El Liceu debe reforzar sus vínculos con toda la ciudad y, especialmente, con su tejido educativo y cultural"

Joan Subirats

— Comisionado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona

Oviedo considera que en esta nueva fase del Liceu es primordial contar con un proyecto sólido que entusiasme tanto a los que hacen posible la magia de la ópera como quienes la disfrutan. En este sentido, ahí van algunas ideas a tener en cuenta. A Joan Subirats, comisionado de Cultura del consistorio barcelonés con el que Oviedo trabajó en su anterior puesto como gerente del Icub, le gustaría que "el Liceu refuerce sus vínculos con toda la ciudad y, especialmente, con su tejido educativo y cultural, como se ha ensayado, en parte, los últimos años". Y, a largo plazo, los próximos 20 debería marcarse como objetivo "alcanzar un lugar destacado en el panorama operístico europeo y mundial". Para ello, recomienda "establecer complicidades con su entorno más inmediato, con la ciudad y con toda su área de influencia". Subirats recuerda que "cada vez más, a los equipamientos culturales de este nivel se les pedirá no solo resultados en cuanto a número de espectadores o solvencia económica, sino también de carácter social, de innovación y creatividad cultural en su sentido más amplio".

"Obligar a que los abonados tengan que quedarse con una serie de especáculos predeterminados no satisface a nadie"

Ramon Bassas

— Presidente de Amics del Liceu

Ramon Bassas, presidente de la asociación Amics del Liceu, considera necesario "reformular la programación para que se adapte al gusto de todo el mundo" y flexibilizar los abonos. "Obligar a que los abonados tengan que quedarse con una serie de espectáculos predeterminados no satisface a nadie", indica. "Hay quien prefiere ver títulos de repertorio, que son los más populares pero la 'masa madre' de la afición, gente que viaja por Europa, quisiera encontrar con más asiduidad óperas de compositores alemanes, checos o rusos, sin olvidar a creadores del XX y XXI". 

"El Liceu del futuro debería tener unos magníficos orquesta y coro que quisieran dirigir los grandes directores españoles e internacionales"

Fernando Sans Rivière

— Director de la revista 'Ópera Actual'

Respecto a los nuevos públicos sugiere hacer un estudio para entender cómo los teatros del sur de Francia han logrado hacer la ópera atractiva para el público joven. Fernando Sans Rivière, director de la revista 'Ópera Actual', también incide en este punto. Propone conectar con ellos y con el público local "mediante propuestas participativas y aprovechando las nuevas tecnologías para tener una máxima difusión de sus espectáculos". En el plano artístico considera que "el Liceu del futuro debería tener unos magníficos orquesta y coro que quisieran dirigir los grandes directores españoles e internacionales". Algo a lo que, por cierto, también aspira Oviedo. Para Sans Riviere faltan títulos: "El Liceu debería presentar un mínimo de 15 títulos por temporada, apostando por el repertorio español y la nueva creación. Hacer coproducciones con los mejores teatros e invitar a otros coliseos del planeta a  presentar sus mejores propuestas". Sin olvidar a los nuevos talentos. "El Liceu debería crear una Ópera Estudio para jóvenes cantantes, instrumentistas y compositores en colaboración con el Conservatorio del Liceo que lleva su mismo nombre".

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