Un personaje llamado Carlos Saura

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Magdalena Tsanis

La cámara de Félix Viscarret persigue a Carlos Saura, lo pone a hablar con sus hijos, indaga en su pasado; pero Carlos Saura, el cineasta, el mito, el hombre amable y seductor, se resiste a desentrañar el misterio en el documental "Saura(s)", proyectado en el 65 Festival de San Sebastián.

"Me gusta pensar que ese no soy yo, sino un personaje llamado Carlos Saura, y que todo es mentira", declara en un encuentro con periodistas en el Hotel María Cristina, pegado a su inseparable cámara de fotos y acompañado por Viscarret, quien compite en la sección Zabaltegi con este retrato fílmico.

A sus 85 años el director de "La caza" o "Cría cuervos" permanece activo, tiene sobre la mesa una película musical en México y el proyecto sobre Picasso con Antonio Banderas, y da la impresión de que el secreto de su energía es precisamente ese: humor, no mirar al pasado y esquivar los sentimentalismos.

"Me pone enfermo cuando la gente habla de sentimientos a tumba abierta", asegura. "Lo primero es que no me los creo, todo el mundo tiene una vida oculta, y en mi trabajo de cineasta lo hermoso es partir de cosas de tu vida pero modificarlas a través de la imaginación".

Esa resistencia hace que el documental de Viscarret se convierta en una especie de juego consentido del gato y el ratón, donde las conversaciones de Saura con sus siete hijos y con su mujer, la actriz Eulalia Ramón, ayudan al director de "Bajo las estrellas" a lograr su propósito.

"No tengo la sensación de haberme quedado sin llamar a ninguna de las puertas que pretendía", declara Viscarret. "Si la respuesta es explícita o no, no es tan importante, porque determinadas preguntas sin respuesta adquieren un magnetismo superior", opina.

Pudor, humildad o carácter aragonés. "En Aragón tenemos un lado un poco vasco de respeto a la intimidad, de no contar demasiado", apunta Saura que, no obstante, desvela que está escribiendo su autobiografía, "obligado" por su hija. "Me está dando la tabarra", dice sin abandonar el tono irónico.

"Te opones al psicoanálisis, pero muchas películas tuyas hablan de la vida a la luz y la oculta, la que no llegamos a confesar", le lanza Viscarret, a lo que Saura responde: "El psicoanálisis está muy bien, para quien lo necesite".

La película muestra cómo el director de "Ay, Carmela" acude a homenajes por todo el mundo, lo que a veces le obliga a ver sus películas. En algún momento aparecen secuencias clave que están grabadas en la imaginación del público y él le quita importancia.

"He hecho más de 40 películas y las olvido", sostiene. "No tengo ningún interés en volver a ver mis películas. Están ahí, pertenecen a mi vida, pues ya está. A veces no me queda más remedio que verlas en homenajes, porque me sientan ahí y me da vergüenza marcharme".

"Saura(s)" pone el foco en el tipo de relaciones que el cineasta ha establecido con sus hijos, y en cómo ha compaginado su vocación artística con la familia.

"No hay nada blanco ni negro", dice Viscarret. "A unos les puede parecer que es un maestro que se ha dedicado a su vocación intensamente y ha dejado de lado la familia, pero yo creo que hay una sensación de unidad familiar, pese a que no sea convencional".

El documental "Saura(s)" forma parte de la serie Cineastas Contados, una iniciativa que busca poner en valor el cine español a través de retratos documentales de directores veteranos hechos por colegas más jóvenes.

La serie la inauguró hace unos años Virginia García del Pino con "Basilio Martín Patino, la décima carta". Preguntado por quien habría elegido él para retratar siendo joven, Saura lo tiene claro.

"Habría elegido a Buñuel, era muy amigo mío. En una película mía salía haciendo de verdugo que mataba a siete bandoleros, aunque luego la censura lo cortó".