PRESENTACIÓN EN MADRID

El regreso de 'Zoolander'

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OLGA PEREDA / MADRID

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Almohadas especiales, batidos completamente naturales conservados a una determinada temperatura, una habitación con el aire acondicionado a tope y no empezar a trabajar antes de las 13.00 horas. No forma parte del guion de 'Zoolander 2', pero podría. Son las tres exigencias que realiza su productor, director y protagonista, Ben Stiller, antes de desembarcar en Madrid, donde promociona una película que vuelve a reírse de los egos, la vanidad y la tontería en general que rodea el mundo de la moda. Se estrena el 12 de febrero con Stiller y su amigo del alma, Owen Wilson, en el papel de dos modelos de escasas luces y abundante autoestima.

Penélope Cruz -cuyas exigencias durante la promoción en Madrid no pasan de unos simples chicles- da vida a la chica, una sexi agente de policía que recluta a los dos cretinos modelos para dar caza a un asesino de 'celebrities'. El primer famoso en morir (no estamos haciendo 'spoiler', así empieza el filme) es Justin Bieber, que mientras agoniza se hace el consabido 'selfie' con morritos de gustarse. Incluso le pone un filtro para salir más favorecido.

La estrella del pop es uno de los muchos personajes que han querido aparecer en la segunda parte de la comedia: desde la poderosa editora de 'Vogue', Anna Wintour, hasta diseñadores top, como Valentino y Marc Jacobs.   

PELÍCULA DE CULTO

Hace 15 años que se estrenó 'Zoolander', que nació como un proyecto de televisión y se ha convertido ahora en película de culto a pesar de que cuando llegó a las pantallas (dos semanas después del 11-S) lo hizo con unos discretos datos de taquilla. El mundo ha cambiado mucho. A peor. Debido, entre otras cosas, a las redes sociales. 

"Nos pasamos todo el día haciendo fotos para subirlas a Twitter, Instagram y Facebook. Creo que la cirugía estética ha aumentado debido a toda esta presión. Todo el mundo quiere salir bien en las fotos. Forma parte de la naturaleza humana", se ríe Owen Wilson.

"Tenemos obsesión por documentar nuestra vida cada minuto del día. Ahora somos todos mucho más Zoolander que hace 15 años", añade Stiller, que, en su día, también se rió de los actores y productores en 'Tropic Thunder', en la que ajustó cuentas con un Hollywood que conoce a la perfección y donde él es uno de los nombres más solicitados a pesar de que, a sus 50 años, su volumen de trabajo ha bajado por voluntad propia debido a que quiere pasar más tiempo con sus hijos y no tanto en un plató.

El mundo de la moda tiene, en opinión del actor y director neoyorquino, más humor del que puede parecer desde fuera. Ese es el motivo por el que todas las estrellitas de la pasarela han querido estar en 'Zoolander 2'. "Anna Wintour es muy fan de la primera entrega. Cuando la llamé, me dijo que sí rápidamente. Tenerla ha sido un gran apoyo", cuenta sobre la temida periodista el protagonista de 'Algo pasa con Mary'. 

Precisamente, fue Wintour quien organizó el año pasado una buena broma en una de las pasarelas de Valentino, donde aparecieron desfilando Stiller Wilson en sus papeles de Derek Zoolander y Hansel.

UN HONOR FORMAR PARTE DEL ELENCO

"Para los grandes nombres del mundo de la moda es un honor aparecer en este filme. Ellos, realmente, entienden las dos caras de la moneda. Por un lado, la moda no deja de ser un arte. Pero, por otro, es cierto que hay vestidos que te preguntas quién se los puede poner", destaca Will Ferrell, otro rey de la comedia que vuelve a ponerse bajo la dirección de Stiller en la piel del villano Mugatu. 

"Los diseñadores y los modelos son muy listos. Saben reírse de sí mismos", añade Penélope Cruz, cuyo nombre siempre estuvo en la mente de Stiller, que rodó la cinta en Roma y quería para el papel a una actriz "muy Sofía Loren".

Si hay algo que deja claro 'Zoolander 2' es que todos matamos por una (buena) foto. "Todo ha cambiado. Antes, en la alfombra roja te pedían autógrafos. Ahora la gente solo quiere fotos contigo. Cuando uno me pide una firma, de verdad que me emociono. No sé, las nuevas tecnologías y la facilidad para comunicarnos ha hecho el mundo más pequeño, pero creo que la contrapartida es que estamos perdiendo la capacidad de vivir el momento", analiza Ferrell, cuyas exigencias en la promoción en Madrid no pasan de un simple café acompañado por un bizcochito.