Exposición de fotos inéditas de Francesc Boix, fotógrafo de Mauthausen

Primera retrospectiva dedicada al fotógrafo catalán que capturó imágenes decisivas para que los crímenes del nazismo no quedaran impunes

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El Museo de Historia de Catalunya expone más de 300 fotos, muchas de ellas inéditas, del catalán Francesc Boix, que documentó la barbarie nazi en Mauthausen y cuyo trabajo fue decisivo en Nuremberg, con motivo del 70 aniversario del final de la II Guerra Mundial.

La exposición 'Más allá de Mauthausen', que se podrá visitar hasta el 18 de octubre, es la primera retrospectiva dedicada a este fotógrafo, símbolo y testimonio de la deportación a los campos nazis que captó con su cámara algunas de las imágenes que sirvieron para que los crímenes del nazismo no quedaran impunes en los juicios de Nuremberg y Dachau.

La historiadora Rosa Torán, comisaria de la exposición, ha destacado que en el museo barcelonés se pueden ver imágenes inéditas de la juventud de Francesc Boix así como de la etapa posterior a la liberación, ya que trabajó como fotógrafo profesional hasta su muerte, el 7 de julio de 1951. "Las fotografías salen ahora a la luz -ha explicado- porque se ha visto que este aniversario era la oportunidad de dar a conocer un fondo inédito de 800 negativos de Frances Boix, propiedad de la Associació de l'Amical de Mauthausen, que están depositados en este Museo, y de la Comissió de la Dignitat".

Fotos de las movilizaciones de 1946 contra la dictadura franquista en París; el entierro de Francisco Largo Caballero, presidente del Gobierno español entre 1936 y 1937; o del Festival Mundial de la Juventud y de los Estudiantes de Praga, que reunió a más de 17.000 mil jóvenes de 72 países; y del de Budapest, son algunos de los documentos gráficos que se exponen. La muestra, según sus organizadores, "es una necesidad y una obligación moral y ética para recordar aquellas trágicas épocas de la historia europea y mundial".

Además, subrayan su importancia porque Boix comenzó su trabajo a los 16 años como aficionado, a los 18 estaba en el frente, al que siguió el exilio, Mauthausen, y su trabajo como fotógrafo profesional, vinculado siempre al comunismo. A través de los hechos que evoca, la exposición también quiere ser una invitación a la reflexión y a la concienciación sobre el grado de crueldad que puede llegar a alcanzar el ser humano, además de ser una llamada para no olvidar las dimensiones trágicas que pueden tener los conflictos bélicos, "porque, desgraciadamente, todavía hoy los genocidios siguen formando parte de nuestro presente en todo el mundo", según sus organizadores.

Las imágenes más impresionantes son las que pertenecen a su etapa de internamiento en el campo de concentración de Mauthausen, que pudo sustraer desde su posición ventajosa en el Servicio de Identificación del campo. Sus fotos retratan la vida en el campo, la visita de oficiales de las SS y también la muerte, en instantáneas que pudo esconder y hacer públicas después, gracias a la colaboración de otros internos y de Anna Pointner, una vecina del pueblo que escondió los negativos.