EN EL 50º ANIVERSARIO DE SU TRAYECTORIA POÉTICA

La rebelión de Gimferrer

Pere Gimferrer, en su despacho del Grupo Planeta.

Pere Gimferrer, en su despacho del Grupo Planeta.

ELENA HEVIA
BARCELONA

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Para leer a Pere Gimferrer hay que conocer profundamente los clásicos, haber desgastado las butacas de varias filmotecas y ser un obsesivo, como es él, de la precisión erudita. Pero eso no es exacto, que diría el propio Gimferrer. Quizá para leer su poesía trufada de mil cultísimas referencias lo único que debe hacer el lector es dejarse llevar por ese trabajo elaborado cuidadosamente por el poeta a fin de«procurarle una experiencia visual e imaginística a la que pueda asistir». No intente comprender a la manera tradicional. Al autor deArde el marno le interesa ser comprendido. El dilema es otro. Porque como bien explica,«la poesía va más allá de lo puramente comunicativo».

El último trabajo de Pere Gimferrer (Barcelona, 1945), con el que prosigue su indagación poética en castellano, esAlma Venus(Seix Barral), un libro que aparece 50 años después de su primer poemario,Mensaje del tetrarca. Por entonces lucía peinado paje -al que tardó mucho en renunciar- y estaba en camino de ser uno de los Nueve Novísimos. Hoy es un señor académico de la RAE, pero sigue enfrentándose a su trabajo con ardor y sorpresa juveniles.«La poesía me tiene absorbido, no tengo tiempo para más proyectos». De ahí que sus esperadas y explosivas memorias, de las que alguna vez ha hablado y de las que lleva escritas unas 200 páginas, seguirán por el momento en dique seco.

La primera precisión de Gimferer respecto aAlma Venus, un poema unitario escrito en dos partes, es su deseo de que no sea considerado unremake, continuación o prólogo deRapsodia, publicado el año pasado. Aunque transite por paisajes parecidos -las lecturas, la pintura y el cine-, este libro es tres veces más extenso que el anterior y guarda en su interior una inquietud social y política de la que aquel carecía.

La noticia es que, aparentemente, a la torre de cristal poética de Gim-

ferrer le está llegando el estrépito de la realidad política y social, el ruido de la crisis. Y no, no es la primera vez que pasa esto, como se preocupa en precisar. En los años 60 también se filtraban en sus versos ecos de la guerra de Vietnam y enTornado (2008), los de la guerra de Irak.

EnAlma Venusaparecen Noam Chomsky y George Soros, Francisco Paesa y veladamente también Urdagarin (sí, vale, Gimferrer dice«¿Urganda la desconocida?»,una cita cervantina, pero luego añade: «No: / en pieza separada, Palma Arena, / bultos rellenos de latón y paja / y el roberío que en la noche brilla [...] / la patulea de los malandrines...». Y una cosa tiene Gimferrer, cuando quiere detallar algo lo hace minuciosamente, pero cuando no desea hacerlo es único a la hora de zafarse. Ahí están los versos, ahí queda dicho.

Alma Venus, pese a lo que pueda parecer, apenas contiene referencias eróticas, tema muy apreciado por el poeta que -lo demostró enAmor en vilo- no le teme a lo explícito.«Alma Venus es una cita de Virgilio que también ha utilizado el filósofo y activista Toni Negri, en ella invoca a la diosa como poder benéfico frente a la oscuridad del mundo».Y eso es lo que hace el poeta, utilizarla como amuleto de su subversión individual.«Estos poemas revelan y se rebelan frente al mundo. Creo que el arte, el amor y la poesía permiten la rebelión personal como respuesta a un mundo utilitario».

Euroescepticismo

El poema deja traslucir veladamente el actual euroescepticismo económico de un Gimferrer que siempre ha sido un gran europeísta en lo cultural.«Pero en lo que se refiere a la Unión Europea estoy con Fabià Estapé, que advertía de la contradicción de que Europa aspirara a ser una cosa irreversible e intemporal a partir de mandatarios elegidos de una forma reversible y temporal. Esto hace que esos dirigentes acaben llevando a la práctica decisiones de carácter autoritario».