Colectivo LGTBI

Muere a los 75 años Silvia Reyes, histórica activista trans afincada en Barcelona

Pionera en la lucha LGTBI, fue encerrada en la Modelo durante el franquismo y participó en el primer Orgullo que recorrió la Rambla en 1977

"Las transexuales no teníamos otra salida que la prostitución"

Muere Silvia Reyes, histórica activista trans afincada en Barcelona

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La histórica activista trans Silvia Reyes (Las Palmas de Gran Canaria, 1949) ha fallecido en Barcelona, ciudad en la que se afincó hace más de 50 años y que ha sido testigo de su batalla contra la represión franquista y de su impenitente lucha en favor de los derechos LGTBI ya desde la histórica y fundacional manifestación en la Rambla de 1977.

"Conmocionadas por la muerte de Silvia Reyes Plata. Nos ha dejado una artista incombustible, represaliada por el franquismo, luchadora y activista trans", ha escrito el Observatori contra la LGTBI-fòbia. Desde Pride Barcelona también han expresado sus condolencias por una "incansable activista trans" cuya vida se trenza con la historia del colectivo desde principios de los años 70.

Encerrada en la Modelo

De hecho, Silvia empezó su lucha personal y política cuando aún no existía palabra para definir "lo trans", ya que, como recordaba Beatriz Pérez en una entrevista con esta activista, el término 'transexualidad" no aparecería hasta los años 90 y la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de considerarla una enfermedad mental este 2018. Hasta entonces, a mujeres como Reyes se las nombraba como 'travestis'.

Y fue precisamente por su transexualidad –condición penalizada por la ley franquista de peligrosidad y rehabilitación social– que en la década de los 70 fue encerrada en la cárcel Modelo de Barcelona. En aquellos años, cerca de un millar de personas fueron encarceladas por defender los derechos LGTBI.

"Me detuvieron en el 'drugstore' de Passeig de Gràcia. Ahí había restaurantes abiertos toda la noche a los que iban las chicas del espectáculo y de los clubes de alterne, los gais y las transexuales. La policía hacía redadas y, en una, me cogieron", explicaba Reyes en una entrevista con este diario. Junto a otros detenidos, la trasladaron a la Jefatura Superior de Policía y allí permaneció tres días durmiendo en el suelo sin probar bocado.

Cárcel y destierro

Silvia había llegado a Barcelona en 1973 y dos años más tarde comenzó su transición. En la Modelo compartió espacio con otras 37 transexuales, a las que encerraron en un módulo separado del resto de presos. "De las 38 que éramos, solo una era aceptada por su familia", explicaba.

Tras salir de la cárcel barcelonesa, fue trasladada al penal de Badajoz y finalmente salió en libertad cuatro días antes de la muerte de Franco: el 16 de noviembre de 1975. La ley de peligrosidad y rehabilitación social incluía el encarcelamiento y el posterior destierro y, así como tantos otros miembros del colectivo LGTBI, fue expulsada de Catalunya tras cumplir condena. "Me fui a París, donde trabajé en el mundo del espectáculo". También vivió en Suiza y Bélgica, aunque seguía volviendo a Barcelona una vez al mes.

El primer Orgullo en Barcelona

Por supuesto, Silvia estuvo en aquella primera e histórica manifestación del colectivo LGTBI que recorrió La Rambla el 26 de junio de 1977. "Las transexuales íbamos en la primera fila. Nuestro lema era '¡Basta ya!'. Al llegar a la plaza de Catalunya, nos estaban esperando los coches de los 'grises', así que nos quitamos los tacones y empezamos a correr como locas", explicaba la activista, muy amiga de Sonia Rescalvo, la transexual brutalmente asesinada en 1991 por un grupo de neonazis en el parque de la Ciutadella.

Hasta el año 2009 los homosexuales y las transexuales encarcelados por el franquismo no comenzaron a recibir indemnizaciones del Estado. "Pedimos a Zapatero y al PSOE una pensión vitalicia de 400 euros al mes, pero no nos la dieron". Silvia, que acabó recibiendo 7.500 euros, ha estado implicada hasta el final en las luchas trans.