LA CUESTIONADA OBJETIVIDAD DE UNA GRAN OBRA

Un diccionario a la deriva

OLGA PEREDA / MADRID
ERNEST ALÓS / BARCELONA

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Elogios a Franco a cargo del presidente de la Hermandad del Valle de los Caídos, Luis Suárez. Loas a José María Aznar y Esperanza Aguirre firmadas por Manuel Jesús González, secretario de Universidades a las órdenes de ambos... Con autorías como estas, todo haría pensar que el polémicoDiccionario Biográfico Españoles sin más una obra de lacaverna académica. Sin embargo, todo es más complicado. El funcionamiento de la Real Academia de la Historia (RAH), autora de la obra de la que acaban de publicar los primeros 25 volúmenes, hace que este monumental trabajo, con unos 5.000 colaboradores, sea más bien, como se intuye por el examen de una selección de las entradas, una colección de reseñas sin rumbo definido, con bandazos conservadores (mucho más numerosos, debido a la composición de la institución) y otros con sentido inverso.

LOS CRITERIOS / Los 36 miembros de la academia han tenido prioridad a la hora de seleccionar sobre qué figuras históricas querían escribir, basándose en sus preferencias personales. «Ha sido imprudente que voces que hieren tantas sensibilidades no hayan sido encargadas a autores libres de toda connotación», ha lamentado el académico Carlos Martínez Shaw.

Los cromosque quedaron sin adjudicar sí han sido otorgados siguiendo criterios más objetivos, recayendo en ocasiones, como se puede comprobar en algunos de los nueve ejemplos elegidos (ver textoLos nueve protagonistas) en especialistas en el personaje o historiadores en las antípodas de los que han provocado el escándalo (aunque nunca en los cabezas de fila de la historiografía progresista).

Mientras, las voces críticas contra las biografías claramente filofranquistas se siguieron sucediendo: la Asociación de Descendientes del Exilio Español, en una carta firmada, entre otros, por la nieta de Juan Negrín, reclamó al Ministerio de Educación la retirada de la subvención a una obra que humilla a las víctimas del franquismo, mientras el senador de ICV Joan Saura pidió la retirada de la obra y la comparecencia del historiador Luis Suárez ante el Senado.