La residencia geriátrica de Agramunt no se podría construir en la actualidad

El edificio, que tiene todos los permisos, obtuvo la autorización antes de que entrara en vigor la ley sobre zonas inundables

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

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La residencia geriátrica de Agramunt (Urgell) en la que la madrugada del martes murieron ahogadas cuatro ancianas debido al repentino desbordamiento del río Sió, cuyo cauce está a apenas 35 metros, sin otros edificios de por medio, no podría edificarse en la actualidad porque lo impediría la ley de urbanismo de Catalunya. La residencia, que cumple la normativa y ha pasado satisfactoriamente todos los controles, como reiteraron ayer los consellers Neus Munté y Jordi Jané, se encuentra en suelo calificado hoy en día de inundable, como recordó la Confederación Hidrogáfica del Ebro (CHE), al igual que otros muchos edificios del pueblo, algunos con muchas décadas a sus espaldas, pero obtuvo los permisos de edificación antes de que entrara en vigor la ley.

Cuando se concedieron los permisos en esos terrenos, «el planteamiento urbanístico de Agramunt no lo impedía, y en ese momento eran los ayuntamientos quienes tenían la potestad», explican fuentes de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), el organismo autonómico que, junto a la CHE, debe autorizar en última instancia la construcción en zonas potencialmente inundables. «Se consideraba suelo urbano consolidado y no era necesario pedir autorización a la autoridad hidráulica competente», añaden.

La ley del 2002, que se reformó en el 2010, prohíbe taxativamente la construcción en zonas inundables como esta, «pero no tiene carácter retroactivo», recuerda Joan Manuel Vilaplana, profesor de Geografía de la Universitat de Barcelona (UB) y especialista en riesgo de inundaciones. Según Vilaplana, la crecida del Sió en Agramunt es poco habitual pero no de excepcional –en 1989 hubo una similar–, por lo que considera de poco sentido común construir allí. «Si hablamos de agua, no ha sido una inundación gravísima. El problema ha sido la fatalidad de que entrara en el semisótano donde estaban las mujeres», añade.