Mil huertos escolares en Francia contra el despilfarro de comida

El Gobierno francés busca la complicidad de los centros escolares en su lucha contra el despilfarro de alimentos con el objetivo de reducir a la mitad, de aquí al 2025, los casi 30 kilos de comida por habitante que Francia desperdicia al año. La ministra de Ecología, Ségolène Royal, anunció ayer el proyecto de crear pequeños huertos en los mil primeros colegios e institutos que presenten un plan para evitar que muchos productos de alimentación acaben en la basura. Con ello se pretende igualmente reforzar la conciencia medioambiental de los alumnos.

«La presencia de la naturaleza en los colegios es un elemento clave de la educación medioambiental y para aprender a respetar los espacios verdes», destacó la ministra en France 2. El país anfitrión de la próxima Cumbre de las Naciones Unidas sobre el clima, que se celebrará a finales de año en París, promulgó el pasado día 18 una ambiciosa ley de transición energética con la que pretende situarse en la vanguardia de la lucha contra el calentamiento global del planeta. En su amplia batería de medidas figura la de impedir el despilfarro alimentario. Sin embargo, del texto fue eliminada por cuestiones de procedimiento una disposición que obligaba a las grandes superficies a buscar un destino alternativo al del contenedor a los kilos de comida retirada de los estantes. Por eso, Royal se apoya en otro precepto contemplado en la ley -el que prevé incentivos para empresas, hospitales, residencias de ancianos y colegios que eviten el derroche alimentario- para lanzar su proyecto de huertos escolares. «Los mil primeros colegios que presenten un plan de lucha contra el despilfarro alimentario -que también forma parte de la educación medioambiental- tendrán un huerto», anunció. Para mantener el huerto en buenas condiciones, los chavales contarán con la ayuda de asociaciones y agricultores.

En todo caso, la titular de Ecología continuará ejerciendo presión sobre las grandes cadenas de distribución. «En una sociedad donde mucha gente se muere de hambre y algunas familias no pueden dar de comer a sus hijos es intolerable tirar lo que todavía se puede consumir», subrayó Royal.