Las ayudas de la ley de barrios renuevan los municipios catalanes (I)

EL PERIODICO / BARCELONA

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La ley de barrios de la Generalitat, concebida como una herramienta para impulsar la rehabilitación y la transformación de las zonas más degradadas de las poblaciones de Catalunya, ha empezado a dar sus frutos. Las ayudas concedidas por la Conselleria de Política Territorial i Obres Públiques a los 53 municipios seleccionados desde que el Govern puso en marcha la normativa, en el año 2004, han permitido financiar numerosas obras de mejora en los espacios públicos, incrementar servicios y poner en marcha iniciativas de formación al alcance de los vecinos.

Los fondos aportados por la conselleria se destinan a cofinanciar los proyectos municipales elegidos de entre los que optan a la subvención del Govern. El barrio de La Mariola, en Lleida, y los cascos antiguos de Manresa y Tortosa fueron de los primeros en recibirlos y los cambios ya empiezan a notarse.

LA MARIOLA DE LLEIDA // ROSA MATAS

Mucho más que obras en un sector castigado

Los vecinos del barrio de la Mariola de Lleida (Segrià) empiezan a ver el resultado de su inclusión en el reparto de fondos concedido en la primera convocatoria de la ley de barrios, en el año 2004. Son 11 millones de euros, financiados al 50% por la Generalitat y el ayuntamiento. Parte de estos fondos se han invertido en mejorar las calles de Manuel de Falla, Mariola, Lluís Millet, Venus, Saturn, Júpiter e Indíbil i Mandoni y queda pendiente una gran rambla que esponjará la zona.

Uno de los proyectos de mayor envergadura es la construcción es un centro de atención primaria (CAP), del que hace unas semanas la consellera Marina Geli puso la primera piedra. El CAP dará servicio a 30.000 personas, una cifra de población superior a la de La Mariola porque sustituirá al del Paseo de Ronda.

Pero la transformación de La Mariola va más allá del dinero destinado a las obras. La financiación ha supuesto ayudas para cursos de formación, como los de comercio y peluquería para chicas de etnia gitana, y para abrir una escuela taller. También para poner en marcha iniciativas originales, como la recuperación del garrotí, el flamenco leridano, que se enseña en las escuelas.

El barrio de La Mariola fue incluido en la ley de barrios por sus problemas estructurales, al tratarse de una zona con un alto índice de paro que requería una tarea de capacitación para evitar los riesgos de exclusión social. Otro elemento que decantó la elección fue el envejecimiento de una parte importante de la población.

DIFICULTADES ECONÓMICAS Las primeras actuaciones comenzaron en los humildes bloques de Ramiro de Ledesma, ahora llamados La Mariola, en los que poco antes de la aprobación del plan una explosión de gas puso de manifiesto las dificultades económicas de muchos de sus vecinos. La mejora de los bloques supuso asimismo una nueva iluminación exterior y el ajardinamiento de los espacios interiores. Un convenio con Adigsa supuso la instalación de ascensores en los cinco edificios de pisos conocidos como Bloques Juan Carlos.

Paralelamente, los trabajos incluyeron la rehabilitación del centro abierto de jóvenes Lluís Millet, al tiempo que se mejoraba la Plaza de Galicia y se instalaban plataformas en las calles para facilitar la accesibilidad de los vecinos a los autobuses urbanos.

CENTRO VIEJO DE MANRESA // JOSEP SALLENT

La vivienda, convertida en la principal preocupación

El centro histórico de Manresa (Bages) comprende el barrio antiguo y los de Vic-Remei y Les Escodines, que presentaban un alto grado de degradación y que se beneficiaron de las ayudas de la ley de barrios de la Generalitat, en el año 2004. La inversión, de 16 millones de euros, se ha repartido a partes iguales entre el Govern y el ayuntamiento.

La zona tiene unas 4.300 viviendas y 8.000 vecinos, de los que el 40% son inmigrantes. Según fuentes municipales, ya se ha gastado el 40% de los 16 millones de la partida. La rehabilitación de fachadas y la mejora de plazas como la de Valldaura son las intervenciones más visibles.

ACELERACIÓN DEL PROCESO Ignasi Perramon (ERC), concejal de Rehabilitación en la anterior legislatura, explica que el ayuntamiento, gobernado por PSC, ERC y ICV, ya había emprendido la restauración antes del plan de barrios, si bien éste ha ayudado a acelerar el proceso, que se quiere concluir en el 2015. Uno de los ejes es la vivienda: a través de la sociedad municipal Fòrum, el consistorio ha comprado antiguos edificios para derribarlos y construir otros nuevos, en sectores como la Via de Sant Ignasi y Barreres. Asimismo, en prevención de posibles derrumbamientos, el ayuntamiento ha aprobado este año una ordenanza que obliga a los propietarios de los edificios muy viejos a hacer una revisión periódica, "una especie de ITV", ejemplifica Perramon.

La ley de barrios financia también la modernización de la entrada sur de Manresa. Y ha ayudado a impulsar programas de integración de la población inmigrante.

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