Las estrategias

Rajoy y Rubalcaba exhiben su sintonía en contra de la consulta

Mariano Rajoy y Alberto Ruiz-Gallardón, ayer en el Congreso.

Mariano Rajoy y Alberto Ruiz-Gallardón, ayer en el Congreso.

PATRICIA MARTÍN
MADRID

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Primero, durante la recepción con motivo del 35 aniversario de la Constitución, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba revelaron que han hablado varias veces acerca de la posibilidad de reformar la Carta Magna, pese a que el primero se cierra en banda a introducir ningún cambio en las actuales circunstancias. Después, hace justo una semana, cuando los partidos catalanes proconsulta anunciaron su pacto en torno a las preguntas a formular y la fecha, el no de ambos a un referendo de autodeterminación pareció igual de sonoro. Y finalmente ayer, durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso, el presidente del Ejecutivo y el jefe de la oposición escenificaron la sintonía que ambos mantienen en torno al rechazo al derecho a decidir.

El sincronismo se vio magnificado por el hecho de que es el único asunto en el que ambos parecen estar de acuerdo. Rubalcaba aprovechó el último pleno del año para hacer un balance muy negro de los dos años de legislatura del PP, que se resumen, en su opinión, en «más desempleo, más impuestos, menos derechos laborales y sociales y más desigualdad». Acusación a la que Rajoy respondió que el «mayor golpe a los derechos de todos» lo dio el anterior Gobierno, que «no se enteró de lo que ocurría en España».

En medio de estos reproches, ambos hicieron un paréntesis para hablar del proceso soberanista, a iniciativa de Rubalcaba, quien quiso resaltar la «posición inequívoca» de los socialistas en contra del derecho de autodeterminación, pero también tender la mano a Rajoy para que ambos busquen la manera de «actualizar» la Constitución como vía para abordar «la situación difícil» que atraviesan las relaciones entre Catalunya y el resto de España. El jefe del Ejecutivo no recogió este guante y tan solo aclaró que él «nunca» ha puesto «en tela de juicio» que el PSOE está en contra de la consulta.

EL ESCENARIO INTERNACIONAL / En la misma sesión, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, respondió a la pregunta de ERC de si España vetaría la «permanencia» de una Escocia independiente en la UE con una respuesta un tanto ambigua: «La posición del Reino Unido será determinante a la hora de fijar la posición de España». Posteriormente, fuentes de Exteriores explicaron a EL PERIÓDICO que España tiene claro que si el Reino Unido acaba finalmente rebelándose en contra de la consulta pactada y prevista para el 18 de septiembre del 2014, y señala que es ilegal, el Ejecutivo «no tendría más remedio» que votar en contra (y por tanto vetarlo) del reingreso de Escocia en la UE, porque «así lo marcan los tratados de la Unión».

Sin embargo, en el caso contrario, si la consulta cuenta con el aval británico y los escoceses votan mayoritariamente a favor del sí -algo poco probable a tenor de las encuestas -, el Ejecutivo aun así podría vetar su incorporación. «España tendría que analizar entonces si la secesión escocesa favorece el proceso de integración de la UE», señalaron las mismas fuentes.