Paquistanís bajo los focos

En familia 8 Un ciudadano de origen marroquí vota en la sede de la agrupación de Ciutat Vella, ayer.

En familia 8 Un ciudadano de origen marroquí vota en la sede de la agrupación de Ciutat Vella, ayer.

J. R.
BARCELONA

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Los propios traductores de árabe y urdu que pasaron el día de ayer en el punto de votación de la agrupación del PSC de Ciutat Vella reconocían que esperaban tener más trabajo, dada la polémica que se desató una semana antes en esa misma sede, situada en el barrio del Raval. Obviamente, votaron ciudadanos de origen paquistaní, la comunidad más numerosa entre los inmigrantes en Barcelona -están censados unos 22.000- y que representa hasta el 40% de la población foránea en ese distrito. Pero fueron menos que en la primera vuelta -en consonancia con el descenso de la participación global- y con bastante menos organización.

Esta vez trataron de pasar más desapercibidos dejándose ver con cuentagotas y evitando las imágenes de grupos cuantiosos de electores con la papeleta y el euro ya preparados que provocaron suspicacias y hasta una petición de impugnación en la primera vuelta. «¿Por qué hay tantas cámaras aquí?», le preguntó una sorprendida Aicha El Gueddari a la intérprete de árabe tras comprobar que los periodistas no le quitaban el ojo de encima durante los cinco minutos que pasó en el local del partido.

«Un señor muy bueno»

No tuvo reparos, a su salida, en presentarse como militante socialista y revelar, sin mencionarle, a quién había apoyado como aspirante a la alcaldía: «Este señor es muy bueno». Esta votante de Jaume Collboni también quiso demostrar su compromiso con el partido (o con su comunidad): «Cuando quieren que venga, vengo». El presidente del colectivo paquistaní de Ciutat Vella, Mohammad Iqbal, ya había advertido de que la presencia de cámaras podría cohibir a muchos votantes de su comunidad.

No obstante, Iqbal también avanzó que los paquistanís acudirían con normalidad a votar pese a estar bajo los focos, y que habían sido informados en reuniones del funcionamiento del proceso, de su objetivo y de los aspirantes en liza -dos de estos, Collboni y Laia Bonet- habían compartido actos de campaña con el colectivo. Abdul Razzaq demostró estar enterado: «Esto es una elección abierta para escoger al candidato a la alcaldía en el 2015». ¿A quién votó? «Yo lo tengo muy claro». Pero no dijo más.

La de Ciutat Vella fue, claro, una de las mesas en las que se reforzaron los controles para garantizar la limpieza de la votación. De hecho, sus integrantes se renovaron por completo. En las de Trinitat Vella y Ciutat Meridiana también trabajaron los traductores, seis en total. La autoridad electoral realizó visitas (sorpresa, según la organización) a varios puntos de votación para ver que todo estuviese en orden.

En general, los miembros de las mesas e interventores explicaban que la jornada discurrió con más agilidad porque los electores que votaron en la primera vuelta no tenían que volver a registrarse ayer. Tampoco es que la afluencia propiciase demasiadas colas.