La encrucijada socialista

Jaume Collboni, el favorito de la cúpula

Exdiputado y exportavoz del PSC, la buena sintonía con la dirección y con las bases son su gran revulsivo

JOSE RICO
BARCELONA

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A finales del verano pasado, cuando el PSC empezaba a implosionar como consecuencia del debate soberanista, Jaume Collboni (Barcelona, 1969) se encontraba en Nueva York, tomando buena nota de las primarias del Partido Demócrata en la gran capital del mundo. Tenía decidido entonces que iba a dar la batalla en su ciudad, y que necesitaba abstraerse del ruido interno para intentar sacudirse la etiqueta de oficialista que le acompaña. No lo ha logrado, pero probablemente ha sido esa sintonía con la dirección y con las bases a partes iguales su principal revulsivo.

El otro gran aliado de este licenciado en Derecho criado en el Baix Guinardó y residente en el Eixample es su estrecha relación con el sindicalismo. Forjado en las filas de la UGT, debutó de muy joven en el activismo político a través de las protestas del movimiento estudiantil, deslumbrando por una sólida oratoria que le valió su primera aparición televisiva ya en los años 80, en un programa de Mercedes Milá. Militante del PSC desde 1994, ha pasado los últimos 10 años en el Parlament, primero como asesor y coordinador del grupo parlamentario y luego como diputado.

El expresident José Montilla le encargó el diseño de la campaña de las elecciones autonómicas del 2010 para que el PSC mostrase una cara más amable que la que imprimía bajo el mando de José Zaragoza. Pero no pudo evitar la que fue la primera debacle del partido. Pere Navarro le situó como cara y voz del socialismo catalán, un obstáculo en tiempos de convulsión que le ha obligado a ser algo más rebelde en las últimas semanas, por ejemplo, mostrándose contrario a las represalias a los críticos.

Dio el primer golpe de efecto de la campaña renunciando al escaño para exhibir regeneración. En muchos momentos ha dado la sensación de que, más que en unas primarias, estaba en campaña por la alcaldía. Ya ha advertido de que, si gana la semana que viene, el PSC de Barcelona y el grupo municipal no tendrán más líder que él, ni más estrategia que la suya.

Amante del parapente, coleccionista de robots y acuariófilo, abandera la lucha por la diversidad, defendiendo con especial ahínco los derechos de los inmigrantes y de los homosexuales. Casado con un productor televisivo, organizó un acto con el colectivo LGTB y quiere solucionar la «anomalía democrática» de que los inmigrantes no tengan representación política en el ayuntamiento. De ser el alcaldable, ha prometido reflejar la diversidad de la ciudad en su grupo municipal, algo que ha aplicado en su propio equipo de campaña. En busca de una mayoría alternativa en el 2015, ha tendido la mano a ICV, pero no, de entrada, a ERC.