Un PP ansioso de elecciones espera la decisión de Rajoy

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, en una reciente cita con su equipo económico en La Moncloa

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, en una reciente cita con su equipo económico en La Moncloa / periodico

GEMMA ROBLES / JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Dada la "inestabilidad" que el PSOE ha mostrado en las últimas jornadas, en el PP se ha extendido la idea de que la opción que más le conviene ahora son las terceras elecciones, con su principal adversario en supuesto 'K.O técnico'; una más que previsible desmovilización en la izquierda y la posibilidad de recuperar un buen puñado de escaños que fortalezcan a quien volvería a ser su aspirante, Mariano Rajoy.  

La opinió no es unánime. Hay también quien piensa en la imagen exterior de España y del partido o en que el Rey podría convocar una ronda de partidos si los socialistas admiten abstenerse, colocando al líder popular en un brete de aceptar un último intento de investidura. Tenga o no atados otros pactos para el día a día de la legislatura. Son los más institucionalistas. Pero la tentación de forzar otras generales cuenta con muchos adeptos en la calle Génova como ya le han hecho saber a su jefe que, según dicen en el PP, se limita a escuchar y a esperar acontecimientos.

La idea de ganar una investidura pero tener a todo el Congreso, con la excepción de Ciudadanos (con los que no suman mayoría), en guerra los meses siguientes aterra a buena parte de los conservadores. Eso es más o menos lo que ha venido a sugerir  en las últimas horas el ministro Jorge Fernández Díaz, que reclama a los socialistas un acuerdo generoso. "No se trata de [ir a] una investidura para que haya un gobierno de 24 horas", llegó  a decir el martes en en Parlamento. 

SÁNCHEZ Y EL VOTO

El caso es que si Rajoy fuese investido antes del 31 de octubre, fecha límite para disolver las Cortes, solo podría tener un mandato de "24 horas" si dimitiese, puesto que la Constitución obliga a mantener el Ejecutivo vivo al menos un año desde la última disolución de las cámaras. Pero Rajoy, según algunos de sus colaboradores, no ha tomado decisiones sobre lo que hará con la investidura y espera un movimiento del PSOE. Mientras el PSOE dice esperar un "gesto" de Rajoy que le anime a transitar elcamino a la abstención. A ver quién mueve primero ficha.

Los populares siguen presionando para que los socialistas se avengan a un acuerdo global de gobernabilidad (excepto Esperanza Aguirre, que advierte de que el PP no puede forzar terceras elecciones por interés electoral), y los del puño y la rosa, a través del portavoz de su gestora, Mario Jiménez, replicaron este miércoles que no aceptarán condiciones  no aceptarán condicionespara una posible abstención ni consideran que Rajoy esté en posición de exigir nada, informa Iolanda Mármol.

Jiménez es de los que reniegan de otros comicios, pero procura no usar, de momento, la palabra "abstención". Eso sí, avisó de que cuando se adopte una decisión, deberán acatarla todos los diputados, también el dimitido Pedro Sánchez. Los cercanos a Sánchez dudan de que acepte abstenerse, "por dignidad".

COMITÉ FEDERAL

Por lo visto el presidente en funciones insiste a los suyos en que lo que toca es esperar, apuntan fuentes de su entorno, recordando que el PSOE siquiera ha puesto fecha a su próximo comité federal en el que, supuestamente, se decidirá si se mantienen en el 'no es no' o viran hacia una abstención. El cambio de rumbo en la sede de Ferraz no se antoja tampoco sencillo:mientras la andaluza Susana Díaz, el extremeño Guillermo Fernández Vara y el asturiano Javier Fernández son más proclives a abstenerse prácticamente gratis, bajo la tesis de que esto es lo que más interesa a España y lo que menos daño le hace a su partido en estos momentos de debilidad, hay otros barones como el valenciano Ximo Puig, el aragonés Javier Lambán o la balear Francina Armengol (muy cercana a Sánchez hasta ahora) que dudan y reclaman como poco un debate y un buen precio ya que, según fuentes socialistas, tampoco ven con tanto escepticismo y temor como sus compañeros tener que ir a unas terceras elecciones si no hay más remedio.

Según la tesis de este último grupo, enfrentarse a las urnas con un aspirante nuevo y tiempo hasta Navidad para limar asperezas podría garantizarles un resultado digno. Empieza a sonar con fuerza el nombre de Ángel Gabilondo como candidato de consenso.