VENTANA DE SOCORRO

El camino de Gabilondo

Qué distintas serían las cosas con un mandatario que piensa tan bien como Ángel

ÁNGELES GONZÁLEZ SINDE

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El miércoles, en un acto de campaña del PSC en Barcelona, escuché a Ángel Gabilondo. Habla de un modo tan claro y tan cautivador que, en la más de media hora de discurso, no se oía el aleteo de una mosca. La concentración era total porque, a diferencia de otros eventos políticos, Ángel toca asuntos que nos conciernen con un lenguaje que podemos identificar porque es el del pensamiento, no el de las frases prefabricadas de la estrategia política.

El lenguaje de Gabilondo no es una mera cuestión de semántica, de unos vocablos en lugar de otros, ni tampoco de entonación, retórica y gestos, si bien los suyos siempre son auténticos y próximos. Lo que hace de Gabilondo un gran orador es su capacidad para el diálogo: aunque hable solo él, te escucha y te involucra en su sistema de pensamiento, te invita a recorrer con él un camino.

En cada expresión pública, Ángel te conduce por una narración con su plantemiento, núcleo y denselace, y, como buen narrador, hace del detalle particular asunto general y viceversa, porque se maneja siempre con ideas nuevas, pero propias, que atinan al analizar lo que nosotros sabemos cierto pero no acertábamos a articular. Además, nos ofrece su verdad, que es la única y la más generosa que puede ofrecernos.

Qué pena que no sea mi presidente, pensaba yo mientras le oía. Qué lástima que no lograra un acuerdo con Ciudadanos y Podemos para gobernar la Comunidad de Madrid. ¡Qué distintas serían las cosas con un mandatario que piensa tanto y tan bien!

Fue apenas hace unos meses cuando los madrileños perdimos la oportunidad de un cambio profundo y significativo en la manera de organizar nuestra convivencia y el uso de nuestros recursos comunes, que eso y no otra cosa es gobernar. Hace tan poco, que espero que lo tengamos muy presente el domingo cuando elijamos quién ocupará estas Navidades el Palacio de la Moncloa y los despachos de los Ministerios del Gobierno. Ojalá uno de ellos sea para Ángel Gabilondo.