en clave europea

La UE, rehén del caos político británico

Macron (derecha) acompaña a May tras hablar con la prensa, en los jardines del Elíseo, en París, el 13 de junio.

Macron (derecha) acompaña a May tras hablar con la prensa, en los jardines del Elíseo, en París, el 13 de junio. / periodico

ELISEO OLIVERAS

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Un año después del referéndum en el que los británicos votaron abandonar la Unión Europea (UE), los restantes Veintisiete estados miembros siguen rehenes del caos político británico y de las querellas internas del Partido Conservador. Gran Bretaña, pese a estar en fase de salida, incluso se permite bloquear decisiones de los Veintisiete sobre la futura estructura de defensa europea o el marco presupuestario.

El inicio de las negociaciones del 'brexit' se vio retrasado por la demora de nueve meses de la 'premier' británica, Theresa May, en oficializar la decisión de abandonar la UE y después por su decisión de convocar elecciones anticipadas. Pero la fallida apuesta electoral de May ha debilitado su autoridad en el partido y el país, ya que ha perdido la mayoría absoluta de la que disponía y no está claro hasta cuándo seguirá liderando a los conservadores. Un sondeo de YouGov tras las elecciones muestra que el 63% de los británicos tienen una opinión desfavorable de May frente a solo un 29% que la tienen favorable.

UN "CADÁVER ANDANTE"

May es "un cadáver andante", ha sentenciado George Osborne, exministro de Finanzas conservador. Nicky Morgran, exsecretaria de Estado de Educación, ha subrayado que May no podrá volver a liderar el partido en el caso de otras elecciones anticipadas y el 'Sunday Times' ha revelado que incluso varios ministros habían planteado destituirla.

De momento, May intenta afianzar su posición como 'premier' y líder de los 'tories' negociando una alianza con el ultraconservador Partido Democrático del Ulster (DUP) que le permita alcanzar una mayoría parlamentaria suficiente para su Gobierno, pese a los vínculos de los extremistas protestantes con grupos terroristas.

En la UE, May también genera una creciente desconfianza. Sus repetidas amenazas en la campaña electoral de abandonar la UE sin acuerdo si no obtenía lo que pedía y el cuestionamiento a que Gran Bretaña tenga que pagar a una "factura elevada" por salir de la UE han irritado a los líderes europeos. Esa factura del 'brexit' podría ascender a 100.000 millones de euros, según la última estimación del 'Financial Times'.

"Nadie tiene ni idea de lo que May quiere y nadie confía en ella", ha explicado el hasta ahora secretario de Estado checo para Asuntos Europeos, Tomas Prouza. El responsable de las negociaciones del 'brexit' por la UE, Michel Barnier, ha insistido esta semana en que "es necesario que el Gobierno británico confirme y precise sus posiciones". Los únicos documentos que Londres ha presentado indican que "quiere salir de la UE, del mercado único y de la unión aduanera",  ha señalado Barnier.

LA PAZ EN IRLANDA DEL NORTE

La negociación de May con los extremistas del DUP ha incrementado aún más la desconfianza de los líderes europeos, porque temen que esa alianza pueda socavar el acuerdo de paz de Irlanda del Norte de 1998, cuya preservación es uno de los puntos esenciales de las exigencias de la UE en la negociación del 'brexit'. El ex primer ministro conservador John Major y la primera ministra de Escocia, Nicole Sturgeon, también han expresado su temor a que esa alianza ponga en peligro el proceso de paz del Ulster.

Las negociaciones del 'brexit' comenzarán el lunes, antes de que el nuevo Parlamento británico pueda definir su posición y de que May constituya su nuevo Gobierno y presente su programa. A pesar de la debacle electoral, el equipo de May asegura que su plan para un "'brexit' duro" sigue sin cambios y que el secretario de Estado David Davis reiterará en Bruselas la determinación de Gran Bretaña de realizar una clara ruptura con la UE para restablecer la soberanía nacional, aunque desea mantener estrechos vínculos con los Veintisiete.

Sin embargo, un sector del Partido Conservador, encabezado por el ministro de Finanzas, Philip Hammond, ha comenzado a maniobrar para intentar suavizar el 'brexit' y mantener al país dentro de la unión aduanera europea. La líder 'tory' de Escocia, Ruth Davidson, también defiende un "'brexit' abierto", mientras que los nacionalistas escoceses y los laboristas reclaman a May que abandone su estrategia de "'brexit' extremo".

El problema del "'brexit' suave", con Gran Bretaña manteniéndose dentro de la unión aduanera, es que eso implica aceptar la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la UE, continuar pagando anualmente sumas sustanciales al presupuesto europeo y la imposibilidad para Londres de firmar acuerdos comerciales bilaterales independientes, lo que choca frontalmente con los objetivos proclamados del 'brexit', como recuerda el profesor Matthias Matthijs, de la Johns Hopkins University.