Nuet

La valoración de la subjetividad no debería ser un factor que la justicia tuviera en cuenta. Las leyes marcan reglas y establecen castigos para todos aquellos que las han incumplido. Pero incumplir significa hacer o dejar de hacer, no pensar o dejar de pensar. El error de la fiscalía, en la querella contra Carme Forcadell y los demás miembros de la Mesa del ParlamentquerellaCarme Forcadell Mesa del Parlament, es haber pensado que podía ponerse en la piel de Joan Josep Nuet y asumir la intencionalidad de su voto a favor de la inclusión de las propuestas sobre el referéndum en el orden del día. 

El "yo no quería, pero me vi obligado" o el "yo no sabía que aquello estaba mal" son argumentos que la defensa ha de poder en alegar. Es el que piensa quien puede decir en qué estaba pensando cuando cometió un acto supuestamente criminal. 

La fiscalía suma otra querella contra Forcadell y apunta a otros tres miembros de la Mesa del Parlament

TERGIVERSACIÓN

El error de la fiscalía no lo fue tanto, en origen, porque que la maniobra era bien visible: separar a los soberanistas de los independentistas, porque así se podía producir una brecha entre las fuerzas que defienden la consulta. Pero el error ha sido monumental porque proviene de una tergiversación de los hechos en función de una hipotética buena fe (o ignorancia) que el mismo Nuet ha rebatido. No se excusó ni pidió que le excusaran. Quería hacer lo que hizo y, por tanto, "merece" el mismo trato que los demás. 

Quizá pensaban en el desasosiego del diputado sin calibrar que hay gente que valora más la dignidad que la inocencia impuesta.