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Miradas tan azules como turbias

ALBERT ESPINOSA

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Artículo 356. La vida cambia, el mundo gira... Las personas se modifican por la vida y por el mundo. Y eso es lo que pasó el otro día. Me reencontré en una reunión con un amigo mío al que hacía años que no veía... Cuando lo vi, noté que había algo en él que no cuadraba... Algo en la mirada, como si hubiera perdido brillo o se hubiera modificado.

En la reunión había una persona más, un hombre sabio que habla poco pero acierta mucho. Así que, como había confianza, le pregunté qué se había hecho. Él me comentó... Bueno, casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana...

Tercer puesto. El bazar de las sorpresas. Han reeditado esta pequeña gran joya dirigida por Ernst Lubitsch. James Stewart está soberbio y los diálogos rebosan ternura... Una maravilla.

Segundo lugar. Adore. Cautivadísimo por esta banda sonora. Cada tema me lleva a un estado diferente... Y cuando acaba, deseo volver a fusionarme con esa bella sinfonía.

Primera posición. La vida (Museu Picasso) Desde Cleveland ha llegado y sigo pensando que es el mejor cuadro que he visto en mi vida... La pintura del genio malagueño tiene 100 años y me toca el esófago. No ir a verlo sería el error más grande de este año.

Y volviendo a mi amigo. Nos contó que se había operado los ojos. Que existía una nueva técnica con la que te podías aclarar el color del iris para conseguir que tus ojos fueran azules...

Y le miré, y sí que eran azules, pero un azul extraño, turbio y diría que sin alma... No dije nada... Pero aquel hombre sabio, que hablaba poco y acertaba mucho, soltó: «Tenemos suerte de no vernos el hígado, los intestinos o el corazón... La de gente que se cambiaría el color, el tamaño o la forma... Uno es lo que es. Has de amar tu propio caos. Amar tu propio caos, no hay más...».

Nadie dijo nada más... Tan sólo miradas. Ojos azules nuevos mirando a otros oscuros y los oscuros a otros marrón claro... Quizá debiéramos amar nuestro propio caos... ¡Feliz domingo!