LA SALIDA DE LA UE

El Parlamento británico aprueba la ley para activar el 'brexit'

May ultima los preparativos para iniciar formalmente el proceso británico de separación de la Unión Europea a finales de mes

David Davis (centro), ministro para el 'brexit', abre el debate en los Comunes, este lunes.

David Davis (centro), ministro para el 'brexit', abre el debate en los Comunes, este lunes. / periodico

BEGOÑA ARCE / LONDRES

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El Reino Unido está listo para iniciar formalmente el proceso de ruptura con la Unión Europea. Theresa May ya tiene las manos libres para invocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa , que abrirá las negociaciones formales de divorcio con la UE. Fuentes de la residencia oficial de Downing Street desmintieron, sin embargo, ante la insistencia de la prensa, que la primera ministra fuera a activar el proceso esta semana. "He dicho al final (de mes) en muchas ocasiones, pero parece que no lo he puesto en letras mayúsculas, ni lo suficientemente claro", afirmó el portavoz oficial de May. También negó que se haya cambiado la fecha, tras el anuncio horas antes de Nicola Sturgeon reclamando un segundo referéndum. May esperará a que concluya la celebración del 60 aniversario del Tratado de Roma, el próximo día 25, para iniciar la separación.

El camino hacia la puerta de salida quedó despejado esta noche, después de que el Parlamento diera luz verde definitiva al proyecto de ley que autoriza al Gobierno a comunicar a Bruselas la decisión de poner fin a 44 años como socio de la UE. Los dirigentes de los 27 países miembros restantes podrían reunirse el 16 de abril en una cumbre especial para definir las “líneas maestras” de las futuras negociaciones, las más complejas en la historia de la UE, que deben durar un plazo máximo de dos años. May comparecerá este martes en la Cámara de los Comunes, donde podría ofrecer más detalles sobre el arranque del ‘brexit’ que tan celosamente ha venido guardando.

En una sesión sin sorpresas, los diputados votaron por mayoría en contra de dos enmiendas presentadas por la Cámara de los Lores. En la primera pedían garantías para los derechos de los tres millones de europeos instalados en el Reino Unido. El ministro para el ‘brexit’, David Davis, repitió una vez más que el Gobierno desea “garantizar los derechos de los europeos”, pero quiere un acuerdo recíproco que proteja al millón de británicos que viven en la UE. Davis apuntó que el resto de los líderes comunitarios también están dispuestos a alcanzar un acuerdo sobre este punto lo antes posible. La enmienda fue derrotada por 335 votos contra 287.

EL JUEGO DEL PIMPÓN

En la segunda enmienda, los Lores requerían que el Gobierno se comprometiera por escrito a dejar en manos del Parlamento el voto final sobre el resultado de las negociaciones con Bruselas. Davis recordó que el Gobierno ha prometido ese voto y con eso es suficiente, pero reconoció que no está claro que ocurriría si el Parlamento rechaza la salida del Reino Unido de la UE sin acuerdo alguno. También fue derrotada por una diferencia de 45 votos, 331 frente a 286. De ahí volvió a pasar a la Cámara de los Lores, en lo que en lenguaje de Westminster se llama el “juego de pimpón”. Los Lores, que carecen de la legitimidad que otorga el ser elegidos en las urnas, tiraron la toalla y renunciaron a los cambios. Angela Smith, la líder del Partido Laborista en la Cámara Alta, explicó que su formación no se opondría nuevamente a las dos enmiendas, porque no había ninguna posibilidad de que los diputados cambiaran de parecer.

Londres está preparándose para “cualquier eventualidad”, según Davis, incluida la de que las negociaciones acaben sin acuerdo comercial. La Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes ha acusado al Gobierno de no haber preparado adecuadamente ese posible fracaso. “La posible ausencia de un acuerdo es suficientemente grande como para que el Gobierno esté preparado para ello. Sin embargo, nada muestra hasta ahora que esta opción haya sido tomada en consideración de manera adecuada”, ha advertido la comisión. Tal fracaso tendría, a su entender, consecuencias “destructivas” tanto para el Reino Unido como para la UE.