Erdogan estrecha lazos con Putin despechado por la UE

Justo antes de acabar su primera intervención en la rueda de prensa, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha apartado sus ojos del papel y de los objetivos de las cámaras para mirar directamente a su homólogo ruso, Vladímir Putin. «En nombre de toda la delegación turca me gustaría decirle, otra vez, spasibo [gracias], señor Putin. Le expreso toda mi gratitud y amistad», ha dicho Erdogan en ruso.

Y es que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se ha lanzado en brazos de Putin en un momento en el que la UE reniega del mandatario turco por las purgas masivas llevadas a cabo tras el intento fallido de asonada. Ese sincero gracias, expresado durante la visita del martes de Erdogan a San Petersburgo -la primera que el mandatario realiza en el extranjero tras el intento de golpe de Estado fallido del pasado 15 de julio- era la ejemplificación de que el líder turco pasa página y olvida todas las acusaciones que el Kremlin le ha lanzado después de que la aviación de su país derribara un Sukhoi Su-24 ruso en la frontera entre Siria y Turquía, algo que llevó a la congelación de las relaciones entre ambos. Justo después de ese incidente, el viceministro de Defensa ruso dijo que la misma familia de Erdogan se lucraba con el contrabando de petróleo desde territorio controlado por Estado Islámico (EI).

El gracias de Erdogan ha ido encaminado a agradecer el rescate de Putin cuando el líder turco se encuentra aislado el panorama internacional, después de que los mandatarios europeos y de Estados Unidos cuestionaran su intención de restablecer la pena de muerte en el país otomano y criticaran con más dureza la deriva autoritaria que Ankara ha realizado tras el intento de golpe que el intento de golpe en sí, según la impresión del propio presidente turco.

"ME AYUDO PSICOLÓGICAMENTE"

«Estuve encantado de recibir su cordial llamada para darme apoyo tras el ataque a nuestra democracia. Me ayudó mucho psicológicamente. Por eso, para dejar atrás nuestras anteriores diferencias, nos comprometemos a apoyar las empresas rusas que quieran venir a Turquía», ha asegurado Erdogan.

Putin, por su parte, explicó a la prensa que, en cuestión de semanas, se restablecerán los vuelos charter y impulsará que el turismo ruso vuelva a Turquía. Durante 2015, 3,6 millones de rusos fueron al país de vacaciones, mientras que durante la primera mitad de 2016, los que eligieron ese mismo destino fueron solo 100.000, una reducción del 87%.

«Llevaremos otra vez turistas a Turquía, pero Turquía tiene que comprometerse con su seguridad. Además, participaremos en el impulso del oleoducto del sur, que llevará nuestro gas por Azerbaiyán y Turquía para llegar a Europa. Durante nuestra época de malas relaciones -que se terminaron el pasado junio, cuando Erdogan envió una carta al Kremlin para disculparse por el derribo del caza ruso- vimos que Turquía siguió trabajando para llevar el proyecto del oleoducto adelante. Ese compromiso es una buena base para relanzar nuestras relaciones», ha explicado Putin. El presidente ruso también señaló que todas las sanciones económicas serán levantadas -el comercio entre ambos países se ha reducido un 43% en los primeros meses de 2016 respecto al año anterior-, así como también se retomará la construcción de la primera central nuclear turca, que dispondrá de tecnología rusa.

Aunque en las más de tres horas de reunión bilateral la parte con más peso ha sido la economía, ambos mandatarios han expresado su deseo que esta nueva era entre Moscú y Ankara -«que será mejor y más fluida que antes del incidente en noviembre», en palabras de Erdogan- sirva para restablecer la paz y la seguridad en la zona; algo que, por el momento, queda lejos.

«Discutiremos sobre Siria en las próximas reuniones, junto con nuestros expertos en Defensa, pero estoy convencido que en ese conflicto encontraremos puntos en común, como el hecho de que los dos estamos comprometidos en la lucha contra el terrorismo», ha dicho  Putin, que aceptó que en esa guerra ambos mandatarios parten de posiciones opuestas: mientras que Turquía apoya a la oposición siria, el Kremlin hace lo respectivo con su rival político y militar, el dictador Bashar Al Asad. 

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