El hijo de Coronado aprende el oficio de su padre

La carrera como actor de Nicolás Coronado (Madrid, 1988) está a punto de despegar. Tras participar en algunas series de televisión como Tierra de lobos y Águila Roja, el hijo de José Coronado afronta uno de sus primeros papeles protagonistas en cine en la película Novatos, la ópera prima de Pablo Aragüés que se centra en la violencia de las novatadas en los campus universitarios y en las consecuencias que pueden tener en los jóvenes que las reciben.

En ella, Nicolás interpreta al malo de la película, un joven que se dedica a asediar a los recién llegados hasta conseguir crear a su alrededor un auténtico clima de terror. «Ha sido una suerte que hayan confiado en mí para esta película», nos cuenta el actor durante la promoción de Novatos en Madrid. «Y meterme en la piel de un personaje tan oscuro. Todos tenemos nuestras luces y nuestras sombras, y a veces es más estimulante jugar con estas últimas en la ficción, porque hay una creación de personaje más potente cuando más se despega de ti aquello que estás interpretando».

Saga familiar

Nicolás Coronado ha sido el último, hasta el momento, de su larga saga familiar en aterrizar en los focos. El hijo de Paola Dominguín y José Coronado, nieto de Lucía Bosé y Luis Miguel Dominguín, sobrino de Miguel Bosé y primo de Bimba Bosé lleva la vena artística en las venas, pero casi llegó por casualidad al mundo de la interpretación. «Yo estaba estudiando Bellas Artes y Comunicación Audiovisual y viajé a Ecuador a hacer una campaña con Ayuda en Acción. Gracias a eso me hicieron un casting para protagonizar la teleserie No soy como tú, y fue cuando me picó la curiosidad, pero hasta ese momento la interpretación no era mi objetivo».

El joven reconoce que todavía es un novato, pero que no para de aprender y formarse para dar lo mejor de sí. Y ahí tiene como referencia a su padre, José Coronado, del que acepta todo tipo de consejos e indicaciones: «Es un lujo poder contar con él. Siempre repasamos juntos mis textos y le da la vuelta a todo lo que yo llevo preparado. Me ayuda a moldear los personajes, a darles peso y seguridad, y con toda su experiencia, no me queda otro remedio que hacerle caso». Se considera cinéfilo, aunque últimamente se deja llevar por el cine comercial porque le ayuda a desconectar, pero cuando se le pregunta con qué tipo de directores le gustaría trabajar, tiene claro que con aquellos que tengan un lenguaje particular a la hora de narrar.

TEMAS DE CORAZÓN

En cuanto a su faceta personal, ahora que comienza a ser famoso, no le da miedo a perder su intimidad porque no piensa entrar en ese juego: «Para mí lo primero es mi trabajo, es lo que siempre me han inculcado. Si después puedes compartir intereses o puntos de vista, genial, pero no voy a entrar nunca en temas de corazón».

Por ahora prefiere centrarse en esta profesión que le ha hecho redescubrirse a sí mismo. «Soy una persona muy espiritual y creo que en la vida nos tocan una serie de experiencias, y como actor estas se multiplican al ponerte en la piel de cada personaje». Y al mismo tiempo sigue concienciado con su faceta solidaria en Ayuda en Acción: «Con la cantidad de problemas que hay en el mundo, la verdad es que en nuestra sociedad, somos una panda de quejicas».