EL (CARO) PRECIO DE LA FAMA

Oye, tú, Clara Lago, una foto

Los actores alzan la voz contra los 'asaltos' de algunos fans que desconocen su trabajo pero quieren retratarse con ellos en plena calle

Oye, tú, una foto

Oye, tú, una foto

OLGA PEREDA

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La última crucifixión de un famoso en Twitter la ha sufrido Clara Lago, apedreada verbalmente por un pelotón de tuiteros enfurecidos tras su paso por el 'El Hormiguero' (Antena 3 TV). La actriz madrileña acudió al plató de Pablo Motos junto a su pareja, el también actor Dani Rovira, para promocionar 8 apellidos catalanes. Y se lío bien gorda. Y no precisamente por hablar del proceso independentista. Al ser preguntados por la fama, Lago utilizó un tono natural y cordial para quejarse no de los fans que admiran y conocen su carrera sino de esa gente que le asalta en plena calle sin saber muy bien quién es. «Te dicen ¿tú eres famosa, verdad? ¿Cómo te llamabas?» Y después, le piden la consabida foto con el móvil. «Y yo pienso ¿para qué quieres una foto si no sabes quién soy?», soltó la madrileña haciendo reír al público del plató sin ser consciente de que la tormenta online se acababa de desatar.

Cientos de usuarios de las redes sociales acusaron a la actriz de ir de diva. La bola de nieve creció tanto que, días después, Lago pidió perdón utilizando palabras como «lo siento, os quiero, gracias a todos». Su novio se mantuvo más firme. «Lo único que pasó en El Hormiguero es que nos sinceramos. No me siento culpable por pensar que muchas veces es un coñazo salir a la calle».

SIN PIEDAD

En Twittter, sin embargo, no hubo piedad. ¿Tan grave, tan insultante, tan ofensivo, tan humillante fue lo que dijo la taquillera actriz? ¿Nunca antes ningún colega se había atrevido a quejarse de los que les asaltan pidiendo fotos mientras pasean a su perro, hacen la compra o toman un café en una terraza?

Sergi López, sólido actor catalán cuya pulsión de fans es bastante menor que la de Clara Lago, le mosquea bastante cuando le gritan en mitad de la calle: «Oye, tú, una foto». «Y no saben si eres futbolista o torero. Te dicen que te conocen, pero no saben muy bien de qué. Y te lo preguntan. Pues, hombre, cúrratelo tú», se quejó el actor hace unos meses a este diario. Su compañero de reparto en 'El niño', Eduard Fernández, apostilló en el mismo encuentro algo parecido: «Soy relativamente poco conocido para la carrera que tengo. Hay gente que se acerca con cariño. Es un gustazo. Y luego hay otros que saben que eres actor, pero te preguntan qué películas has hecho. Y yo les digo que muchas. Y empiezo a decírselas. Y no han visto ninguna. Pues, hombre, déjeme en paz».

¿QUIÉN ERA ESE?

No hace falta cubrir muchos festivales de cine para comprobar que, efectivamente, el trío actores/fotos/fans roza la locura. Las alfombras rojas de Málaga, Vitoria o San Sebastián están plagadas de admiradores que, en más de un caso, no saben muy bien quién es su admirado. «Se hacen fotos con ellos y luego nos preguntan ¿quién era este?», comenta uno de los responsables de los saraos nocturnos del certamen de Málaga. En ese mismo marco, cuando el actor y director Paco León presentó en el 2014 la segunda parte de 'Carmina', aseguró que después de tantos años dando vida al popular Isma de 'Aída' (Tele 5) no se podía tomar un café en cualquier bar. «Y eso que me esfuerzo mucho por no llevar vida de famoso. Eso de recluirte y cambiar de hábitos no me gusta. Intento ir un sábado por la tarde a Ikea, que es horrible para cualquier persona y un poquito más para mí. También hago la compra, y si voy con gente hasta me atrevo a ir en el metro. Pero no solo. Recuerdo la última vez en Barcelona. Me agobié mucho», comentó el actor, que en la alfombra roja suele darlo todo.

Si para un famoso pisar Ikea puede ser complicado, no lo debe ser menos poner un pie, por ejemplo, en los multitudinarios y gigantescos cines Kinépolis de Madrid. A Mario Casas le gusta tanto el ritual de la sala oscura, la coca-cola y las palomitas que no pasar desapercibido no le importa. A esa megasala acudió, por ejemplo, a ver 'El caballero oscuro'. «Tienes que respirar y aprender a disfrutar de la gente que te saluda. A veces lo pasas mal y te saturas. Pero acabas aprendiendo porque dentro de unos años ya no será así», confesó, en su día, el ídolo de las jovencitas desde que hiciera acto de presencia en 'Los hombres de Paco' (Antena 3 TV).

Su compañero de serie, Hugo Silva, también asegura haber aprendido a gestionar la fama. Dos han sido las claves: el paso del tiempo y el humor. «Lo más importante es reírte de ti mismo. Tú sabes que sigues siendo la misma persona de siempre por mucho que te griten en la calle», comentó. Atrás queda el tiempo, allá por el 2009, en el que el actor reconocía con algo de angustia que no podía entrar en un cine a ver 'Mentiras y gordas' (película subidita de tono que protagonizó junto con la plana mayor de la nueva hornada de actores) porque peligraba su integridad. Palabras textuales.

EL REINO DEL APEDREAMIENTO

Normalmente, es el reino del peloteo. Pero Twitter también es el reino del apedreamiento. A Santiago Segura, con 2,8 millones de seguidores, muchas veces le dan ganas de borrarse de la red social. «Pero cuando pones un mensaje simpático alguna noche recibes cariño e ingenio. Entiendo que con dos millones de seguidores el precio a pagar sea que me odien 100.000 hijos de la gran puta», aseguró el año pasado, cuando presentó la quinta entrega de 'Torrente'.

Padre de dos niñas, el actor y director intenta preservar su intimidad, a pesar de vivir en la Gran Vía madrileña. «Me pongo mi gorrita, cruzo la calle y me metro al teatro a ver a mi amigo Wyoming. O bajo al chino a comprar un yogur. Tengo fama de borde, pero de cada cien fotos que me piden solo digo a una que no», cuenta.

¿Puede osar un actor a decir que no a un fan que se le acerca fuera de su horario laboral de alfombra roja? Adriana Ugarte, cuyos admiradores en los tiempos de 'La señora' (TVE) no eran jovencitas sino señoras que la invitaban a lentejas, asegura que siempre es de agradecer que alguien le pare por la calle y la felicite por su trabajo. «Los actores somos vanidosos», se justifica. Pero el asunto fotos es un tema espinoso, incluso para los que gestionan carreras cinematográficas.

Consciente de lo complicado que es lidiar con la fama, la representante Paloma Juanes advirtió el pasado fin de semana en un debate en la SER que los actores, especialmente los jóvenes, deberían ser más comprensivos y tener los pies en la tierra para ser conscientes de que un día están en la cima de la fama y al otro, abajo. Eso sí, advirtió de que la nueva moda entre algunos admiradores ya no es pedir una foto con su móvil sino, glubs, un vídeo de varios minutos. Palabras mayores.

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