Visto en Twitter

El hilo de Twitter que reflexiona sobre el papel del consumidor ante las polémicas condiciones laborales en la alta cocina

Considera que igual que escandalizaría la comida de origen extraño deberíamos alertarnos por las condiciones de los trabajadores

Restaurante

Restaurante / Pixabay

María Aragón

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las condiciones laborales de trabajadores y becarios de los restaurantes de más fama en España vienen siendo la comidilla del último año desde que se desvelara el método de trabajo del chef Jordi Cruz. 

Ahora es Azurmendi quien está en el ojo del huracán por hacinar a sus becarios, según publica El Confidencial, y en las redes el debate no ha pasado desapercibido. 

El usuario José Mª Echarte ponía el foco en el comportamiento de los consumidores y la hipocresía cuando hablamos de las condiciones de la comida o de los propios trabajadores. Así que pone una hipotética situación en la que dos señores de la Guía Michelín llegan a un determinado restaurante de incógnito. 

Estos dos hombres comen un menú con "nombres de fantasía" pero nada identificable: aire de carne, textura de músculo. Esa clase de cosas que se comen en los restaurantes de lujo y donde nadie sabe qué se lleva a la boca más allá del postureo. Ellos, encantados:

Para no quedarse con la duda, preguntan por la gran incógnita, qué hay detrás de esos maravillosos platos. Y aquí llegan las grandes sorpresas.

En esta situación, y ante tal despropósito, José Mª quiere pensar que esos inspectores no solo no le pondrán más estrellas al restaurante, sino que le quitarán las tres que tiene en su haber. 

Y aquí empieza el juego: ¿qué pasa si hablamos de explotación detrás de la cocina y no del origen de la comida? A partir de aquí, pone varios ejemplos publicados en prensa de becarios en pésimas condiciones y trabajando demasiadas horas sin descanso, cobrando poco o nada y en viviendas infrahumanas. 

En este sentido, también cuestiona el comportamiento de los ciudadanos, los consumidores de esos productos. ¿Acaso no les importa las condiciones en las que están los trabajadores para que esa magnífica comida esté encima de la mesa?

Así que propone una solución, basada principalmente en la conciencia de clase y la unión de los trabajadores: no consumir algo que provoca estas situaciones para otros trabajadores. 

Conclusión: