Multiplicar panes y peces

El 'plan Juncker' pretende que 21.000 millones de fondos públicos generen inversiones de 315.000 millones El programa europeo no tiene un objetivo geográfico por países

Presidente 8Jean-Claude Juncker el día que presentó la lista de los nuevos comisarios europeos.

Presidente 8Jean-Claude Juncker el día que presentó la lista de los nuevos comisarios europeos.

O. G, / BARCELONA

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De igual modo que el milagro de la multiplicación de los panes y de los peces de los evangelios logró dar de comer a una gran multitud con una pequeñísima cantidad de comida, el plan Juncker pretende movilizar una inversión de 315.000 millones de euros en la Unión Europea aportando solo 21.000 millones de euros de fondos públicos

El programa estrella del presidente de la Comisión Europea (CE) Jean-Claude Juncker consiste en estimular la inversión en Europa con un programa que centralizará todos los proyectos interesantes de inversión de los países en una oficina central, los seleccionará y los ofrecerá a inversores privados. No existe un objetivo geográfico por países, sino que los proyectos se seleccionarán en función de su interés, su rentabilidad y viabilidad.

La maquinaria europea es lenta y el Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas (EFSI, en sus siglas en inglés), encargado de gestionar el plan, no echará a andar hasta mediados de año, tras cumplir los trámites políticos. Sin embargo, los Estados miembros deberán enviar cuanto antes sus propuestas a Bruselas y estas serán supervisadas y elegidas por un comité formado por miembros de la Comisión Europea, del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y expertos independientes.

¿De dónde saldrá el dinero? Esta es la parte que ha generado más controversia. Un total de 16.000 millones procederá del presupuesto de la UE (16.000 millones) y otros 5.000 millones del BEI.

Pero este dinero no se destinará a los proyectos de inversión, sino que se utilizará como aval para ofrecer a los inversores privados la garantía de las instituciones. El hecho de que el rating del BEI sea de triple A, la mejor nota posible, servirá para que fondos de inversión privados e instituciones encuentren fiables estos proyectos, explican los técnicos de la Comisión Europea que sostienen que los cálculos realizados en el diseño del mecanismo son realistas.

Pero lo cierto es que muchos dudan de que el plan Juncker logre que un euro público se transforme en 15 euros de inversión privada y aun menos que sirva para financiar proyectos de riesgo y alta rentabilidad.

Desde el Gobierno español el plan se ha recibido con cierto recelo. El Ejecutivo de Mariano Rajoy considera que en el mercado ya existe actualmente mucha liquidez para proyectos que sean rentables en el actual contexto de tipos de interés bajos y con el manguerazo del BCE a punto de dar comienzo a partir de marzo con la inyección mensual de 60.000 millones en el mercado. Lo que sí considera positivo el Ejecutivo español es el impulso que le puede dar el plan Juncker al desbloqueo de proyectos de carácter paneuropeo difíciles de tirar adelante por la oposición permanente de países.

Es el caso de las conexiones energéticas de España con Europa, históricamente bloqueadas por Francia. Por este motivo, España se ha afanado a incorporar un importante capítulo de conexiones energéticas en el listado de proyectos presentados a Bruselas.

Conexiones eléctricas

Del total de 53.000 millones de euros de inversión solicitada por España, 25.000 millones está previsto que vayan a planes energéticos y, de esta partida, 15.000 millones se destinarían a conectar la península ibérica a través de los Pirineos. En menor proporción, España solicita proyectos para avanzar en infraestructuras tecnológicas (banda ancha, principalmente), I+D y transporte (corredor mediterráneo).

Los proyectos presentados no son una fotografía fija y, de hecho, el Gobierno está ahora revisando de nuevo sus propuestas e incorporará también las solicitudes que reciba de las comunidades autónomas si las considera que se adecuan a los requisitos. En el caso de Catalunya, el plan persigue desbloquear también proyectos de infraestructuras que están parados por la asfixia financiera de la crisis.