Nico Alonso, 'cap de colla': "Las escuelas de BCN tienen 211 gigantes y 366 cabezudos"

El autor del primer libro sobre los gigantes de los colegios, que llevará este fin de semana a Jaume I, explica su afición

Nico Alonso, con varios gigantes en la Virreina

Nico Alonso, con varios gigantes en la Virreina

ÓSCAR HERNÁNDEZ / BARCELONA

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El imponente gigante Jaume I desfila hoy, mañana y pasado por las calles de Ciutat Vella con motivo de las fiestas de Santa Eulàlia. Bajo su túnica y obsevándolo todo tras una rejilla estará Nico Alonso Crozet (Barcelona, 1992), estudiante de ingeniería de materiales de la UPC y cap de colla de Gegants de la Ciutat. Esta semana ha presentado  su libro, Els gegatons de les escoles de Barcelona (10 euros, Ajuntament de Barcelona).

-¡Una ciudad de gigantes!

-Hay unas 30 colles que movilizan a unas 800 personas. Los primeros gigantes se remontan a 1424 y eran del ayuntamiento. Salían en la fiesta del Corpus para explicar escenas de la biblia. Luego se extendieron por Catalunya y otras ciudades europeas.

-Y usted acaba de inventariar los  gigantes y cabezudos de escuelas.

-Y tanto. Hay 211 gigantes y 366 cabezudos y figuras del bestiari en 158 escuelas de la ciudad. Pero lo más sorprendente es que en el 2001 solo había 26 gigantes en 16 escuelas. Nada ha crecido tanto en Barcelona. Son figuras que en muchos casos hacen los alumnos con los profesores y que participan en las actividades de estos centros, como el Carnaval.

-¿A quién puede interesar un libro como este, que por cierto tiene forma alargada, como de gigante?

-Necesitábamos muchas páginas y espacio para las fotos. La forma es idea de la diseñadora. Será muy útil para las escuelas y también para la gente que quiera saber más de las tradiciones y de los barrios.

-¿Un gigante que le sorprenda?

-El de la escuela Ferran Sunyer. Es un pollo enorme hecho con flotadores, plástico y espuma. No solo es el más grande, sino que además destaca por su creatividad.

-Se ha especializado en gigantes, pero de niño le daban miedo.

-Sí. Mis padres me llevaban a verlos cuando tenía 3 o 4 años y yo lo pasaba fatal. Pero de repente, según me recuerda mi padre, me quise unir al enemigo y me apunté a los Gegants del Pi y hasta hice una revista sobre gigantes.

-¿Qué se siente un fin de semana como este dentro de un gegant?-Ufff. es muy bonito. Salimos con los Gegants de la Ciutat  y los niños gritan el nombre de Mustafá o Jaume I. Les ves la ilusión en las caras. Y a los padres y a los abuelos. Y eso es lo que te da ganas de continuar.

-¿Cómo lleva lo del peso?

-Ahora los gegants pesan menos por los nuevos materiales. El mío, 70 kilos. Antes pesaban 100. Llevamos faja y nos vamos turnando.

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