PERFIL

Steve Jobs, el hombre que lo cambió todo varias veces

El consejero delegado de Apple se ha encumbrado como icono de la cultura popular

Steve Jobs, en 1997, un año después de volver a tomar las riendas de Apple.

Steve Jobs, en 1997, un año después de volver a tomar las riendas de Apple. / periodico

CARMEN JANÉ / Barcelona

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“Un hombre que cambió la tecnología no solo una vez sino muchas, no solo en un sentido sino en varios”. La cita es deWalter Mossberg, el analista estrella delWall Street Journal y uno de los poquísimos periodistas que tiene vía directa con el hasta ayerconsejero delegado de Apple.

Steve Jobs, que creóAppleen 1976 para “intentar cambiar el mundo”, hapresentado su dimisión como CEO porque sus problemas de salud no le permiten seguir con sus “obligaciones y cumplir las expectativas” como responsable del día a día de la compañía. Seguirá como “presidente del consejo de administración, consejero y empleado de Apple”, pero todo el mundo sabe que son losúltimos días de mucho más que un presidente de empresa.

A sus 40 años (ahora tiene 56),Jobsdecía que todavía no había hecho lo que quería hacer. Era 1996 y acababa de volver a Apple, nueve años después de ser despedido por el mismo gerente que él fichó:Gil Amelio. Empezaban sus años de gloria. Y llegaba a ellos con la mayor preparación posible: la experiencia de haber subido (y bajado)Apple, haber creado la elitistaNext y haber comprado una tercera,Pixar,y llevarla a la excelencia en el cine por ordenador.

Sin estudios universitarios

Hijo de una estudiante estadounidense y un estudiante de doctorado sirio, fue dado en adopción siendo bebé con la condición de que fuera a una familia que lo enviara a la universidad. Lo criaron una pareja de trabajadores, Paul y Clara Jobs, que no obstante le dieron estudios universitarios. De aquella época en Portland,Steve Jobssolo elogia las clases de tipografía, que luego sería parte importantísima en sus ordenadores, a las que asistía de oyente.

El resto, explica, se lo pasaba entre la informática del Homebrew Computer Club, una asociación local de aficionados a los cacharros varios donde conoció a Steve Wozniak, los trabajos de verano enHP y enAtari,y el local de losHare Kishna, donde comía gratis y que daría pie a su época hippy, que incluyó desde el preceptivo retiro en la India al LSD y la vida en comuna. El hippismo colorista de los Hare Krishna nunca fue lo suyo. Jobs es budista zen y vegetariano, y ni se molestó en volver a la universidad.

Serían dos partes indisolubles en la impronta de sus empresas: la eficiencia técnica y la mística del espíritu zen. La informática se impone en un primer momento, pero siempre con un toque muy personal. Con Wozniak funda Apple en 1976, para la que se compra su primer traje y que difundirá como un vendedor de puerta a puerta. Crearían elApple, el Apple II y elLisa, pero todo queda casi en la intimidad de vender pocas unidades.

Mito de Apple

En 1984 ficha al director de Pepsi,John Scully, al que tienta con una frase ya mítica de la agresividad empresarial: “¿Quieres cambiar el mundo o vender agua azucarada toda tu vida?”. Fabrican elMacintosh, el primer ordenador personal de consumo con una interfaz gráfica, y comienza la guerra, esta vez contraIBM con el anuncio de Ridley Scott aludiendo al1984de George Orwell. Empieza el triunfo y el mito de Apple.

El de Jobs vendría más tarde. Años de altibajos de productos y decisiones empresariales después, el fundador --ya sin Wozniak en la compañía desde 1987-- se ve en la calle por discrepancias con el consejo de administración al frente del cual había puesto a Gil Amelio, el más técnico de todos los gerentes que pasarían por la empresa, pero también el que casi la hunde.

Next y Pixar

Next y PixarJobs empieza la travesía del desierto con una nueva nave:Next Computer. Conceptualmente, lo recordaría en aquel famoso discurso de graduación de Stanford como sus años más productivos. En ellos, descubrió una nueva forma de pensar los productos, conoció a su mujer y acabó fundando una familia propia (tiene tres hijos con Laurene Powell más Lisa, la hija a la que reconoció cuando estaba creando el ordenador que lleva su nombre) y reconciliándose con la suya biológica (aunque se peleó con su hermana, la escritora Mona Simpson, tras una novela,A regular guy --un tipo normal--, inspirada en él y muy poco favorecedora).

Pero también se fue de compras (alguien que no tenía sofá en casa porque no le gustaba ninguno y que lleva años con el mismo uniforme). A medias por hacerle un favor a su amigo George Lucas --que necesita efectivo para su divorcio-- y por su propia fascinación por los productos brillantes, compró la división de gráficos por ordenador de Industrial Light and Magic, que intentaba poner recursos digitales en La guerra de las galaxias sin mucho éxito. Acababa de nacer Pixar, lo que sería uno de sus mejores negocios --aunque nunca usaran ordenadores Apple--, porque le abrió la puerta a ser el actual mayor accionista individual de Disney.

El regreso triunfal

En 1996, Apple compra Next ySteve Jobs vuelve a dirigir la compañía al año siguiente. Las cosas han cambiado y mucho. Se fue como visionario y vuelve como empresario. Su primera misión es que Apple sea eficiente y rentable, y para ello ficha como gerente aTim Cook, el actual nuevo consejero delegado. Pero también a sus otros dos escuderos:Jonathan Ive, responsable de diseño yPhil Schiller, director de márketing.

Llegan los productos de impacto: eliMac G3, el primer ordenador translúcido de de colores, que descubre que en la informática también es importante el diseño; el iMac G4, un ordenador de pantalla ultraplana y torre en un círculo; eliPod (2001), una reinterpretación de los primeros reproductores MP3 con una tienda virtual asociada en el 2004, y en el 2007, eliPhone, el primer móvil que usaba internet como un portátil y encima era táctil.

Con él, el gran público empezó una fascinación que se extendió al iPad en el 2010 y que ha hecho de Apple un icono de tecnología pero también de diseño y moda. Y la conversión de la figura de un presidente de empresa en un icono de la cultura popular, que cita constantemente a Henry Ford: “Si hubiera preguntado a mis clientes qué querían, hubieran dicho un caballo más rápido”.

Apple, como compañía, vale en bolsa hoy más que todos los bancos de la Unión Europea juntos. Dos veces más que Google, cuatro veces más que todo el grupo Telefónica.

Las fuerzas de la biología

A Steve Jobs le ha pasado todo eso factura. En el 2004, poco después de anunciar la tienda iTunes,le diagnosticaron un cáncer de páncreas. Le operaron y aparentemente salió todo bien, pero la alegría no duró mucho y pasa por un trasplante de hígado que le deja tocado. Llega la enfermedad y sus fantasmas, y el divo se enfrenta a ellos, como evidencian la apertura emocional del discurso de Stanford, la planificación del plan de sucesión en Apple (con la mayor presencia de sus ejecutivos en las keynotes) cuando ni deja hablar a sus ejecutivos en una reunión con terceros y el anuncio de su biografía por parte de una persona terriblemente celosa de su vida privada.

Jobs se va. A diferencia de Gates, desbordado por una compañía que ya no le interesaba, a Jobs le están echando las fuerzas de la biología. Y Apple empieza su vida sin Steve.

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