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La tintorera regresa a la costa

Altafulla prohibió ayer el baño tras el avistamiento de tres ejemplares

RAFAEL MORALES
TARRAGONA

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Nadie lo ha confirmado, pero pueden ser las mismas. El Ayuntamiento de Altafulla (Tarragonès) prohibió ayer el baño en la playa debido a la presencia de tres tintoreras. El mismo número que se avistó el 15 de julio en la comarca del Maresme y que obligó a izar la bandera roja en seis playas de El Masnou y Premià de Mar. Otras dos se detectaron el 23 de julio en Torredembarra, vecina por el norte de Altafulla, y obligaron a cerrar la playa de La Paella. «Podrían ser las mismas, pero es difícil asegurarlo», explicó a última hora de la tarde de ayer y a pie de playa Montserrat Castellarnau, concejal de Medi Ambient del municipio.

Los tiburones estuvieron casi todo el día cerca de la playa de Altafulla. Los que más se aproximaron a la orilla estaban a un centenar de metros, según varios testigos. Antes, poco después de la una de la tarde, los socorristas avistaron al primero, de pequeño tamaño, como los que visitaron el Maresme. De inmediato, con la ayuda de la policía local, se puso en marcha el protocolo de emergencia y se avisó a los bañistas para que salieran del agua de la concurrida playa.

Seguidamente, utilizando prismáticos y una lancha, los socorristas inspeccionaron el agua durante unas dos horas. Tras una búsqueda infructuosa, decidieron colocar la bandera amarilla de precaución y permitir el baño. La medida no duró demasiado. Hacia las cinco de la tarde los vigilantes volvieron a ver un grupo de tres tintoreras y decidieron cerrar el baño.

No atacan a los humanos

Parece ser que esta especie de tiburón se acerca a la costa en busca de más abundancia de comida. «En principio, no muerden a la gente, pero mejor no correr riesgos», justificó Castellarnau, que no recibió quejas de los bañistas, pero sí  de algún comerciante que le dijo que no podía cerrar la playa en pleno verano. «Es un hecho puntual y si hay que cerrar la playa durante un día o dos, se hace», argumentó la responsable de medioambiente.

A última hora de la tarde, cuando los bañistas se habían retirado del agua, la arena se empezó a llegar de curiosos con la intención de poder ver los tiburones. «Los turistas no parecen asustados, lo están viviendo como una especie de aventura», aseguró Castellarnau.