Remunicipalizadas a mitad de precio

L'Enxaneta

L'Enxaneta / periodico

TONI SUST / BARCELONA

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Remunicipalizar está en boga y en algunos casos se antoja una opción lógica: si la gestión pública del agua supone un ahorro de un 10% para el consumidor, ¿quién lo rechazaría? Entre los ámbitos en los que el gobierno de Ada Colau ha emprendido este camino se encuentra el de las guarderías. Nada más emprender su andadura al frente del consistorio, Barcelona en Comú impidió que dos guarderías pasaran a la gestión pública indirecta, y meses después anunció que las tres que ya funcionaban en este régimen, por decisión tomada durante el mandato de Xavier Trias, volvieran a la gestión directa.

Se trata de la Caspolino y L’Enxaneta, en Gràcia, y Els Patufets de Navas, en Sant Andreu. El cambio suponía disminuir horario y calendario, así como mejorar las condiciones de los empleados: los de la gestión directa pública, dependientes del Institut Municipal d’Educació de Barcelona cobran más y tienen menos horas previstas de trabajo que los de los centros citados, contratados por las empresas privadas que las gestionaban.

El plan era que una vez devueltas a la gestión directa, las plazas fueran ocupadas por personas que han ganado un concurso público de

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méritos y que esperan destino. Pero eso suponía dejar en la calle al personal ya contratado en los centros, una posibilidad ante las que este colectivo, así como padres de alumnos, protestaron airadamente.

El IMEB se encontró entonces entre la espada y la pared: o echaba a 30 de personas o causaba indignación entre los de la lista de espera. La presión logró que las plantillas existentes sobrevivieran, pero de hecho ganaron un año. Quedó dicho que a la larga, los de la lista ocuparían las plazas. A las que trabajaban en la gestión indirecta se las sometió a un examen, que superaron todas, y se las dejó en una especie de limbo laboral: siguen trabajando y se han beneficiado de los cambios de horario y calendario: ahora tienen 15 días menos de curso (cierran el 15 de julio en lugar del 30) y varias semanas de horario reducido, de 8 a 3, cuando antes era siempre de 9 a 5.

27.000 EUROS CONTRA 12.000

Pero estas personas -en la actualidad las afectadas son 28- siguen reguladas por el mismo convenio que antes. De hecho, siguen teóricamente obligadas a trabajar con el calendario y horario anteriores, lo que significa que las horas que ya no hacen han quedado en una bolsa que, presumiblemente, se les podría exigir legalmente.

Además, y aquí está el motivo principal de la queja, cobran lo mismo que percibían de las empresas privadas que gestionaban los centros. La diferencia salarial es sangrante, superior al 50%. Una profesora de la red del IMEB percibe 1.845 euros brutos al mes por 15 pagas, mientras que las 28 que vienen de la gestión indirecta cobran 923,57 euros por 14 pagas. En bruto anual, en el primer caso la suma es de 27.675 euros y en el segundo, de 12.929 euros. Es decir, que actualmente hay trabajadoras de guarderías municipales que cobran la mitad que sus compañeras. Menos: el 46%.

“Nuestra realidad es que el IMEB nos ha subrogado con las mismas condiciones laborales que teníamos. Por lo tanto están gestionando una guardería municipal pública con un salario de convenio estatal privado”, denuncia una de las profesoras afectadas. “Si el servicio es municipal, es municipal con todas las consecuencias, no todo excepto los salarios del personal”, agrega otra.

COMITÉ DE EMPRESA

Las empleadas de las tres guarderías recuerdan que Colau destacó entre los motivos de apostar por la gestión pública el de acabar con la precariedad laboral de la plantilla, y que en la contratación de empresas han situado este objetivo como una condición imprescindible para que puedan optar a concursos.

Las 28 profesoras no han constituido todavía un comité de empresa que las represente, algo que esperan que sea una realidad entre enero y febrero. Y a partir de entonces intensificarán el combate para que las remunicipalicen de forma completa. En el horario y en el salario.